lunes, 19 de julio de 2010
Borghi recibió a un grupo de chicos de un equipo local y les dio una charla
El fútbol me enseñó a crecer como persona y a trabajar en equipo. Ese es uno de los consejos que les puedo dar”. Escuchar a Borghi suele dar placer, pero hay que mirar las caras de esos chiquitos de 11, 12, 13 años que no le sacan los ojos de encima al técnico de Boca. El Bichi habla en castellano, la improvisada traductora repite en inglés y los casi 20 pibes aprenden.
Claudio Borghi continúa siendo la principal atracción de Boca en esta ciudad. Chilenos, argentinos, colombianos y hasta cubanos se acercan habitualmente al búnker xeneize para saludarlo. Ayer, por caso, le tocó una función didáctica: recibió en el hotel Intercontinental a chicos del Dandenong Thunder, un equipo local que nuclea a la comunidad de Albania en Melbourne. Más allá de las fotos, los autógrafos y los regalos, el entrenador charló con ellos durante un buen rato, antes de que los pequeños tuvieran contacto con los jugadores.
Sentado en uno de los sillones del lobby secundario y con los chicos como espectadores de lujo amontonados en el piso, Bichi, como un experto, les explicó la importancia de Boca en Argentina, les contó que el club fue fundado por inmigrantes italianos y les aclaró el significado de las estrellas, locales e internacionales, que rodean al escudito que él lleva en el pecho del buzo y de la campera.
El DT también les remarcó las diferencias que él ve entre Australia y Argentina, describió cómo había sido su infancia (dura, por cierto), y les pidió que nunca dejen de soñar. “Lo importante es que siempre tengan ilusiones”, les dijo y en ese momento hasta la traductora se emocionó. Luego, sí, los despidió: “Mi mayor consejo es que siempre sean humildes y quieran aprender”.
Hugo Reyes, el entrenador argentino de los pibes y fanático de Boca, lo definió sin pelos en la lengua: “Es un libro abierto”.
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