sábado, 13 de noviembre de 2010
Borghi paró un equipo con cuatro en el fondo por primera vez desde que está en Boca.
El Bichi, que siempre bancó su esquema con línea de tres, probó con Cellay, Caruzzo, Insaurralde y Clemente. Y sin Riquelme y Viatri, quien tienen molestias. Riquelme llegaría. Por el 9, podría entrar Mouche por decisión táctica.
A puertas cerradas, sí. Sin embargo, la información se filtró: Claudio Borghi paró un equipo con línea de cuatro por primera vez desde que está en Boca. El Bichi, que desde que arribó siempre bancó su sistema de juego (tres en el fondo y carrileros por las bandas), decidió probar otro a tres días del superclásico. ¿Sólo una prueba o ensayo para el martes?
Lucas Viatri y Juan Román Riquelme, ambos con molestias musculares, vieron el entrenamiento sentados a un costado. ¿Sus reemplazantes en el equipo titular? Christian Chávez y Pablo Mouche, quien tiene algunos boletitos para reemplazar al 9 y acompañar a Palermo, más decisión táctica del técnico que por los dolores de Lucas. Viatri, que hizo trabajos diferenciados toda la semana, igual sigue con su distensión muscular y Román con una tendinitis aquiliana en el tobillo derecho, que le impidió terminar la práctica del viernes en Cardales. Por eso, ambos están en duda. Uno más que otro, porque en la Boca todos confían en que Román jugará.
En cuanto al arco, y las especulaciones sobre una posible aparición de Javier García, Christian Lucchetti siguió manteniendo su lugar. De esta forma, el equipo que paró el Bichi en la prueba de fútbol en la Bombonera formó con Lucchetti; Christian Cellay, Matías Caruzzo, Juan Manuel Insaurralde y Clemente Rodríguez; Jesús Méndez, Sebastián Battaglia, Matías Giménez y Chávez; Mouche y Martín Palermo. El Bichi metió un supercambio
El equipo de Borghi entrena en la Bombonera y la presencia de Riquelme es la gran incógnita
Pelea contra una tendinitis aquileana. ¿Cómo llega al Súper del martes?
El día en el Sofitel Cardales no fue tan tranquilo como se esperaba. Y el fin de semana tampoco va a serlo... La presencia de Juan Román Riquelme en el clásico del martes depende de cómo se sienta en estos días. El 10 sufre una tendinitis aquileana en la pierna derecha según el informe del cuerpo médico. ¿Qué es? Una molestia crónica que lo viene afectando.
Borghi lo espera en el entrenamiento en la Bombonera. Arranca a las 19, la misma hora prevista para mañana y también la del comienzo del partido, pero se supone que Riquelme va a llegar un rato antes. Después del buen regreso ante Argentinos, en su primer partido del campeonato, todos esperan al enganche y rezan por su recuperación. Del otro lado, en River, esperan noticias..
Boca se alejó en busca de tranquilidad pero no la encontró. Preocupa la lesión de Román
La paz existe. Al menos, en ese lugar está, se siente, se ve en el sol que ilumina ese verde brillante, en el movimiento de los palos de golf, en el silencio que se respira. La paz existe. Que Boca no la tenga ni siquiera en el paraíso es otra cosa. El Sofitel Cardales fue el búnker del plantel por un día. Hasta allí, 60 kilómetros al norte de Capital, llevó Borghi a los suyos. Buscó aislarse de días convulsionados, pretendió no verse invadido por la prensa, no quiso nada de pastores mediáticos, intentó tener algo de tranquilidad. Pero no hubo caso. Porque por la tarde, mientras el equipo realizaba una práctica de fútbol, el dirigente Juan Carlos Crespi volvía a tomar armas contra todos (pág.9). Y luego, ahí mismo, delante de sus ojos, Juan Román Riquelme abandonaba el entrenamiento antes que el resto. Preocupación. Alerta. Inquietud. En fin, todo aquello de lo que el Bichi había querido escapar.
