Es de los pibes el único pibe. Privilegio de pocos, sobre todo bajo la ideología basilista, Pablo Mouche va camino a ganarse ese lugar entre los titulares que pareció suyo desde un comienzo pero que a su vez tambaleó durante esta gira. Por lo pronto, en el team versión casi definitiva de Sir Alfio, en el sitio que dejó vacante Rodrigo Palacio, la cartelera anuncia a Mush.
-¿Te ves dentro de los 11 de memoria del Coco?
-Claro que quiero jugar todos los partidos de titular y ser del equipo de memoria del Coco. Pero él es el DT, sabe lo que dice y lo que hace... Estoy tranquilo porque soy chico, tengo que mejorar. Este último año conseguí cosas importantes como jugar en la Primera, ser reconocido por la gente... Y ahora espero dar todo para estar en los 11.
-¿Será una forma de demostrar que los pibes pueden ser titulares?
-No hay que demostrar nada. Uno tiene que ser uno en la cancha, por algo llegamos adonde llegamos los pibes. Tenemos que seguir esforzándonos, tomar la experiencia de los grandes y de los partidos y aprovechar cada chance.
-¿Y cómo te encuentra a vos esta oportunidad?
-Estoy muy bien, cada día que pasa me siento mejor. Sé que estoy frente a una posibilidad muy importante de ser titular en Boca y espero que esto sirva como un empujoncito para tener la chance de arrancar entre los 11 en el torneo.
-De los cuatro partidos, ¿en cuáles sentís que rendiste como querías?
-Siempre soy muy autocrítico conmigo, pero creo que de los cuatro que jugamos tuve dos buenas actuaciones: Manchester y Aris. Fueron los partidos en que me sentí más cómodo.
-¿Qué es estar cómodo?
-Sentirme cómodo es que las primeras pelotas las juegues bien para entrar en confianza. Después, pasa por cómo se da el partido, que haya espacios para jugar, que se llegue con claridad. Con el Milan estuve muy estático, quise jugar de wing como contra Manchester, pero no me sentía yo, estaba atado, sin confianza para resolver la jugada. Con Aris cambió: me moví más, tiré diagonales, paredes, encaré y metí el centro cuando debía. Me sirvió mucho esta gira.
-¿Cuántas gambetas necesitás hacer bien para entrar en confianza?
-No pasa por la cantidad de gambetas. Es sentirse con confianza en el primer pase, en el primer pique. Te hace más fuerte. Cada vez que entro a la cancha me quiero comer a todos, busco ser el mejor, pero si la primera pelota la tocaste bien, es algo extra que sirve para todo el partido.
-¿Cómo te cayó que se hablara de la necesidad de traer otro delantero?
-Es normal que venga un refuerzo con más experiencia. Boca es así, se caracteriza por traer figuras. Pero estoy tranquilo porque sé que vengo haciendo bien las cosas. Ojo, no estoy relajado, no me quedo con esto: quiero jugar cada vez mejor. Pero sé que el que venga se va a tener que matar para pelearnos el puesto a Tito Noir y a mí.
-¿Qué tenés que hacer para tener más gol?
-Definir un poco mejor (risas). Es un déficit que tuve en el último semestre, pero sé que lo puedo mejorar, tengo las condiciones para hacerlo, y tiempo. Entiendo que tener más gol es muy importante para el delantero, pero se va a ir dando de a poco. Cuando entren las primeras, esperemos que entren las demás.
-¿Sentís que estás como Palacio al llegar a Boca?
-No sé. Debo estar tranquilo. Todo se aprende con los partidos. Obvio que, mientras tanto, te van a cagar a pedos también y está bien que eso pase: te hace abrir los ojos. Apenas llegó, Palacio no jugaba. Y después terminó siendo ídolo. Igual que Guillermo. Ojalá sea lo mismo para mí: estuve esperando todo este tiempo detrás de Rodrigo con un respeto tremendo, y ahora, si nos toca pelear con Tito este lugar, espero que sea de la mejor forma.
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