sábado, 21 de agosto de 2010

Román, desde afuera, igual juega: respaldó a Borghi


Nadie tiene la verdad. Bianchi ganó a su manera, Basile, Russo, Borghi... A él se lo ve tranquilo y seguro, y eso nos da tranquilidad a nosotros. Ganó todo con Colo Colo y también con Argentinos, y está convencido. Ojalá que nos haga salir campeones con la camiseta de Boca. El fútbol no tiene tantos secretos. Lo que falta es un tiempo de adaptación. Hay un técnico nuevo, jugadores nuevos”.

Acá saltó la banca. Riquelme se jugó un pleno por su técnico. Riquelme, cuando habla, entiende perfectamente el significado, la importancia y las consecuencias que tiene cada una de las palabras que salen de su boca.

Pese a la coyuntura de no poder ayudar desde adentro, con el fastidio lógico que eso le causa, Román se ríe. Se divierte cuando Tití & Benedetto, desde su programa en Fox, lo cruzan telefónicamente con Patrick Kluivert. También cuando, entre pregunta y respuesta, le piden autógrafos en camisetas, buzos de arqueros y hasta en servilletas. Enseguida engancha recuerdos del domingo pasado: “Fue un momento muy lindo cuando pasé a saludar por el vestuario con mi hijo y me dijeron que querían entregarme una camiseta en el campo. Me dio vergüenza. La gente está loca... Me tratan de una manera muy especial y eso me da felicidad”, cuenta, luego de su entrenamiento matutino en el gimnasio, que combina con kinesiología.

Al jugador que más extraña Boca todavía le falta para poder volver a la cancha. Como mínimo necesita un mes más de recuperación. Pero él se siente bien, ve su evolución y eso lo hace feliz. “Me encuentro en un momento muy bueno, corriendo y agregando cada vez más trabajo, sin parar nunca que es lo más importante. Cada día me siento mejor y los médicos están muy contentos. Pero no voy a volver hasta el día en que me encuentre al 100%”, dice, antes de repetir que por primera vez en su carrera se está tomando muy en serio la lesión. “Siempre volvía antes, no paraba... Hasta el partido con Huracán que no me quedó otra que operarme”, completa.

Ni los médicos del plantel ni el propio jugador hablan de una fecha de regreso. Sólo se sabe que, como pronto, reaparecería en la séptima fecha, pero que para estar bien del todo necesitaría hasta la novena o la décima. “No tengo fecha de regreso. Voy mejor de lo que esperaba, pero sé que hoy no puedo jugar. Todavía me queda ganar fuerza en mi pierna enferma, como yo la llamo”, explica, consciente de que la evolución de una operación de osteocondritis es día a día y que podrían aparecer retrocesos, como le sucedió a Sebastián Battaglia, quien pensaba que su recuperación iba a demandar cuatro meses y al final le llevó siete. Y recalca: “Ojalá que el día que me toque volver el equipo esté peleando el torneo y yo pueda ayudar”.

Por lo pronto, sabe que su primer regreso será el 7 de septiembre en el Monumental, en el amistoso entre la Selección y España. “Siempre fui a jugar, ahora voy a ir a ver el partido y a mi amigo Iniesta con mi hijo y mi hermano...”. Para volver en Boca, dentro del campo, todavía le falta..

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