sábado, 18 de septiembre de 2010
Ya falta poquito...se viene el 10...hizo fútbol...
Juan Román Riquelme hizo fútbol en espacios reducidos aunque su figura se magnificó en Casa Amarilla. Cada día está más cerca de volver a calzarse la 10…
Esta semana dio el batacazo. Se puso los botines, volvió a coquetear con la pelota. Este sábado, después de unos 130 días desde su último partido oficial –y tras su operación en la rodilla izquierda- Juan Román Riquelme dio otro paso importante y, en Casa Amarilla, se prendió en una práctica en espacios reducidos que duró alrededor de 20 minutos.
Así y todo, sin apurarlo de cara al gran objetivo del semestre (el Súper Clásico), la idea consensuada es que JR10 regrese en La Bombonera, cuestión que podría ocurrir en la 9° fecha (Huracán) o en la 11° (Lanús).
El resto del plantel, de paso, se entrenó de cara al juego de mañana ante Colón. ¿El equipo? Lucchetti; Medel, Caruzzo, Insurralde; Clemente Rodríguez, Erbes, Battaglia, Escudero; Cristian Chávez; Viatri y Palermo.
"No hay que salir a ganar cueste lo que cueste",yo creo que si...
El técnico cree que el secreto para ganar es inteligencia para leer bien los partidos y no jugar al ritmo de la gente. También hace un análisis de los puntos flacos de su equipo.
Es un cantito histórico de la hinchada de Boca y, también, una exigencia amenazadora para los que están en el campo. “Que esta tarde cueste lo que cueste, esta tarde tenemos que ganar...”, baja de las tribunas. Y el equipo debe obligatoriamente responder, demostrar que no hace oídos sordos, por lo menos debe meter la pata y transpirar la camiseta. De eso se trata un poco la tradición xeneize.
Borghi se diferencia en parte de esa filosofía de juego a vida o muerte. Lo dice siempre. Para él no hay vida o muerte en el fútbol, no le gusta el drama. A veces, simplemente, lo que lo separa de otros técnicos es que él dice lo que piensa. Como si estuviera por fuera del sistema del fútbol. “Para hacerse fuerte de local deberíamos hacer lo mismo que con Olimpo, que fue leer bien el partido, no hay que salir a ganar cueste lo que cueste”, explica el Bichi, siempre sincero. Y enseguida agrega: “Yo siempre divido el partido en tres: el primer tiempo, los primeros 20 del segundo y los últimos. En ese período, vos tenés que ganar el partido, no desde el minuto cero. Y lo que necesitamos en nuestra cancha, fundamentalmente, es tener pausa, calma y no dejarse llevar por el entusiasmo de todo el mundo por hacer goles rápido”. ¿Qué otros problemas le ve a su equipo?
1) El control de juego
Sabe Borghi que hay problemas en la estructura general: falta seguridad defensiva, generación de juego y mayor cantidad de llegadas a posiciones de gol. "Lo que nos llama la atención es que no podemos mantener la diferencia cuando la conseguimos. No sabemos proteger ese gol. Las obligaciones de Boca exigen seguir buscando. Por ahí otros equipos ponen ocho defensores y tres atrás, y pasa inadvertido.
Nosotros no podemos. Y también nos cuesta mucho hacer un gol, hoy en día cuesta... El otro día me dejó contento ir ganando, que nos empataran y poder revertirlo otra vez".
2) Centros cruzados
A Boca, desde antes del partido ante San Lorenzo (en el que quedó más expuesto que nunca), le duelen las pelotas paradas y los centros cruzados. "Lo que nos preocupa son los centros cruzados. Hay dos problemas: uno es que la gente se mete demasiado pronto al área y a veces Lucchetti no tiene tiempo de salir a buscar la pelota; y el otro es la preocupación por no hacer tantas faltas alrededor del área como pasó con San Lorenzo.
Hoy, una falta ahí te complica mucho".