Lo que siguió a la salida de Riquelme fueron las versiones que la previa de un clásico es capaz de generar. Se llegó a hablar del enganche fuera del partido del martes. Sumó confusión, encima, que desde la Panamericana, ahí en la zona de Campana, la visión no era del todo clara. Sólo se lo vio al 10 dejar la práctica, apenas eso. Y a partir de ahí, las especulaciones: que por la mañana ya había tenido molestias, que se la pasó estirando la zona como antes del partido ante Argentinos (la noche de su regreso), que sufrió un desgarro en el sóleo derecho... El cuerpo médico lo descartó. El parte oficial indica tendinitis aquileana, una molestia crónica que viene afectando al enganche. “Román va a jugar, no se lo pierde”, fue la sentencia que llegó desde adentro. Esas fuentes del club que tanto alteran al técnico esta vez buscaron transmitir calma. Igual, hay incertidumbre.
Habrá que ver si la presencia o no del 10 en la práctica de esta tarde en la Bombonera (será a las 19, en el horario del Súper) potencia la alarma o devuelve cierta tranquilidad. Pero está claro que Borghi no puede escaparle al infierno de estas horas. Si es cierto, como anunció el pastor Juan Bosso, que al cerrarle las puertas de Casa Amarilla a él Boca le estaba cerrando las puertas a Dios, pues entonces Bichi ya tuvo la primera señal. Al mediodía, el técnico ya había perdido a uno de sus jugadores: Bielsa le volvió a negar a Boca el pedido para poder contar con Medel en el clásico y entonces el chileno ya no participó del entrenamiento por la tarde y viajó rumbo a su país. Tampoco estuvo Viatri, que sigue recuperándose de una distensión (aunque todo indica que llegará). Y ni siquiera Giménez, con síndrome gripal. Pero el final del día con Román afuera y en veremos, lo excedió todo.
Antes, Borghi había comandado una práctica de fútbol con algunas decisiones sugestivas: Lucchetti fue parte de la defensa titular, acaso un mensaje interno de que no habrá cambio de arquero para el superclásico. Los carrileros fueron Clemente por derecha y Monzón (que jugó por Giménez) por izquierda. Hasta que tuvo que salir, Riquelme jugó para el otro bando, con pechera naranja, junto con Mouche (por Viatri) y Palermo, es decir, el ataque titular. Y lo llamativo estuvo en el medio: Battaglia jugó para el equipo de JR, pero acompañado en el medio por Pochi Chávez. ¿Una nueva opción de doble cinco? Al menos, el ensayo de algo diferente, más teniendo en cuenta que del otro lado Méndez y Erbes compartieron el círculo central.
Todo, por supuesto, hasta que el sol bajó, Riquelme se lesionó, Borghi se preocupó y así Boca se quedó sin el día de paz que había ido a buscar.
viernes, 12 de noviembre de 2010
En inferiores de seis categorías, hay cinco punteras. ¿La otra? Segunda.
Las Inferiores vienen bien. Novena: puntera y clasificada para semifinales, le lleva 8 puntos al Rojo. Octava: puntera y ya clasificada para semifinales, le lleva 7 a Chicago. Séptima: segunda a un punto del Rojo. Sexta: puntera, le lleva 3 a Arsenal. Quinta: puntera, le lleva 4 a Huracán. Cuarta: puntera, le lleva dos al Rojo.
En la calma de Cardales, lejos de pastores y prensa, Riquelme volvió a entrenarse y se pone a punto para el superclásico.
La mala es que Viatri, con una distensión, no pudo practicar. Aún se mantiene la duda entre Lucchetti y García.
Entre tanto pastor, tanta bendición, tanto revuelo mediático, Boca necesitaba una pausa. La consiguió yéndose lejos de Casa Amarilla: al complejo Sofitel, en el kilómetro 61 de la ruta 9, el equipo de Borghi practica a puertas cerradas. Y esa pausa también la tendrá en el clásico: Riquelme volvió a entrenarse normalmente luego de la derrota ante Argentinos y es una fija para estar el martes en el Monumental.
Sólo fueron ejercicios en la mañana xeneize. Román los hizo sin problemas, luego de que en la semana relizó tareas especiales para seguir recuperándose de su lesión y hacer algo de regenerativo después de jugar 90 minutos contra el Bicho.Así, JR será el conductor del Boca de Borghi en el partido más importante del semestre.
