sábado, 21 de agosto de 2010

Borghi está obligado a hacer cambios en todos lados. Pero a veces un equipo se arma por accidente.


Hay buenas y malas para Borghi: esta semana, justo cuando aumenta la necesidad de ganar, en cada una de las zonas en las que él divide al equipo se encontró con problemas y se vio obligado a modificar la idea original. Así y todo, hay una forma de mirarlo en positivo.

Muchas veces los equipos se arman accidentalmente. Una lesión, una suspensión, un jugador que entra, rinde y se queda para siempre. Entre ingresos y cambios de posiciones, en una de ésas aparece el Boca del Bichi...

Zona defensiva.

Cellay terminó el clásico ante Racing con una contractura y no llegó a recuperarse. Sin Muñoz, titular en los partidos de pretemporada y vendido al Palermo de Italia, no aparecerá ningún juvenil. El técnico eligió correr a Medel de la posición de volante central a la de stopper por derecha.

Zona media.

Battaglia y Clemente no se entrenaron normalmente hasta ayer, el primero se mostró recuperado y el otro no evolucionó como se esperaba y todavía está en duda. “Voy a llegar bien”, dijo igual el Pelado. En tanto, Méndez era candidato a dejar el equipo para que volviera Matías Giménez, pero con la lesión de Cellay y el cambio de lugar del chileno, el Bichi tuvo que reacomodar todo el mediocampo: Clemente o Marín, Méndez, Battaglia y Giménez. A pesar de estos contratiempos, la movida de piezas puede resultar beneficiosa, ya que por primera vez podría contar con dos carrileros-carrileros y un número 5 con juego como Jesús.

Zona ofensiva.

Si alguna vez se discutió si se podía jugar con doble 9 y quién debería salir, la lesión de Viatri en el clásico dejó a Palermo como único hombre de área y el que aparecerá de entrada será Pablo Mouche. Y por la falta de generación de juego y abastecimiento, debutará como titular el juvenil Cañete por Escudero.

Román, desde afuera, igual juega: respaldó a Borghi


Nadie tiene la verdad. Bianchi ganó a su manera, Basile, Russo, Borghi... A él se lo ve tranquilo y seguro, y eso nos da tranquilidad a nosotros. Ganó todo con Colo Colo y también con Argentinos, y está convencido. Ojalá que nos haga salir campeones con la camiseta de Boca. El fútbol no tiene tantos secretos. Lo que falta es un tiempo de adaptación. Hay un técnico nuevo, jugadores nuevos”.

Acá saltó la banca. Riquelme se jugó un pleno por su técnico. Riquelme, cuando habla, entiende perfectamente el significado, la importancia y las consecuencias que tiene cada una de las palabras que salen de su boca.

Pese a la coyuntura de no poder ayudar desde adentro, con el fastidio lógico que eso le causa, Román se ríe. Se divierte cuando Tití & Benedetto, desde su programa en Fox, lo cruzan telefónicamente con Patrick Kluivert. También cuando, entre pregunta y respuesta, le piden autógrafos en camisetas, buzos de arqueros y hasta en servilletas. Enseguida engancha recuerdos del domingo pasado: “Fue un momento muy lindo cuando pasé a saludar por el vestuario con mi hijo y me dijeron que querían entregarme una camiseta en el campo. Me dio vergüenza. La gente está loca... Me tratan de una manera muy especial y eso me da felicidad”, cuenta, luego de su entrenamiento matutino en el gimnasio, que combina con kinesiología.

Al jugador que más extraña Boca todavía le falta para poder volver a la cancha. Como mínimo necesita un mes más de recuperación. Pero él se siente bien, ve su evolución y eso lo hace feliz. “Me encuentro en un momento muy bueno, corriendo y agregando cada vez más trabajo, sin parar nunca que es lo más importante. Cada día me siento mejor y los médicos están muy contentos. Pero no voy a volver hasta el día en que me encuentre al 100%”, dice, antes de repetir que por primera vez en su carrera se está tomando muy en serio la lesión. “Siempre volvía antes, no paraba... Hasta el partido con Huracán que no me quedó otra que operarme”, completa.