3) El conductor
Sin Riquelme, hay un problema: ¿quién conduce a este Boca? Por momentos parece que Battaglia la tiene más que Chávez, el reemplazante posicional de Román. "No es culpa de Sebastián, él no está diseñado para tener la pelota. Está para recuperar y entregar. Tiene entregas buenas, pero no es su mejor condición. Y a veces tira pelotazos y pierde la confianza. Es una cuenta pendiente. No sólo con Pochi, sino con todos los que probamos en esa posición. Nos falta el pausista, el que decide cómo se ataca y en qué momento.
Tenemos demasiado ida y vuelta, nos falta pausa".
4) El uso de carrileros
Son los que deben alimentar, además del enganche, al doble 9. En la mayoría de los partidos, a Boca le faltó esa conexión y el Bichi lo sabe. "Hoy (por ayer) lo contamos. En 38 minutos, Clemente llegó 11 veces.
Es una locura. El problema es que de esas 11 veces, recibió la pelota sólo en dos. El error no es de Clemente, sino del que tiene que definir adónde va la pelota. El tema de poner los carrileros es que la pelota pase más por ellos, y no lo estamos haciendo. No tengo quejas por la cantidad de veces que pasa, pero prefiero que pase cuatro y que pase bien. Tenemos que encontrar la forma de que la pelota sea bien distribuida".
5) Lectura del juego
La voz de mando no es Battaglia ni Palermo, por personalidad o posición.
Suele ser Riquelme el que ordena, grita, manda y en quien descansa la pelota. Sin él, falta algo. "Con All Boys nos cabeceraron cuatro veces en un tiempo en cuatro pelotas detenidas seguidas. Nos faltó poder de decisión inmediato para cerrar el problema. Eso es algo para corregir. Nos faltó tomar decisiones, que deben ser inmediatas, y no hemos tenido esa inmediatez necesaria".
Esa sinceridad es la que separa al técnico de Boca del resto. Para hablar y exponer las deficiencias de su equipo. No dice todo, está claro, pero esconde menos de lo habitual para los de su profesión...
viernes, 17 de septiembre de 2010
Al Final 2 cambios, ojalá le salga bien...
Finalmente, Medel será uno de los stopper y Clemente entrará por Gaona Lugo para recibir a Colón. Así, Erbes seguirá formando dupla con Battaglia. En la práctica de fútbol, los titulares ganaron 1-0 con gol de Escudero.
El regreso de Medel a los once era algo lógico, la incertidumbre pasaba por ver dónde lo utilizaría Borghi, pero en la práctica de hoy se despejaron las dudas. El Bichi puso a Gary de stopper, posición que ocupa en la selección chilena, y así Marín dejará el equipo. Por otra parte, Clemente dejó atrás la contractura y el casi enojo del DT, y volverá a ser titular como volante por la derecha en lugar de Gaona Lugo.
El tema de Rodríguez también estaba sobrevolado por dos cuestiones. Por un lado su físico, ya que se bajó del duelo contra Olimpo por una contractura en el isquiotibial izquierdo. Por el otro, por la baja de ese partido en Bahía Blanca y el posterior enojo de Borghi. Clemente se recuperó de su dolencia y habló con el DT para aclarar los tantos y por eso volverá a ser titular. Ocupará el sector derecho del medio campo, relegando a Gaona Lugo al banco. Medel, que purgó la fecha de sanción, podía volver a formar dupla con Battaglia en el centro de la cancha, pero Borghi prefirió ubicarlo en la línea de tres del fondo, ante la ausencia de Cellay. Gary entrará por Marín y así Erbes y Seba serán la pareja de doble cinco.
En la práctica de hoy, en donde hicieron un táctico de 35 minutos, los titulares le ganaron 1-0 a un combinado de la Reserva, con gol del Pichi Escudero sobre el final. Para recibir a Colón el domingo a las 20.20, Boca formaría con Lucchetti; Medel, Caruzzo, Insaurralde; Clemente Rodríguez, Erbes, Battaglia, Escudero; Chávez; Viatri y Palermo.
Parece que pibe Gaona, no juega...por que hace cambios?
Ayer el Bichi armó un táctico y metió a Clemente como uno de los carrileros. ¿Y el pibe Gaona Lugo?
