
Bueno, hoy no tienen muchas alternativas, je. Deberían confiar en el equipo más que en mí. Yo soy el loco que los tiene a cargo. Bah, parezco loco, pero no lo soy. Que la gente no se asuste. Se me trajo por algo que hice bien en otros lugares y que lo puedo repetir en Boca.
-Hace mucho tiempo que un técnico no da dos vueltas olímpicas en un mismo año...
-Sí. Me lo han dicho, pero esa estadística no me conviene, así que no la voy a contabilizar.
-¿Estás armando un Dream Team? -Se está armando un muy buen equipo, pero se fueron más jugadores de los que se están trayendo, eso hay que dejarlo claro. Todos entienden que necesitamos ser campeones. Se van a hacer todos los intentos. Pero en la Argentina está la sensación de que el único que sabe es el técnico campeón y no es así. Ser campeón no me hizo mejor entrenador.
-No será un Dream Team, pero la sensación es que tenés un Fórmula 1...
-Boca es un tractor. Y tiene que pisar a todos. Yo tengo que hacerlo funcionar.
-¿Y te da miedo chocar el tractor? -Cuando chocás con un tractor, es complicado. Así que esperemos no chocarlo. Si tuviera miedo, no hubiera agarrado.
-¿Querés ser ídolo? -No me gusta ser ídolo. Los ídolos son ejemplos y yo no lo soy de nadie.
-Más allá del dinero, ¿qué te atrapó de Boca? -El fanatismo, la camiseta, la historia, la gloria.
-¿Vas por la gloria? -Todos vamos por la gloria. Como han querido todos los entrenadores que pasaron por acá...
-¿Te gustaría quedarte a vivir en Boca? -No sé si a vivir, soy un tipo que no se mantiene mucho tiempo en un lado. Pero la verdad es que Boca es un lugar para quedarse a vivir. Siempre les digo a los jugadores que valoren estar acá, porque es para privilegiados. Y yo también.
-¿Qué te dicen los hinchas en la calle? -Me dan cariño, dicen que tenemos que salir campeones. Hasta los de River me tratan con respeto.
-¿Ya viste el fixture? -Sí.
¿Sabés cuándo juegan con River? -En la 14, ¿no? -¿Te obsesiona ganarle? -Sé que es importante, pero no me gustaría que fuera el único objetivo. Si vos me decís que voy a perder con River pero salir campeón, firmo. Sé que el hincha de Boca le quiere ganar, pero también quiere el campeonato. He jugado en River y sé que ese partido es una experiencia única. Y creo que es mucho mejor verlo en la cancha de Boca que en la de River. El público se siente más, la cancha de Boca se te cae encima.
-¿Y firmás para salir campeón jugando mal? -No. Porque no queda en el recuerdo. Y yo quiero ser recordado, quiero quedar en la historia de Boca. Recuerdan mucho más a los equipos que juegan bien que de los que ganan campeonatos.
-El jueves dijiste en la práctica: “No sufran, esto es para divertirse”. ¿Y vos cómo la llevás? -Yo el fútbol lo disfruto, no lo sufro. Y disfruto de ser el técnico de Boca. Cuando la gente empieza a sufrir, deja de gozar, salvo que sea masoquista. El jugador sufre porque le dicen que tiene que poner huevos y correr. No todos tienen que poner huevos. Un equipo tiene diferentes características. No todo es lírico ni todo es huevo. Yo quiero un equipo con huevo y con juego.
-Cappa dijo que quiere que su River juegue como España, ¿vos cómo querés que juegue tu Boca? -No quiero que juegue como España, quiero que juegue como Boca. Como lo ha hecho siempre, con diferentes matices. Boca está entre los clubes más importantes del mundo y acá sí que ganar es lo único para la gente. Mis equipos han jugado siempre igual, con diferentes resultados. En el único lugar donde no se vio fue en Independiente y ahí no estaba el convencimiento de poder hacerlo. Hay gente que está preocupada por el esquema, dicen que Boca nunca jugó con tres atrás. Ya hemos jugado dos partidos y yo desafío a esa gente a que me diga cuántos mano a mano tuvimos. Nosotros defendemos con tres, que en realidad son siete, con los dos carrileros y los dos 5. No quiero cambiar a Boca. Sería un tonto, pero me trajeron por lo que hice en Argentinos. Y además, a lo largo de su historia, tuvo diferentes estilos de técnicos: Lorenzo, Menotti, Bilardo, Bianchi.