Ni los médicos del plantel ni el propio jugador hablan de una fecha de regreso. Sólo se sabe que, como pronto, reaparecería en la séptima fecha, pero que para estar bien del todo necesitaría hasta la novena o la décima. “No tengo fecha de regreso. Voy mejor de lo que esperaba, pero sé que hoy no puedo jugar. Todavía me queda ganar fuerza en mi pierna enferma, como yo la llamo”, explica, consciente de que la evolución de una operación de osteocondritis es día a día y que podrían aparecer retrocesos, como le sucedió a Sebastián Battaglia, quien pensaba que su recuperación iba a demandar cuatro meses y al final le llevó siete. Y recalca: “Ojalá que el día que me toque volver el equipo esté peleando el torneo y yo pueda ayudar”.

Por lo pronto, sabe que su primer regreso será el 7 de septiembre en el Monumental, en el amistoso entre la Selección y España. “Siempre fui a jugar, ahora voy a ir a ver el partido y a mi amigo Iniesta con mi hijo y mi hermano...”. Para volver en Boca, dentro del campo, todavía le falta..

viernes, 20 de agosto de 2010

Un Bichi optimista.


Sabe que comenzó rengo el Apertura pero que nada es irreversible. Igual, sólo le dedicó un segmento de su conferencia al fútbol. ¿El resto? Una vez más, sus puntos de vista sobre el manejo de la prensa y las críticas externas sobre su sistema de trabajo.

Para Borghi, el Mundo Boca es más nombre que otra cosa. Para el Bichi, el Mundo Boca es un Mundo Normal. Sin embargo, con respeto y con la gracia de siempre, no dejó de enroscarse una y otra vez con sus pasajeras broncas temáticas, con las fotos, con los bostezos, con el derecho de rascarse allá abajo –a lo Rafa Nadal- sin necesidad de ser fotografiado, y de etcéteras que se quedaron muy lejos del análisis del único punto, sobre seis en juego, conseguido hasta ahora. ¿Cómo tomará entonces un partido de tercera fecha ante All Boys y fuera de Floresta?

“Ganar siempre es importante. Pero si fuese un partido de vida o muerte lo pongo a Cellay, aun desgarrándose; o meto a Viatri infiltrado; o le doy dos inyecciones a Riquelme y listo… Hay que tratar de ganar. Pero dignamente”, dijo el técnico, quien no confirmó la formación pero qué, seguramente, el domingo en el Ducó parará a Lucchetti; Medel, Caruzzo e Insaurralde; Clemente, Battaglia, Méndez y Giménez; Cañete; Mouche y Palermo.

“Tenemos inconvenientes para llegar al arco rival. Per olo que más me gusta es el hecho de que todos los comentarios que hay fuera no se sienten dentro. Y hay un convencimiento interno de lo que estamos haciendo. A veces ganás un partido jugando muy mal y a veces perdés un partido jugando muy bien. En este caso, los puntos hacen la semana tranquila aunque no se cambian las preocupaciones del entrenador…”, analizó. “Estaba viendo el otro día algunos partidos del Ascenso y pasa lo mismo. Se está pidiendo la salida de algunos técnicos. Yo tengo que hacer mi laburo y tratar de ganar. No es que no queremos hacerlo: no pudimos hacerlo. Y aquellas personas que piensan que vamos a cambiar nuestro sistema de trabajo para poder ganar están muy equivocados…”, agregó intentando apagar la silla eléctrica.

¿Qué puede pasar con Boca? ¿Con él? “No siempre el que arrancó primero terminó campeón. Me gustaría tener seis puntos, claro. Ahora tenemos la obligación de ganar y de que los punteros no se arranquen demasiado. Cuando (Miguel Angel) Russo tomó Racing perdió los dos primeros partidos y hoy está reconfirmado…”, cerró su conferencia en el corazón del Mundo Boca, de un Mundo Normal.

Las lesiones de Cellay y Viatri obligan a Borghi a modificar más de lo que ya había pensado


Por cuestiones tácticas. Entre las nominales y posicionales, son seis variantes con respecto del 1-2 con Racing.

