lunes, 3 de agosto de 2009

Javi vuelve a atajar luego de aquella final ante Tigre, de la que salió llorando y lesionado: "Hace ocho meses que lo espero".

"Estoy bien, con la ansiedad lógica que podés tener ante un nuevo debut. Pasó mucho tiempo".

Javier García vuelve a ser el arquero de Boca. El titular de Alfio Basile es Abbondanzieri, pero el DT le da otra chance al Cóndor.

Todavía se mantiene vivo el contraste de la felicidad de un Boca campeón y su cara angustiada, con lágrimas que parecían escaparse de ojos que hoy tienen otro brillo. Será en un amistoso, y quizás en el menos relevante de los que tuvo y tendrá en Europa, pero al porteño nada de eso le importa. Será una esperada vuelta de página, para dejar atrás aquella agridulce noche del 23 de diciembre, cuando debió abandonar el campo de juego porque la pubialgia no lo dejaba moverse. Y para llegar hasta esta noche ante el Lask.

"Tengo una alegría bárbara. Fueron ocho meses esperando este momento. Se dijo que podía irme, pero decidí quedarme para poder volver a ponerme el buzo de arquero. Físicamente estoy bien, con la ansiedad lógica que tenés frente a otro debut. Me falta ritmo de competencia, pero gracias a los kinesiólogos, lo físico lo voy llevando adelante", anuncia. Y avanza.

-¿Qué fue lo primero que te dijo el Coco?

-Que quiere que sea feliz y que trate de hacer las cosas de la mejor manera.

-¿Qué sentiste en el momento de la lesión, cuando tenías tanta angustia en la cara?

-La impotencia de alguien que no quiere salir en un partido que jugué por terco, y no debí haberlo hecho. O al menos tendría que haber parado en el entretiempo. Tuve que salir por los pinchazos. Y gran parte de la decisión de quedarme en el club fue para demostrar que lo que se vio ahí no es nada comparado con lo que sé que puedo dar en el arco de Boca.

-El Pato sufrió algo similar en el Mundial 06, salió en un momento clave. ¿Te habló de eso?

-Siempre lo hablamos. El tuvo que abandonar la cancha porque le dolía muchísimo y pasó también por esa impotencia del que no quiere salir nunca.

-¿Qué aprendiste?

-A no ser tan cabezón. Me han dicho que no tendría que haber jugado e igual lo hice. Ojo, no me arrepiento porque quería estar en esa final, sabía que sólo faltaba un partido.

-Ante el Manchester el Pato sufrió un infortunio en un gol. ¿Te duele ver errores de otros?

-Obvio. Me pongo en la piel del Pato, porque es compañero. Pero también sufro con otros arqueros, como con Vega en el último partido, cuando me terminé agarrando la cabeza, o con Ojeda, a quien criticaron injustamente por los goles que le hizo Colón en la cancha de River. Es parte de lo que se sufre en el puesto.

-Se habló de traer otro arquero. ¿Molesta?

-No es algo que sólo vengo esucuchando en los últimos días: tengo la suerte de llevar varios años en el plantel de Primera y siempre se habló de traer arqueros. Antes era chico y ahora sé lo que es ser titular. Pero lo demanda Boca, tener un arquero de experiencia. Yo, en lo personal, solamente pensé en recuperarme.

-¿Podés pelear el puesto o aceptás el banco?

-Noo, ¿cómo voy a aceptar el banco? Ningún jugador piensa en hacer banco.

-¿Ni siquiera teniendo adelante un tipo consagrado como el Pato?

-No, porque a él también le sirve, si Josué y yo estamos bien, lo ayudamos a progresar.

-¿Qué te planteás hacer para sepultar aquella historia?

-No olvidemos que yo salí campeón, y eso me ayudó a seguir progresando y entrenando. Me veo tranquilo, trabajando, peleando de igual a igual.

-Boca no ha cambiado mucho de arquero en los últimos años. ¿Te imaginás varios años en el club?

-Ojalá, es mi deseo. Así como fue el deseo del Pato en su momento cuando estuvo tanto tiempo en el banco, hasta que se le dio. Yo quiero lo mismo.

-¿Estás ante una gran oportunidad o es sólo una chance más?

-Ante un partido para disfrutar. Me va a venir muy bien para lo futbolístico y para seguir creciendo.

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