El que sí practicó por separado fue Viatri. Lucas arrastra una distensión y nadei asegura su presencia en el clásico del martes. El delantero hará todo lo posible por estar, pero si no llega al 100% no jugaría. Por la tarde se espera una práctica de fútbol normal, y ahí se verán indicios del equipo, con la duda principal en el arco, entre Javi García y Christian Lucchetti.
Palermo prendió el ventilador y calentó aún más la interna de Boca. Dijo que "no se respetan los tiempos de trabajo"
Dijo también que las "luchas políticas no permiten trabajar con calma". Al Bichi lo bancó: "Los dirigentes deben dar un mensaje claro: el técnico va a seguir hasta que termine su contrato". Uf.
Luego de una mañana agitada, en la que un pastor evangélico revolucionó Casa Amarilla, Martín Palermo salió a marcar el terreno y a dejar sentada su posición. En diálogo con Mariano Closs en Un Buen Momento (La Red), el Titán arrancó con todo: “Estoy preocupado, no tanto por este presente sino por lo que nos viene pasando. Después del campeonato que logramos con Ischia se vino una caída en muchas cosas en el club y hoy lo estamos padeciendo. Si no cambiamos, no me quiero ver reflejado de acá a un año y medio en como está River hoy”.
Sí, Martín puso en la piel de los hinchas de Boca lo peor que les puede pasar y es vivir el momento que atormenta a los Millonarios. “Yo no quiero de acá a un año estar en mi casa viendo la tele y decir: 'Mirá Boca, está como River hoy'”. Palermo habló casi 40 minutos con pocas interrupciones y la mayoría de sus cuestionamientos fueron para la falta de organización y previsión del club. “A vos te parece que en Real Madrid o Barcelona va a pasar lo que pasó con este pastor que no lo conoce nadie. Esto viene pasando hace rato, lo que pasa que los buenos resultados tapaban todo”, tiró.
Además bancó al Bichi y les mandó un mensaje claro a quienes tienen que tomar las decisiones. “El equipo todavía no se encontró. No sé si es falta de tiempo para que el técnico pueda encontrarlo. El no puede estar con la presión diaria de tener que encontrar el resultado. Pobre Bichi, se le exige hoy por hoy un resultado cuando no está. Deberían darle un mensaje claro al hincha: el técnico va a seguir, se le va a dar la posibilidad de que trabaje, en diciembre vendrán refuerzos, pero tiene el cargo asegurado. De esa manera es mucho más sencillo”, opinó el máximo goleador Xeneize.
Para el Loco, la situación actual de Boca es la sumatoria de pequeñas cosas que se vienen haciendo mal. “Las pequeñas cosas diarias, en todo sentido, hacen que hoy por hoy Boca no esté en lo más alto. Que no tenga un mayor protagonismo. No pasa por un cuestionamiento al sistema del técnico. Con el Coco jugábamos con cuatro atrás y éramos un desastre y se fue, con Ischia y el Chueco Alves lo mismo. Creo que tenemos que profundizar mucho más allá de eso, porque no se le dan los tiempos a los técnicos, porque no se trabaja a largo plazo. En el principio de este semestre se fueron 15 jugadores, se llegaron a traer jugadores de renombre y no pasa nada. Bueno, entonces, lo que se necesita es otra cosa”, analizó.
También se refirió a los constantes cambios de rumbo y a los jugadores que lograron que Boca hoy sea uno de los clubes más ganadores del mundo: “Carlos (Bianchi) vino en otra función. El técnico más ganador de la historia llegó para aportar desde otro lado y en seis meses chau, no sirvió de nada y se fue. Y así vamos a terminar como se fue el Pato, el Negro Ibarra, y no es la manera de que se vayan esas glorias que le dieron tanto”. Durísimo.
jueves, 11 de noviembre de 2010
Javier García avisó que, en caso de que le toque ocupar el arco ante River, está “mentalizado en sumar para el grupo”.
Además, manifestó su entusiasmo con el Bichi: “Me siento cómodo con Borghi”, tiró.
Confiado, con la esperanza intacta, Javier García palpita el Súper como un partido más que especial. Y lo es, porque el Uno fue suplente de Lucchetti en las primeras 13 fechas, pero las malas actuaciones del Laucha crearon dudas en Borghi, que está pensando en un cambio de arquero justo para el encuentro más importante del semestre. “No tengo idea si juego, no me dijeron nada”, se desliga el pibe en charla con Un Buen Momento.