Dado vuelta. Así está Boca para enfrentar a All Boys. Con un equipo que no modificará su envase made in Borghi pero sí su contenido. O sea. El 3-4-1-2 se mantiene inalterable, acorde a la convicción del técnico. La modificación estará en varios de sus intérpretes. No es un dato menor. Es difícil encontrar dos jugadores con idénticas características, así que se supone que esta movida generará un cambio en el juego. Pero, ¿por qué tantos cambios? Algunos son obligados, por lesión. Otros, por necesidad táctica. Y los restantes, por buscar el mejor funcionamiento. Ninguna línea se salva. Veamos...

La defensa. “La idea es jugar, pero vamos a ver si llego en condiciones”. Christian Cellay blanqueó su problema. El ex Estudiantes terminó el partido contra Racing con una fuerte contractura en el aductor derecho. Ayer, como el martes, volvió a trabajar en forma diferenciada. Hoy, no participará de la práctica de fútbol. Borghi piensa esperarlo hasta el sábado, pero hay muchas chances de que no juegue para que su lesión no termine en un desgarro y en un parate más prolongado, teniendo en cuenta que luego de All Boys se vienen Vélez y San Lorenzo en casa.

El inconveniente que se le presenta al DT es que al no tener un suplente confiable (Achucarro, Sauro y Alan Pérez carecen de experiencia para ingresar en este momento), apelará a los servicios de Gary Medel como stopper por derecha. Ahí es justamente donde el chileno rindió en el Mundial. Ahí es donde se paró en el trabajo táctico de ayer, a modo de indicio. Si al final Cellay no es arriesgado, Medel acompañará a Caruzzo e Insaurralde en el fondo, aunque Borghi haya dicho que Gary rinde mejor en el medio.

El medio. Si Cellay no llega y Medel baja, el Bichi deberá poner otro cinco para acompañar a Battaglia (trotó aparte por una molestia menor). Antes de la variante en el fondo, ya pensaba en sacar a Méndez de la derecha, poner allí a Clemente y meter a Matías Giménez por la izquierda. Esta chance de retroceder a Medel le abre una puerta a Jesús para mantenerse entre los 11 y actuar en el puesto que más le gusta, como doble cinco. De esa manera, el ex Central podría ser una interesante variante para el primer pase y para asociarse a la elaboración del juego, con los carrileros y fundamentalmente con el enganche. ¿Escudero? Difícil que se mantenga en el equipo. Hoy, en la práctica de fútbol, el Bichi probará con el pibe Cañete. Cree que el Chelito le puede aportar el volumen de juego que no le dio el ex Vélez, que no está tan habituado a la función de armador. En tanto, con Clemente y Giménez por afuera, el equipo ganará en dinámica por las bandas.

El ataque. Lucas Viatri, al igual que Cellay, también se lesionó contra Racing. La diferencia es que el problema muscular del delantero es mayor y por eso ya fue descartado para el domingo. Ante esa baja, al entrenador no le quedará otra que desarmar el doble 9 con Palermo. Su reemplazante será Mouche, que tratará de abrir la cancha por ambas puntas.

Si Cellay no juega, entonces serán seis los cambios de nombres o posicionales. Para dar vuelta la historia, un equipo dado vuelta.

jueves, 19 de agosto de 2010

Bichi paró el equipo que jugaría el domingo.


Mientras Riquelme se recupera, por primera vez va el pibe Cañete de titular. Clemente y Battaglia no practicaron por precaución y Cellay está con un pie afuera. Ah, jugó Calvo...

Práctica de Boca por la tarde. A puertas cerradas, fútbol para todos en la Bombonera. Bah, para todos los que están bien. Porque Battaglia y Clemente no formaron parte del entrenamiento, aunque creen que van a llegar al partido con All Boys, el domingo, para cerrar la fecha. Tampoco estuvo Cellay, contracturado, más afuera que adentro.

Claro que hubo algunas perlas en ese 2-0 de los titulares. Porque ahí apareció uno que estaba perdido, como el Pampa Calvo, para jugar como lateral-volante por derecha (después entró el pibe Marín). Y reapareció Matías Giménez, quien había salido después del error en el debut contra Godoy Cruz. De enlance no estuvo Escudero, sino el chiquilín al que apuesta Borghi: Cañete fue el enlace. Lo que se sabía, sin Viatri, es que la dupla iba a ser Palermo-Mouche.