La anunciada práctica de fútbol semanal se postergó para hoy. Ayer, en tanto, Borghi armó un trabajo táctico. Por lo que pudo observarse estaría despejada la duda sobre en qué posición jugará Gary Medel, quien vuelve al equipo tras la roja ante San Lorenzo. En dicha tarea, el chileno se movió como doble cinco, junto con Battaglia. De stopper por derecha (ante la ausencia por lesión de Cellay) estuvo Leandro Marín.
La principal incógnita, entonces, es si Clemente Rodríguez estará entre los titulares frente a Colón. En ese trabajo específico, el Pelado se movió como carrilero (Méndez fue el otro). Ya recuperado de una contractura en el isquiotibial izquierdo, el lateral se postula para volver al equipo tras su ausencia ante Olimpo. Las dudas pasan por el buen rendimiento que mostró el pibe Gaona Lugo en Bahía Blanca y también por el malestar que hubo dentro del cuerpo técnico por el faltazo, a último momento, de Clemente.
jueves, 16 de septiembre de 2010
El día después de confesar que pensó en largar todo, Jesús Méndez recibió muestras de cariño.
No fue un día más para Jesús Méndez. Fue el día después. De su confesión, de su decisión (y necesidad) de contar su pena. La mañana después de haber dicho que pensó en dejar de jugar, de admitir que sus días en Mendoza lejos del fútbol y cerca de los suyos, sus compañeros no lo dejaron sólo. Así como el martes se fue a comer a la casa de D'Angelo con Rossi y Monzón, ayer le tocó a Matías Giménez, con quien realizó un trabajo específico para carrileros, pasar un buen rato con él. Apoyo no le falta...
Los más jóvenes no son los únicos que se mostraron conmovidos por las declaraciones del volante. Sin su presencia, Borghi (que está contento por lo que rindió ante Olimpo) habló con el plantel y pidió que lo incluyeran en los ratos de ocio, ya que es un chico que, según él mismo dijo, se maneja bastante solo.
Así, mientras descansaba sentado en una de las heladeritas, Martín Palermo se acercó a preguntarle cómo estaba. Lo mismo hizo Juan Román Riquelme. Jesús, que casi siempre se mueve con los más chicos, es un pibe querido dentro del grupo y por eso todos demostraron que no está sólo en esta.
Escudero admite que no estaba bien al llegar y jugar en otros puestos no lo ayudó.
"Ahora no estoy al 100%, sí cómodo".
Yo estoy poniéndome bien, en mi peso de siempre, alrededor de 70 kilos. No estaba bien físicamente cuando empezó el campeonato”, dice Damián Escudero, sin levantar la voz. Es cierto: el talento no se pierde, pero el volante de 23 años pagó el hecho de haber jugado part time en España, 39 partidos en dos años. Y hay más: “Cuando llegué, me tocó la lesión y no pude entrenarme a la par de los compañeros, aunque con los partidos y los entrenamientos me puse a punto”, agrega, después de haber vuelto a ser titular el domingo ante Olimpo y con buenas chances de seguir en el puesto.
-¿Te apuraste en volver de la lesión y debutaste antes de tiempo?
-Puede ser, por ahí me apuré un poquito, pero se había lesionado Cañete, Bichi me habló, me preguntó si me animaba y le dije que sí. Si hubiese considerado que no estaba bien, no le habría dicho eso.
-¿Ahora se puede decir que estás al 100% o todavía te falta?
-No estoy al 100%, pero sí mejorando, hay que estar tranquilo y seguir así para ganarme el lugar.
-¿Qué te falta para alcanzar tu nivel de Vélez?
-Todavía me falta para eso, me falta rodaje. A medida que vaya jugando y agarrando confianza, voy a volver al nivel que tuve en un momento. Este que pasó fue el primer partido en el que realmente me sentí cómodo en la cancha.
-¿El carril es la posición en la que te sentís más cómodo?
-Yo siempre jugué en esa posición desde que me inicié, pero acá por distintas circunstancias me tocó jugar de enganche o de mediapunta. Ahora, ya hablé con el cuerpo técnico para jugar de carrilero. Les dije que me gusta jugar ahí porque, la verdad, me siento más cómodo.
-¿Te cuesta la vuelta?