-¿España es el ejemplo a seguir? -No. Estoy en contra de seguir al último que salió campeón. Hace cuatro años todos querían seguir a Italia. Es bueno seguir a todo el que juegue bien.
-¿Te gustaría que Boca juegue como el Barsa? -No. Tenemos gustos diferentes.
-¿Gustos diferentes? -A la gente del Barsa le gusta que su equipo juegue bien y a veces que no gane, y no putean. Boca es ir e ir y ganarte así.
-¿Existe el Borghismo? -Sería muy canchero decir eso. Mi fútbol es una copia de varias cosas. Aprendí de técnicos que pensaban como yo y de otros que no. Es como si leés a Borges y no te tiene que gustar Sábato. Y no es así.
-¿Se te puede comparar con Bielsa? Los dos imponen su sistema por encima de los nombres...
-¡Eh! No me gusta que me comparen con Bielsa. Porque pienso completamente diferente, sin ser irrespetuoso. Mi sistema necesita nombres, yo no creo que el sistema vaya sobre los hombres. Hay que convencer a esos hombres de ese sistema. Si no tuviera los nombres, tal vez no lo podría hacer.
-¿Por qué los jugadores se enamoran de vos? -(Risas) No sé, se me va a complicar con mi mujer si ponen eso. Me gusta el buen humor, pasarla bien. Hay tiempo para todo. Para ser serio y para divertirse. Argentina se ha hecho un país extremista. Si te reís mucho sos un payaso y si no, sos un tonto serio.
-¿Hacés chistes para relajarte o te sale? -Me sale naturalmente. A veces esos chistes son ironías que la gente no entiende. Mi mujer me dice que tengo una gran virtud: putear a alguien y que no se ofenda. Les dije a los jugadores: mi tono de voz no cambia nunca. Les hablo igual, vayan ganando o perdiendo. No soy un arengador, no doy arengas. Creo en el hablar y convencer.
-¿Por que mirás los partidos tan tranquilo? -Justamente, porque tengo que mirarlos. Los clubes no contratan hinchas, contratan técnicos. El Mundial me dejó muy contento: futbolísticamente fue malo, pero vimos que la mayoría de los técnicos no se ponen a correr al costado de la cancha y a gritar. Son personalidades.
-¿La gente te considera un lírico en el trabajo? -Hay mucha gente que piensa que yo dirijo como jugaba. Y no es así. Esto es como la mina a la que juzgás por cómo se viste. Si se pone pollera larga, es un poquito tímida, pero después le sacás la pollera y se enciende.
-Con los refuerzos que llegaron se está armando un grupo nuevo, ¿pero te asusta el famoso vestuario de Boca? -Hasta ahora han sido dóciles. He estado en muchos grupos, experiencia tengo. El vestuario es un lugar privado de los jugadores, yo no voy a entrar. No pretendo que sean amigos, en 15 años de profesional debo tener cuatro o cinco amigos, después tengo muy buenos compañeros.
-Es verdad, han sido dóciles, pero aún no están Riquelme ni Palermo.
-Bueno, pero no deben ser dos monstruos que entran con pistolas y látigos. Son jugadores grandes, importantes, pero tendré una forma de llegarles. Son tipos que han convivido muchos años y dentro de la cancha he visto que se la pasan, que se abrazan. Esperemos que los dos sean muy importantes en el equipo que estamos armando.
-¿Qué pasa si perdés los primeros partidos? -No puedo vivir pensando que puedo durar dos o tres meses. Mi trabajo va a durar lo que merezca. Yo no me voy a meter en ningún lugar donde no me quieren, ni aun en mi casa. El riesgo lo corremos todos.
-¿Es el riesgo más importante de tu vida? -No. El riesgo fue Argentinos. De una campaña no buena en Independiente pasamos a pelear el descenso, ahí sí corría el riesgo de que me vaya mal y no trabajar más.
-Dijiste una vez que Argentinos era la gordita del boliche, ¿y Boca? -Boca es el más guapo del boliche. Hay que ver si se lleva alguna mina.