Otra vez Medel volvió a ser stopper, debido a la lesión de Cellay. Los 11: Lucchetti; Medel, Caruzzo, Insaurralde; Calvo (Marín), Erbes, Méndez, Matías Giménez; Cañete; Mouche y Palermo. Fue 2-0, con goles de Cañete y Marín. El sistema no se toca, un 3-4-1-2. Los jugadores, sí, por lesiones y cuestiones tácticas. Borghi va probando.

"Mi mejor partido en Boca fue de cinco".




-Borghi dijo que te tenía que pedir perdón por ponerte en esa posición. ¿Lo tomás como un reconocimiento? -Sí, es bueno que el técnico reconozca el esfuerzo que hace uno. Puede salir bien o mal, pero yo le pongo todas las ganas.

-¿Te sentís cómodo pese a no ser tu puesto? -Trato de hacerlo porque me lo pide el técnico y también por el bien del equipo. No tengo ningún problema. Igual, Borghi y todos saben cuál es mi puesto.

-Sin embargo, desde que llegaste en enero a Boca casi no jugaste de cinco o de doble cinco.

-Sí, es verdad. En el semestre pasado me tocó jugar más por afuera. Jugué sólo dos o tres partidos de cinco y uno de ellos fue justo contra River, que creo que fue mi mejor partido en el club.

-¿Hablarías con Borghi para pedirle tener una chance de volante central o para negarte a jugar de carrilero? -No. Yo juego donde me pongan. Si confían en mí es porque piensan que puedo rendirle al equipo. Pasa que para jugar de volante por afuera tenés que tener otras características. Hacer el ida y vuelta, llegar al fondo, desbordar, tirar centros... Por ahí yo tengo otro estilo. Pero debo acostumbrarme y aprender. Si tengo que desbordar, intentaré hacerlo.

-¿Preocupa más que no se hayan dado los resultados o que el equipo no haya rendido? -Van dos partidos recién. Creo que hay que mantener la calma. Estoy seguro de que vamos a levantar. Contra Racing, por ejemplo, creo que hicimos un buen primer tiempo. El segundo gol de ellos nos complicó. Ahí sí nos costó llegar con claridad, pero confío mucho en este equipo. Hay que apuntar a mejorar tanto en lo colectivo como en lo individual.

-Se habla del sistema. ¿En cuánto influye? -No creo que el sistema sea el problema. Más allá de cuántos defensores haya, Boca siempre sale a ganar. La búsqueda en ofensiva no cambia.

miércoles, 18 de agosto de 2010

Pablo Mouche se perfila como reemplazante de Viatri


Asume que sus expulsiones por excesos quedaron en el pasado: “Me voy a equivocar mil veces, pero en esto nunca más”, expresó el delantero, que vuelve a tener una oportunidad.

“Sabía que la primera fecha no la podía jugar, y que tenía que arrancar de atrás para pelear el puesto. El técnico es el que decide y pone a los que están mejor, cuando me toque jugar, tengo que aprovechar la oportunidad”, arranca Pablo Mouche, en conferencia de prensa, feliz por la posibilidad de estar nuevamente entre los 11 titulares.

Al delantero se le abre una puerta tras la lesión de Viatri, que no llega al domingo, cuando Boca enfrente a All Boys. Por esto, Mouche ya se mete a full en el equipo, y analiza el rendimiento de las dos primeras fechas: “En defensa y en el mediocampo estamos bien, no sufrimos. En ofensiva estamos atacando pero nos cuesta tener claridad. Igual lo noto bien al equipo, cuando aceitemos algunas cosas y estemos más precisos, vamos a estar mejor”, explicó.

Ya tratando de olvidar el tema de sus expulsiones tontas, que estuvo en boca de todos el campeonato pasado, Mouche aseguró que eso ya pasó y que ahora, “los dirigentes están muy contentos”. “Lo tomo como un aprendizaje, un error de la vida, que cualquiera puede tener. Todos podemos tener errores. Me voy a equivocar mil veces, pero en esto nunca más”, contó el delantero, dejando en el pasado los errores que lo hicieron volver a sentarse en el banco.

Premio para Medel, en vez de salir por lo que hizo, jugaría por Cellay


Medel, luego de pasar por la barra de la U. Católica, recibió un guiño de Borghi, que lo puso de stopper en lugar de Cellay, con una contractura. Además, Erbes jugó por Battaglia y Mouche por Viatri. Hay 10.000 generales para ir al Ducó.