-Tal vez en el primer tiempo con Olimpo se hizo complicado porque tenía que volver de lateral. En el segundo, me tocó trabajar más en la parte ofensiva y se notó la diferencia. Pero el retroceso lo tengo que hacer, el otro día por lo menos lo aguanté bien.
-A veces parece que les falta la pausa que le podría dar Riquelme, ¿ustedes lo notan?
-Eso se habla. A veces estamos muy acelerados y no podemos manejar la pelota. Pero creo que eso es por la desesperación, por la situación que estamos viviendo. Con Román sería otra cosa, claro.
-Por ahora les costó de local. ¿Pesa hasta para los propios jugar en la Bombonera?
-Es verdad que no venimos bien de local, pero no creo que sea porque nos pese. Hay que aprovechar este partido que tuvimos en Bahía Blanca para cambiar la racha y empezar a sacar los tres puntos, poner todo para no dejar escapar más puntos de local.
-¿Todavía pueden salir campeones?
-Seguro que podemos pelear. Nosotros nos tenemos mucha confianza.
-¿Y cuándo va a aparecer el equipo?
-Lo del domingo nos dio una tranquilidad para trabajar de otra manera en la semana. Sabemos que no tenemos que perder más puntos en casa. Ese es el primer objetivo. Hay que ganar, y más de local, no desperdiciar más puntos. Y, sobre todo, tenemos que ser más regulares. Si ganamos dos o tres partidos seguidos recuperaremos un respeto importante y empezaremos a pisar fuerte en el torneo.
Clemente,esta en capilla...
Al cuerpo técnico no le gustó su baja en Bahía y, aunque el 3 está mejor de su lesión, habrá que ver si va con Colón.
Gary vuelve después de cumplir la fecha de suspensión y tengo dos lugares para ponerlo. Atrás o en el medio. Veremos si va por Erbes o por Marín”. Confirmado el regreso de Medel por el propio Claudio Borghi (sólo resta saber en qué posición), la principal duda para el partido con Colón tiene que ver con la presencia o no de Clemente Rodríguez. ¿Habrá indulto tras el enojo del cuerpo técnico por su faltazo al viaje a Bahía Blanca? ¿El lateral llegará en óptimas condiciones físicas? De jugar, ¿por qué banda se moverá? Lo que está claro antes de la práctica de fútbol que se realizará hoy en Casa Amarilla es la ausencia de Christian Cellay. El defensor, que se perdió el partido con Olimpo, continúa con su esguince en el tobillo derecho. Ayer, ni siquiera entró al campo de juego. Se la pasó en el consultorio sometiéndose a kinesiología. Una chance es que Medel ingrese en su lugar, desplazando del equipo al pibe Leandro Marín, titular en Bahía Blanca. La otra posibilidad es que siga el juvenil como stopper y el chileno arme el doble cinco con Battaglia (en ese caso saldría Erbes).
En cuanto a Clemente, ayer trabajó otra vez en forma diferenciada debido a su contractura en el isquiotibial izquierdo. Se dice que hoy podría estar disponible para que el Bichi lo utilice en la práctica de fútbol. Pero como viene sin mucho ritmo de juego, algo disminuido físicamente, es probable que el DT decida preservarlo esta fecha y que el pibe Gaona Lugo y el Pichi Escudero sigan como carrileros. El resto sería el mismo equipo.
miércoles, 15 de septiembre de 2010
La recuperación de Riquelme se vive día a día.
Ayer, después de mucho, usó los botines y le dio a la pelota.
Los conitos verdes son privilegiados de lujo. Tic, tac, para acá, para allá, Riquelme gambetea como en aquellos años de baby, como tantos nenes aprenden uno de los gestos técnicos más importantes del juego: conducción de pelota. Y si hay algo de lo que Román entiende es de conducir. Y de pelota...
Otra vez, como siempre, Riquelme se vistió de estrella. Aun lesionado, apartado, a un costado, ayer a la mañana provocó que la atención periodística se focalizara en él. Porque si Román mueve una uña (llegará algún día en que lo hará), Casa Amarilla tiembla. Así, todas las cámaras instaladas en la cancha principal del predio pasan a ubicarse en la otra punta, enfocando al 10 y sus movimientos.
