Un país que tiene dos dígitos de desocupación, que vio en los últimos tiempos cómo salía gente a las calles a protestar en contra de la precarización del empleo y de muertes dudosas que involucran a policías intolerantes, que somete a muchos jóvenes a vivir con 700 mangos por mes, que tiene en sus calles autos abollados y/o pasados de moda, que muestra congestiones de tránsito insospechadas en la Europa desarrollada, que tiene gente hablando a los gritos en la vereda, que tiene mucho ruido en las calles, que muestra edificios abandonados o construcciones paralizadas, que vive el fútbol con pasión latina y a veces se le nublan los límites, que tiene taxis de fea presentación para recibir al turista, que cuenta en algunas esquinas con pibes que limpian los parabrisas, que tiene gente que en sus costumbres parece no haber incorporado la palabra "permiso" y que te choca hasta que te corrés...
La gira de Boca empezó su recorrido final con un paseo que parece Argentina, pero no lo es, aun cuando en un canal de televisión están pasando Chiquititas, de Cris Morena. La Grecia que muestra Salónica es, para los que están involucrados en esta gira, una buena introducción al país que, pese a todas las contras, igual se extraña.
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