La escapada de Medel a Chile, con su aparición en la barra de la Universidad Católica, no le pasó factura. Borghi puso al Pitbull como stopper por derecha en el lugar de Cellay (con una contractura en el aductor derecho), despejando cualquier duda de posible sanción. Gary es uno de los jugadores preferidos del Bichi, titular indiscutible en el medio o en el fondo 8como jugó en la selección de Chile). Además, el DT puso a Erbes y Mouche por Battaglia y Viatri, ambos con contracturas.

De los tres que trabajaron diferenciado, Lucas es el de peor presente. Lucas está casi descartado para el partido del domingo contra All Boys. El tema de Cellay y Battaglia es más dudoso, porque ambos tienen chances de jugar en el Ducó. Por las dudas, Borghi paró una línea de tres con Medel, Caruzzo e Insaurralde; Erbes y Méndez formaron la dupla de volantes centrales; y Moche se paró arriba junto a Palermo.

Los once que irán por la primera victoria serían con Luchetti; Medel o Cellay, Caruzzo e Insaurralde; Clemente, Méndez o Medel, Erbes o Battaglia, Giménez; Cañete; Mouche y Palermo. Hay varias dudas. Parece que Cañete le ganará el lugar a Escudero.

Otro dato, Boca contará con 10.000 populares y 2.400 plateas para el partido del domingo, y es probable que se vuelvan a vender entradas a no socios, como se hacía antes en Casa Amarilla.

Puede ir Mouche por Viatri, que parece estar lesionado


Una nueva práctica de Boca, ya pensando en All Boys: Viatri no llega por una lesión y Cellay está en duda. Mientras, Riquelme trota y todavía le falta bastante.

Otra práctica de Boca, ya pensando en All Boys, el domingo a las 20.20. Y mucho fútbol reducido, el trabajo fetiche del bichi Borghi, en tres grupos distintos. Y sin dos jugadores, que laburaron aparte, con distintas molestias: Viatri y Cellay. Después le confirmaron a Olé que el 9 que metió los dos goles del torneo no podrá jugar, por una contractura fuerte. Y el central que llegó de Estudiantes está en duda.


El reemplazante de Viatri, en principio, será Pablo Mouche, quien entró en el final contra Racing. De esta manera, del doble 9, Borghi pasará a jugar con uno por adentro (Palermo) y otro por afuera.


Mientras el resto practicaba ya metido en el toneo, alrededor de una de las canchas de Casa Amarilla trotaba Riquelme, quien la semana pasada firmó su contrato por cuatro años. Al trote y haciendo trabajos de kinesiología anda Riquelme, quien como mínimo volvería entre la séptima y la décima fecha, después de la operación de rodilla izquierda.

Por otro lado, entre tanto refuerzos, el tema se fue estirando y finalmente se cayó: Gonzalo Fierro, el chileno que hasta estuvo en Boca charlando con Borghi, no viene porque no se consiguió el seguro que querían.

martes, 17 de agosto de 2010

Un bochorno,esto es Boca señores...


Gary Medel se subió al paravalanchas y hasta tocó el bombo en la popular de Universidad Católica. Pasó el día libre en Chile y ahí, rodeado de barras, vio el segundo tiempo del partido que su ex equipo le ganó 2-0 a Santiago Morning. Imperdible. A Borghi no le gustó mucho y dijo: "Hablaremos para que no suceda más".

Llegó al Estadio Municipal de La Pintana, en el sur de Santiago, apenas un ratito antes de que Milovan Mirosevic pusiera, de penal, el 1-0 para la Universidad Católica frente a Santiago Morning. Junto con varios amigos, Gary Medel se acomodó en la platea. Era su día libre en Boca, después de la derrota frente a Racing, y el chileno decidió pasarlo en su tierra. Pero en el entretiempo, tras el 2-0 de su ex equipo, el Pitbull desapareció...

Y cuando comenzó el segundo tiempo, ahí estaba, en el medio de la popular que ocupaban hinchas y barras de la Católica. No es la primera vez que lo hace. En esta ocasión, hasta se puso una remera blanca, regalo de Los Cruzados, y le dio duro al bombo, con una sonrisa, mientras cantaba y saltaba. Hasta que, antes del final, se fue después de recibir una ovación de la gente. La historia rebotó, obviamente, en Argentina y en Claudio Borghi no pudo eludir el tema. "Es algo que tenemos que hablar para que no suceda más", dijo el Bichi en La Ultima Palabra.