La gente también es privilegiada de lujo. A través de las hendijas que deja el chapón que cubre el predio, la magia del celular permite fotografiar al ídolo. Y hasta recibir un par de autógrafos, contarle cuánto se lo extraña, mientras el hombre corre y corre.
Ayer fue el día en que Riquelme intensificó sus trabajos en la recuperación de su operación en la rodilla izquierda por una osteocondritis. Comenzó con su rutina habitual en el gimnasio y luego empezó a correr junto a Clemente Rodríguez (ver página 9) y el kinesiólogo Leo Betchakian. Al rato, se calzó los botines, luminosos, deliciosos. Continuó con el trote, casi siempre acompañado de la pelota, y varias veces le dio con el pie derecho a la bola hacia adelante. En el final, sí, apareció el ejercicio en el que realizó esos movimientos zigzagueantes, con la pelota pegadita al pie, para eludir conitos, soñando que en un par de semanas puedan ser rivales. Si la rehabilitación se mantiene como hasta ahora, sin retrocesos, es probable que el 10 pueda regresar a jugar en la 9ª fecha frente a Lanús o en la 11ª ante Huracán, para llegar con el ritmo suficiente al superclásico del domingo 7 de noviembre.
Más allá de la importancia de recuperar el contacto con la pelota, tanto los médicos como los preparados físicos consideran que es clave que Riquelme siga fortaleciendo el cuádriceps, músculo que quedó debilitado luego de la operación a la que se sometió el 18 de mayo. Por eso, hay varios días en los que Román trabaja en doble turno, con equipamiento especial para recuperarse de la mejor manera. Y si no, alcanza con recordar su sentencia: “Es la primera vez en mi vida que me voy a tomar en serio una lesión”. Borghi, y todo Boca, lo esperan...
Borghi hará cambios, para que?
Borghi está en un laberinto que, esta vez, tiene varias opciones de salida. Acertar hoy quiénes serán los 11 que enfrentarán a Colón adquiere el rótulo de quimera. Salvo en el arco (Lucchetti) y en la delantera (Palermo-Viatri), Bichi tiene dudas en la defensa y en el medio.
Lo importante es la lesión de Christian Cellay, quien padece un esguince en el tobillo derecho y está casi descartado para el domingo. Ya se había quedado afuera ante Olimpo. ¿Qué es lo que retrasa tanto su regreso? El dolor es en una zona del tobillo en la que no llega la infiltración. Por lo tanto, hasta que no desaparezca la molestia, no puede ni trotar. Desde hace tres días que lo único que hace es bicicleta (en el gimnasio) y kinesiología.
Así, se abren las posibilidades. Borghi puede volver a contar con Medel (cumplió la fecha de suspensión) y usarlo de stopper, como ante All Boys, o apostar otra vez por Marín. En el medio, hay más interrogantes. Gaona Lugo conformó y podría seguir. Battaglia será uno de los volantes centrales y Erbes o Méndez pelean por acompañarlo. Por la izquierda, como viene sucediendo en las últimas fechas, Bichi tiene las mayores dificultades para elegir: Giménez no termina de convencer y Escudero no aprobó con holgura el examen en Bahía. Por eso, la única chance que se vislumbra para un indulto a Clemente (ver aparte) es que pueda ser utilizado por izquierda.
martes, 14 de septiembre de 2010
Palermo sostuvo que su compañero de fórmula “se consolidó”.
Además, explicó: “Lo demostró con sus goles, su sacrificio y su juego”. La dupla de Borghi va tomando confianza…
Feliz, todavía con la sonrisa incrustada en la cara por la victoria ante Olimpo se lo vio a Martín Palermo. En conferencia de prensa, el Titán no dejó tema sin tocar, y expresó su alegría tras el buen nivel que mostró en Bahía Blanca. “Necesitábamos resultados que lleven a la confianza y a tener un mayor optimismo”, asegura.
Sobre el gran rendimiento que tuvo junto a Viatri, con quien lograron integrar una dupla de ataque que mete miedo, Palermo explicó: “Lucas encontró su lugar, se ha consolidado. Lo ha demostrado con su goles, su sacrifico y su juego. Tienen nueve para rato después de que yo me retire”, tiró, llenando de elogios al otro atacante, en quien Borghi confió para acompañar al histórico goleador de Boca.