“Uno siempre tiene la esperanza de atajar”, aseguró García cuando le preguntaron sobre la posibilidad de ser el arquero en el superclásico. Además, explicó que están muy unidos y que sueñan con un triunfo en la fecha 14: “El grupo está mejor que nunca. Se le puede ganar a River”.
Esta situación le genera recuerdos al arquerito de Boca, que el 19 de octubre de 2008 jugaba su primer partido contra River cuando Ischia lo elegía por sobre Caranta, y el Xeneize derrotaba 1-0 al Millonario, con gol de su amigo Viatri. "Es un sueño cumplido, algo que todavía me resulta increíble. Sabía que iba a ser así y por eso intenté disfrutarlo en todo momento, ya que no sé cuántos superclásicos voy a jugar en mi vida", había dicho García en ese momento.
Por último, expresó que está “cómodo con Borghi” y le deseó un futuro próspero: “Ojalá tengamos al Bichi por mucho tiempo más”. El martes, ¿defenderá el arco de Boca?
Recordó el del 2008, con pelea con Julio Cáceres incluída, que al final fue para Boca con gol de Lucas Viatri.
La conferencia de prensa brindada por Juan Román Riquelme ha dejado algunos conceptos que merecen ser repasados. El diez de Boca habló, prácticamente, de todo. Desde el aniversario de su debut (“pasó muy rápido, ojalá pueda disfrutar al máximo lo que me queda”), hasta la salida de Ángel Cappa de River (“no me pone bien, es una lástima que no siga”). Pero, ciertamente, las declaraciones focalizadas en el superclásico del martes fueron las frases más relevantes del enganche: “La semana previa al superclásico del 2008 fue mucho peor y ganamos 1 a 0 con gol de Viatri. Ahora, ninguno de los dos llegamos bien. Pero en el clásico te olvidas de cómo llegás. Es especial, es una fiesta única. Vamos a tratar de disfrutar al máximo y ver si podemos dar una alegría a los hinchas. Este partido es importante para Borghi y para nosotros, porque vamos a poder empezar a jugar de la manera que él nos pide si ganamos”.
De la misma forma, Riquelme se refirió al ánimo del Bichi Borghi y, entre otras cosas, aseguró: “Se lo ve dolido porque estamos lejos, pero el martes tenemos la chance de darnos una alegría. Hemos arrancado este año con un entrenador y jugadores nuevos, no es fácil armar un equipo. Pero también es verdad que pensábamos que le íbamos a agarrar la mano mucho antes. Estamos contentos con el DT que tenemos y con los jugadores. Queremos verlo sonreír a Borghi, hace bastante que no lo vemos así”. A su vez, Román también comentó sobre la presencia del Pastor Juan en el entrenamiento afirmando que no lo vio, que “no estaba ni enterado”, que respeta “lo que cada uno cree y confía” pero que él confía en que el martes “tenemos que jugar bien y mejor que River”. Igualmente le deseó “toda la suerte del mundo en lo que haga” al pastor.
Del mismo modo, el futbolista confió sus sensaciones tras el parate por la lesión: “Estoy contento porque volví a jugar al fútbol después de mucho tiempo. Estaba aburrido, pero la verdad es que tenía una vida muy tranquila. Tenía muchas ganas de jugar, no sabía cuánto iba a aguantar. Terminé con muchos dolores, ya estoy más grande, pero tanto ayer como hoy hice los trabajos en el gimnasio y a partir de mañana arranco con el grupo”. Y, finalmente, tiró: “Es raro perder tanto en la Bombonera, antes perdíamos poco. Pasa que desde el minuto uno al minuto 90, jugamos de la misma manera: atacando siempre, y a veces quedamos muy desprotegidos. Siempre pensamos que vamos a ganar y jugar mejor que el rival”.
Juan Bosso, un pastor evangelista conocido del Chino Batista, irá hoy a Boca a orar y llevar la bendición de Dios, y si hacen fútbol en la semana?
Boca le ganará a River... si Dios quiere.