Esta moda, en su momento, fue protagonizada por Fernando Cavenaghi en la popular de River, Lucho Figueroa en la tribuna de Central, Bazán Vera en la de Unión y se extendió a los futbolistas argentinos que juegan en Europa: Mauro Zárate apareció entre los ultras de la Lazio y hasta Diego Milito se metió en el centro de la cabecera que ocupaban los tifosi del Genoa. Son actitudes ligadas a lo folclórico que, al mismo tiempo, recorren un camino difuso.

Sirve la charlita?


Antes de arrancar la semana, Borghi juntó a sus jugadores y les habló cerca de 20 minutos. Después, algo que no es habitual, apareció el presidente Ameal con otros dirigentes para apoyar al DT. ¡Y vamos por la segunda fecha!

Primera práctica de Boca en la semana. Tarde de feriado en Casa Amarilla. Gente, demasiada, teniendo en cuenta el día no laborable. y Borghi, ya pensando en All Boys, en si repetirá equipo o no, si meterá algún cambio, con apoyo pesado. ¿Ya en la segunda fecha? Después de haber perdido con Racing y de haber sumado sólo un punto en el torneo, los dirigentes se hicieron presentes para darle el apoyo al DT.

Sí, ya empezaron las charlas... Primero, de Borghi con todo el plantel cerca de 20 minutos. Después, también a la vista de todos, el presidente Ameal y el dirigente Carlos Ahumada conversaron con el entrenador. Apoyo, está claro, tiene de parte de la dirigencia que lo contrató (además estuvieron Marcelo London y Rómulo Zemborain). Y es lógico, si se trata de un técnico nuevo que recién lleva dos partidos en el club.

Mientras tanto, los jugadores se dividieron en dos grupos: los que jugaron con Racing hicieron trabajos físicos y el resto, con pelota. y Riquelme, junto con el chico Nico González, estuvo haciendo kinesiología. ¿Cuánto estará? Borghi ya dijo que no quiere apurarlo y Román planteó lo mismo, que iba a encarar con seriedad esta lesión de rodilla complicada (fue operado y se recupera). Como mínimo, recién volvería en la séptima u octava fecha. El bichi ya sabe y es consciente de que debe levantar al equipo aún sin el 10.

Se vienen los cambios....


El esquema no lo vamos a cambiar”. Sentados en una ronda en el medio de la cancha principal de Casa Amarilla, todos los jugadores de Boca escucharon lo que ya sabían que iban a escuchar. No los sorprendió el discurso de Borghi. Dejó en claro lo mismo que ya había esbozado en público. El intocable 3-4-1-2 seguirá siendo intocable. Porque a consideración del cuerpo técnico el problema no radica en el sistema. Habrá variantes, sí, pero de nombres y apellidos.

En 18 minutos de contacto directo, Bichi charló con sus futbolistas y les transmitió calma y paz. “Habló con el mismo tono de voz de siempre”, contaron desde adentro. Reconoció que hay “cosas que no están saliendo bien” y avisó que podría haber modificaciones.

La ferocidad del incontrolable Mundo Boca hace que el técnico deba vivir situaciones que, por caso, no pasó en Argentinos. Hoy, hasta Doña Rosa habla de la famosa línea de tres mientras hace las compras en el almacén. Sin embargo, Borghi está conforme con el rendimiento de los hombres del fondo. De hecho, a Boca casi no le generaron situaciones mano a mano y éste es un elemento que se destaca en el análisis del entrenador. Al diagnóstico no le pifia: las fallas aparecen en la generación de juego, del medio hacia arriba. Y ahí apuntarán los cambios.