Ya volviendo al tema del irregular arranque del Xeneize, que perdió tres partidos, ganó dos, y empató uno, Palermo asegura que “necesitan encontrar la regularidad”, y detalló: “Hasta ahora no tenemos un término medio. Ni somos lo de Vélez u Olimpo, ni tampoco somos un equipo débil por haber perdido con San Lorenzo, Racing o All Boys”.
Imaginando la posibilidad de su retiro, el histórico volvió a destacar que todavía sueña con la tan ansiada Libertadores: “Analizar hoy es muy prematuro. Mi cabeza está puesta en terminar en junio. La única opción es entrar a la Copa Libertadores, ganarla, e ir al Mundial de Clubes. Eso lo extendería seis meses más. Apuntemos a este campeonato y después vemos”, cerró Martín.
Respiren aliviados compañeros xeneizes
Juan Román Riquelme se puso los botines para hacer trabajos con pelota. Trascendió que volverá, en La Bombonera, ante Lanús o Huracán. Le interesa llegar diez puntos al Súperclásico. Hace 128 días que no juega.
Hasta ahora, la única confirmación es el escenario: Román volverá a vestir la 10 de Boca en el jardín de su casa, en la mismísima Bombonera.
¿Cuándo? Es el gran interrogante del que nadie tiene respuesta oficial, pero Olé está en condiciones de afirmar que su regreso, si no se produce ningún retroceso en la recuperación, será en la 9ª frente a Lanús o en la 11ª, ante Huracán.
Aquí entran en juego las distintas variantes de análisis. A ver...
Riquelme cumple con la rehabilitación prevista y se encuentra en la etapa de fortalecimiento del cuádriceps, que quedó debilitado luego de la operación de rodilla (18/5). Hasta ahora, no le apareció líquido, un elemento clave a tener en cuenta. Al cabo, lo que provoca optimismo pero a su vez no permite establecer una fecha definitiva de retorno, como sucedió con Sebastián Battaglia, quien al final debió esperar nueve meses para volver a jugar. Mientras tanto, esta mañana volvió a ponerse los botines y hacer leves trabajos con pelota. Todo un avance. Más que auspicioso… Pensar que hace 128 días que no juega por los puntos (desde el 9 de mayo, en el 1-2 con Huracán por la 18° fecha del Clausura. El 18 de mayo lo operaron).
La idea de Román es disputar, como mínimo, dos o tres partidos antes del superclásico, que se jugará el 7/11 en el Monumental, porque quiere llegar afilado al partido que más lo motiva.
Román no ve la hora de jugar, pero recién lo haría en la 9ª o en la 11ª.
Quiere llegar afilado al Súper...
Hasta ahora, la única confirmación es el escenario: Román volverá a vestir la 10 de Boca en el jardín de su casa, en la mismísima Bombonera.
¿Cuándo? Es el gran interrogante del que nadie tiene respuesta oficial, pero Olé está en condiciones de afirmar que su regreso, si no se produce ningún retroceso en la recuperación, será en la 9ª frente a Lanús o en la 11ª, ante Huracán. Aquí entran en juego las distintas variantes de análisis. A ver...
Riquelme cumple con la rehabilitación prevista y se encuentra en la etapa de fortalecimiento del cuádriceps, que quedó debilitado luego de la operación de rodilla (18/5). Hasta ahora, no le apareció líquido, un elemento clave a tener en cuenta. Al cabo, lo que provoca optimismo pero a su vez no permite establecer una fecha definitiva de retorno, como sucedió con Sebastián Battaglia, quien al final debió esperar nueve meses para volver a jugar. Así, lo más probable es que Riquelme reaparezca en el encuentro ante Huracán ya que todavía, por ejemplo, no realizó ejercicios sofisticados con pelota ni practicó varias veces con botines. La idea de Román es disputar, como mínimo, dos o tres partidos antes del superclásico, que se jugará el 7/11 en el Monumental, porque quiere llegar afilado al partido que más lo motiva.
lunes, 13 de septiembre de 2010
Y Clemente?
