De a poquito, la dirigencia va dando pasos para que Martín Palermo y Juan Román Riquelme vuelvan a vestirse de azul y amarillo. Mientras Borghi espera y los hinchas desesperan, Ameal y Cía. negocian. Ayer fue un día de avances. En el caso del Titán, los abogados del club ya redactaron el nuevo contrato (cuya extensión será de un año) y se lo alcanzaron al representante del jugador. Hoy, el contador del 9 lo va a revisar y, si está todo en orden, Martín pondría la firma esta misma tarde. De ser así, seguramente mañana a la mañana comenzará a entrenarse en Casa Amarilla con los jugadores que no viajaron a la gira.
En cuanto a Riquelme, ayer hubo un llamado telefónico del presidente a Daniel Bolotnicoff, representante del 10. Allí quedaron que entre mañana y pasado se juntarán personalmente y Ameal le alcanzará la oferta por la renovación, que incluye una duración de cuatro años, como quería el enganche, quien luego se tomaría unos días para responder. La charla, dicen, fue en buenos términos. Pese a la oposición de cierta parte de la Comisión Directiva (no había acuerdo tanto por la cifra como por la extensión del vínculo), Ameal insiste con su idea primaria de lograr la continuidad del ídolo en el club. Las palabras de Riquelme, el viernes último, no cayeron bien, pero no importa. Boca acelera el acuerdo. Habrá que ponerle la firma.
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