Sin tocar a la defensa y al doble 9, la cirugía se verá en el mediocampo. A pesar de valorar la predisposición de Jesús Méndez para ocupar el carril derecho, frente a All Boys sería el turno de Clemente Rodríguez en ese sector. Y por izquierda, volvería Matías Giménez, tras el error que cometió en la primera fecha ante Godoy Cruz. Así, tendría dos futbolistas más aptos para recorrer los 70 metros que, pretende el DT, deben hacer los volantes externos. En un principio, la idea era que Damián Escudero pudiera ser uno de los que van por el costado paraí darle más fútbol al equipo, pero su falta de forma física lo deja al margen. ¿El enganche? Es probable que el domingo le dé la chance a Marcelo Cañete, uno de sus mimados. Ya lo puso unos minutos en Mendoza, repitió vs Racing y ahora quiere verlo de entrada, en un partido de alta gama, con la responsabilidad de conducir al equipo desde el inicio.

Cañete, además, podría ser la solución para encontrar cambio de ritmo, desequilibrio y explosión en la zona picante, otro de los ítems a resolver que da vueltas por la cabeza del técnico. Le preocupa cómo abastecer a Viatri y a Palermo. Y, se entiende, aquí no hay desajustes del sistema. Es cuestión de intérpretes: el objetivo es que el doble cinco juegue unos metros más adelante y que se coordinen para que uno salga a jugar y otro se quede barriendo por detrás. Falta el primer pase. Lo que hacía Ortigoza en el Bicho. Lo que hace Verón en Estudiantes. Aunque se evaluará la posibilidad de incluir a Méndez en el medio, parece que el tándem Battaglia-Medel seguirá.

Tras apenas 180 minutos oficiales sentado en la silla más eléctrica del país, Borghi se dio cuenta de que Boca es la ruleta rusa. Y él no quiere morir. ¡Se vienen los cambios!

lunes, 16 de agosto de 2010

Si es necesario cambiar algo, cambio.


“No soy un caprichoso, suelo razonar y si es necesario cambiar algo, cambio. El equipo está en evaluación permanente. Es posible hacer algunos cambios para ir buscando el mejor funcionamiento del equipo”. Parece mentira pero, tras dos partidos, a Claudio Borghi se le está viniendo encima el mundo Boca con toda su impaciencia. Y, tras ratificar que su esquema no se cambia, que el 3-4-1-2 le parece el mejor sistema, ahora avisó que también está abierto a los cambios porque no come vidrio. En principio, para enfrentar a All Boys el domingo a las 20.20, como visitante, sólo serían de nombres…

Por caso, el doble 9 no está dispuesto a moverlo: "Me acuerdo de que Bielsa (Marcelo) ha dicho que no podían jugar Batistuta y Crespo, y ha quedado en el ambiente. Pero creo que estos dos jugadores son peligrosos (por Martín Palermo y Lucas Viatri) y por eso los pongo". Y, con respecto a la cuestión defensiva, el técnico agregó: “En Independiente jugamos con línea de cuatro cuando no teníamos a los centrales. Boca no juega con línea de tres, porque si vos te fijas Boca se defiende con siete. El problema es cuando los resultados no se dan, porque si uno gana ya la gente deja de opinar y se pone a ver el funcionamiento del equipo", dijo. "La gente tendrá motivos para decir que la línea de tres es buena o mala, pero a mi me encantaría entrar a una cancha de fútbol y que todos estén de acuerdo conmigo, y esto no sucede casi nunca", explicó en Del Plata.

Por último, Borghi volvió a pedir paciencia para el regreso de Juan Román Riquelme: "Es importante, pero hay que ser cuidadoso: yo por esa lesión tuve que dejar el fútbol. A Román hay que dejarlo tranquilo".

Números que asustan


En lo que va de este 2010, Boca apenas ganó el 46% de los puntos jugados en la Bombonera. Y ahora se vienen Vélez y San Lorenzo.

El número impacta. Que en este 2010 Boca haya dejado escapar más de la mitad de los puntos que puso en juego en su cancha, parece demasiado. Los hinchas que fueron el sábado a la Bombonera habían esperado 111 días por un triunfo en casa. Pero deberán aguantar al menos 15 más: Boca volvió a perder en su hogar, algo que se está convirtiendo en costumbre en los últimos torneos y que Claudio Borghi avisó que quería revertir, hasta ahora sin éxito. Deberá tener paciencia y aguardar hasta la cuarta fecha para volver a sentirse como el 25 de abril, ante San Lorenzo, un triunfo que quedó demasiado lejos en el almanaque.