En Boca no cayó bien que se bajara sobre la hora del partido con Olimpo y que tampoco viajara con el plantel. "El técnico me entiende", dijo. ¿Ahora Borghi lo dejará afuera contra Colón?
Clemente Rodríguez no estuvo en Bahía Blanca. Y su ausencia no cayó bien en el club. No sólo que no jugara, sino que no viajara con el equipo. Nadie lo dijo oficialmente, pero esperaban otra actitud del pelado que viene jugando como lateral-volante y que se bajó casi cuando se subían al charter.
Sin embargo, Clemente salió a dar su versión en ESPN de Radio Rivadavia. Y contó que "tenía ganas de viajar pero decidimos con el doctor que descansara. Borghi escuchó mi opinión y la del médico para que me recupere. Mejor recuperarme así y no empeorar, el técnico me dio su apoyo y me entiende". Clemente también explicó que "el viernes me sentía con dolor, caminaba y me dolía, entonces decidí que me hagan un estudio para estar más tranquilo. No salió nada, pero estoy lesionado"
El domingo, el pibe Gaona Lugo (habitual delantero en Reserva) jugó en su lugar y anduvo bien. Y entonces es posible que Borghi, satisfecho con el nivel, le dé otra vez confianza al chico. En esta semana de trabajo, habrá que ver si Cellay puede volver y seguramente Medel (cumplió la suspensión después de ser expulsado con San Lorenzo) entraría por Erbes.
Lucchetti, no sabe cortar ni un centro,y si juega Maxi Scaparoni?
En la mira desde que llegó a Boca, Lucchetti volvió a cometer un error que le costó caro: descuidó el primer palo y Cobo no perdonó. Igual, la defensa cumplió.
Se dice que la camiseta de Boca pesa casi como el madero que cargó Jesucristo. Y también se dice que el arco de Boca es el más grande del fútbol argentino. Sea cierto o no, Cristian Lucchetti sigue bajo la amplitud que genera la lupa que todo el mundo pone sobre él. Por algo Borghi pidió un arquero apenas llegó al club. No es para cualquiera. Y, ante esta presión extra, las fallas del arquero saltan a la vista inmediatamente, como en el gol de ayer de Olimpo. Galván apareció por derecha, metió un centro bajo al primer palo, Erbes perdió la marca y Cobo la tocó suave para que ingresara entre el Laucha y un poste que estaba mal cubierto.
Durante la semana, el propio Lucchetti había aceptado hablar a fondo de su momento en Boca y de esa sensación de inseguridad que merodea en su área. De los nueve goles que el equipo recibió hasta el momento, el ex Banfield fue el responsable directo del primero de All Boys (salió tarde a cortar y le cometió penal a Matos). El viaje a Bahía Blanca era todo un banco de prueba para la defensa, y claro, para el arquero: cancha chica, el rival suele potenciar al máximo las pelotas aéreas. No estuvo Cellay, que fue reemplazado por el pibe Marín, lateral de oficio. Igual, el final arrojó un saldo positivo para un fondo que casi no pasó sofocones con el gigante Delorte y Cía.
“El arco mide lo mismo, pero el periodismo muchas veces no es objetivo para opinar y hace que el arco sea más grande. Los goles que te hacen en un lado son de una manera, y los que te hacen en Boca, de otra. Pero son las reglas del juego. Si ganamos, nos van a ver bien”, se había desahogado Lucchetti en la semana. Pues bien, anoche ganó, aunque él falló.
Boca ganó,respiramos una semana
Boca derrotó sus traumas, disfrutó de una buena noche de su doble nueve y por fin tendrá una semana de paz.
Era una cuenta pendiente que los dos nueves coincidieran en una buena noche. Lo era, también, que Boca sacara de las entrañas, de una vez por todas, la actitud de un equipo que quiere salir del pozo y pelear por algo. Y la cancha de Olimpo, chiquita (tiene diez metros de largo menos que la Bombonera), mojada (llovió los 90 minutos), era el diván perfecto para resolver las taras de Boca: la bipolaridad de un equipo que sale a comerse al rival tocando por abajo y bien y se deprime después del empate. La sesión terapeútica en Bahía terminó a la perfección: este equipo mostró el fuego de su doble nueve en el área y el fuego en el pecho del resto. Le dieron el alta.