Durante la semana, no sólo el Bichi habló sobre el regreso a casa. El plantel, con nuevos e históricos, tiene claro que deben hacer valer la localía, una materia que les quedó pendiente desde el Clausura 08 (terminó segundo): pasaron de obtener el 85% de los puntos en casa y sin derrotas, al 52% del último torneo. Y un 46% en este 2010, sumando ambos campeonatos. “Duele perder un clásico, y más aún en nuestra casa”, confesó Palermo tras la derrota. Las mismas palabras utilizó Matías Caruzzo.

El DT y su equipo no tendrán un trabajo fácil: deberán recuperar, lo antes posible, el respeto que históricamente los rivales sentían a la hora de ir a la Bombonera. Un dato: en el último año, quienes conforman la línea de tres (Cellay, Caruzzo e Insaurralde) han festejado empates allí. Ahora, deberán defenderla de quienes se animan a jugarles de igual a igual.

No será fácil revertir esta tendencia: en dos semanas, por la cuarta fecha, se vendrá Vélez y, en la quinta, San Lorenzo. “Si un equipo piensa en salir campeón debe ganar todos sus partidos de local”, había dicho Borghi. No hay tiempo que perder...

domingo, 15 de agosto de 2010

Así no,defensores dormidos no...


Borghi aclaró que no cambiará el sistema, recordó que “apenas van dos partidos” y elogió a la defensa.

-Cambiaste el esquema, metiste mano a una defensa de mucho tiempo en Boca. Si seguís perdiendo: ¿Hasta cuando creés que te van a esperar? -¿Cuántos partidos van? Apenas dos. Cuando un entrenador llega a un club cambia cosas. Y este presente no me va a hacer cambiar mi forma de ser. Ni si hubiésemos ganado cinco a cero sacaría pecho. La línea de tres creo que jugó un gran partido y por eso voy a seguir manteniendo este esquema que creo que es el mejor para Boca. Esto hasta que me demuestren lo contrario y cuando eso ocurra generalmente lo que se cambia es al entrenador.



La pregunta, incisiva, obligó a una respuesta. Y Claudio Daniel Borghi no pudo contestar de otra manera: a pura sinceridad. Lo que para muchos sería sincericidio, para Bichi es una costumbre. Sus contestaciones suelen ser espontáneas y genuinas. Por eso, recalcó su satisfacción con el sistema, aunque mostró preocupación por la “pérdida de la pelota” y porque “todavía no pudimos aprovechar a Palermo en el área”. Además, recalcó que el doble 9 lo dejó “conforme”, elogió a Battaglia, remarcó que en Boca “ganar es imprescindible”, no se amparó en la ausencia de Román (“cuando llegué sabía que tenía para tiempo”) y motivó: “Hay que ir a All Boys a recuperar los puntos que perdimos”.
...

Esto es Boca, no hay tiempo....


Martín Palermo entiende a Borghi, acepta que deben adaptarse al esquema pero asume las urgencias que tiene Boca: “Acá mandan los resultados”.

Fue una de esas tardes en las que los hinchas esperan el gol del minuto final para justificar los 90 minutos que estuvo en cancha. Martín Palermo padeció una tarde lejos del arco, por limitaciones propias y del equipo. Y vio como su compañero de dupla volvió a convertir. Sin embargo, lejos del fastidio, el Loco asumió el rol de capitán en la tormenta, bancó al técnico y, sobre todo, al cuestionado esquema. “Esta es la idea que él propone y nosotros tenemos que tratar de adaptarnos a eso. No debemos cuestionar ni analizar el sistema, tenemos que respetarlo. No hay que ponerse a explicar si es conveniente o no. Hay que encontrarle la vuelta y el mejor funcionamiento”. Y punto.

Dolido por la derrota (“En nuestra cancha, en el inicio, claro que duele”), el Loco no mostró fisuras en su discurso. Ni pensando en la derrota ni para justificar que el doble 9 aún no dio resultados. “El implementó este dibujo en todos sus equipos en los que estuvo, y ahora lo hace acá. Tenemos que tratar de encontrar el funcionamiento... rápidamente, porque las exigencias a veces no te dan tiempo para trabajar de la mejor manera. Acá mandan los resultados”. ¿Algún elogio? “En los primeros 30 minutos funcionó muy bien y creamos jugadas”. Ahora, habrá que hacerlo en los 90...