Con el 3 a 1 puesto, queda claro que Boca sufre más de la cuenta. Un temblor se convierte en terremoto y, de a ratos, da la sensación de quedar absolutamente en ruinas. Durante la media hora posterior al empate (que llegó con el mismo vértigo con el que el equipo de Borghi jugó el primer cuarto de hora), Olimpo se agrandó al ritmo de los temores rivales. Le sacó la pelota y le revoleó 19 pelotas al área, con diferente grado de peligro, aunque sólo el anticipo de Cobo -en complicidad con Lucchetti- se plasmó en el marcador. Ese error le derribó todo lo conseguido hasta el minuto 17: la confianza de arrancar arriba jugando bien, la esperanza de terminar con la valla en cero, la ilusión de no perderle pisada a los de arriba... Lo psicopateó.
Boca tuvo que empezar de cero, como si el partido jamás hubiese comenzado, dejando de lado el mazazo del empate tres minutos después del 1-0. Borghi se puso, entonces, la pilcha de psicólogo para resolver la baja autoestima de sus muchachos. Porque la única manera de justificar los males de este equipo es la insolvencia anímica: los mismos 11 que salieron en el segundo tiempo jugaron a otra cosa. Y Olimpo, que con poco había sido superior, ya no se sintió tan cómodo y perdió pelota y espacios. Los hombres del Bichi entendieron que lo que salva al feo de una mala noche es sentirse ganador. Y Boca lo hizo: Gaona Lugo copó su carril, Caruzzo le pisó los pies al grandote Delorte y Palermo, que conoce esos argumentos de memoria, se convirtió en el galán de la noche. Y repartió para todos: asistencia para Viatri y para Insaurralde, que también aprovechó su altura para marcar presencia en el área. Así, Boca volvió a ser el feo con el que nadie quiere bailar...
La terapia de Bahía le dejará a Boca no sólo una semana de paz, sino también un precedente fundamental para el futuro: que en la necesidad, en la urgencia que tenía el equipo de no perder de nuevo, no importa el 3-4-1-2, ni la belleza. Hay que tener fuego. En el área y en el pecho.
domingo, 12 de septiembre de 2010
Riquelme no estará en la cancha, pero viajó a Bahía Blanca con el plantel
Hay lugar en el vuelo?”. El viernes por la mañana, un dirigente de Boca escuchó la pregunta de Juan Román Riquelme. Al conocer la respuesta, afirmativa, el 10 quedó en contestar. Habló con su hijo Agustín y le preguntó qué le parecía la idea de viajar con el plantel a Bahía Blanca. El nene, bostero de alma, aceptó con ganas. Y ayer, cuando el chárter despegó con destino al aeropuerto Espora de esta ciudad, el enganche fue uno de sus pasajeros. No juega, pero juega...
Esta decisión de Román pasa por querer estar con sus compañeros en este mal momento. Y también, claro, con el cuerpo técnico. El mensaje apunta a Borghi. “Ojalá que cuando vuelva pueda ser dirigido por él”, deseó hace poco. En días en los que no hay certezas en cuanto a lo que puede ocurrir con el DT en el caso de un resultado negativo ante Olimpo, el viaje de Riquelme suena a implícito apoyo. Su presencia supone, además, una motivación especial para sus compañeros. Matías Giménez fue uno de los que reconoció públicamente la influencia que tuvo la arenga de Román antes del partido contra Vélez.
“Tengo ganas de jugar ya”, le contó a sus íntimos Román, aunque aún le faltan algunas semanas. Todavía no puede entrar a la cancha, pero con estas actitudes fuera del campo de juego, ya está jugando...
Dos bajas. A último momento, el vuelo tuvo dos pasajeros menos. Christian Cellay, que estaba entre algodones, finalmente se quedó en Buenos Aires debido al golpe en su tobillo derecho. El otro ausente es Clemente Rodríguez, quien en la práctica de la mañana se resintió de su dolencia muscular. Sobre llovido, mojado.
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