Eso piensa Juan Bosso, un camarógrafo de TV que hace 27 años es pastor evangelista y que hoy al mediodía estará en Casa Amarilla para tirar agua bendita y orar por el bien del equipo. Una ayuda divina, en fin, para este Boca necesitado de fe justo en la previa del superclásico. Conocido del Chino Batista, ayudante de campo de Claudio Borghi, este creyente de 64 años ya sabe lo que es peregrinar por La Boca. Y el antecedente es alentador. “Estuve antes de que jugaran contra Vélez. Fui a bendecir al club y a transmitir el mensaje de Dios. Y Boca no sólo ganó sino que jugó el mejor partido del campeonato si no me equivoco, ¿no?”, le cuenta a Olé , convencidísimo de su trabajo.
Bosso arrancó a predicar en el fútbol en el 2004. Más precisamente en Argentinos. Después de convertirse en pastor (“fue Dios el que me hizo ver el camino, dejé de fumar y de tener problemas”) conoció al Bocha Batista, hermano del colaborador del Bichi y del actual DT de la Selección. Por intermedio de él se acercó al club de sus amores y ahí en el Bicho empezaron a verse los resultados de sus rezos. El club mejoró en la parte institucional, bendijo la cancha, que mantuvo un largo invicto (“Hasta los que la alquilaban, como Huracán y Chacarita, no perdían”) y su colaboración más destacada fue en el último Clausura. “En el torneo anterior, Dios seguro fue hincha de Argentinos”, asegura con una sonrisa.
¿Qué opina Borghi sobre esto? “No, yo no tengo relación con él. Los técnicos son especiales. Creen que ellos son los que ganan los partidos. Por eso prefiero no molestarlos. Caruso me miró con una cara cuando me presenté... Gorosito nunca me dio bolilla... No importa. Yo voy por el club y porque Dios me pone ahí para entregar una bendición”, explica. Esto confirma que esta movida no tiene la autoría intelectual del DT de Boca. El Bichi, que profesa la religión mormona aunque no es practicante, rechaza las cábalas y no suele rezar antes de los partidos. “Yo digo que si yo pido que ganemos y el otro técnico pide lo mismo, a alguno de los dos le va a cumplir, pero al otro le va a fallar”, dice Borghi sobre el tema. Aunque aclara que es “de agradecer”.
Luego de citar ejemplos de “milagros”, como los del Tweety Carrario, el Burrito Martínez o Pontiroli (ver aparte), el pastor cuenta específicamente lo que hace. “Llego al lugar y empiezo a orar, a nombrar la palabra de Dios. Algunos me dicen por qué tiro agua y yo contesto que no lo sé, Dios me pide eso. La idea es transmitir paz, buena onda, liberarlos de los males y que Dios está con ellos. No hay nada más lindo que sentirse querido por el Señor”, afirma.
Bosso cuenta que no es de hablar con los jugadores. “Hay de todas las religiones. Algunos pueden entenderlo y otros tomarlo en broma. Pero yo respeto todas las opiniones. Los futbolistas suelen ir a curanderos, brujos, manosantas... Pagan fortuna pero lo que te da Dios es distinto. Dios te da bendición”, marca diferencia.
Hoy a las 12 estará en Casa Amarilla porque sintió que tenía que ir. “Lo llamé a Batista a ver si podía pasar a orar un ratito y él me autorizó. No creo que moleste a nadie. Sé que es difícil, pero me gustaría bendecir la Bombonera, aunque el partido con River no se juegue ahí. Ojalá que al club le vaya muy bien”.
Que Dios lo bendiga.
miércoles, 10 de noviembre de 2010
Riquelme aseguró que no le gusta cómo juega Boca y que no pensó que el equipo “iba a tardar tanto en encontrarse” con Borghi como técnico.
El 10 fue claro: “Esperemos que aparezca el martes de una vez por todas".
Sincero, crítico, sin pelos en la lengua. Riquelme mantiene intactas sus más fieles características a pesar de su larga inactividad y, tras volver ante Argentinos, dio su parecer sobre el juego de Boca: “Ataca mal y defiende mal. Los problemas los tenemos cuando atacamos porque lo hacemos con muy poca sorpresa”, tiró Román en Radio Del Plata.
Ya sobre la identidad como equipo, el enganche se mostró decepcionado, pero con la esperanza intacta: “Boca está donde está porque no hicieron las cosas muy bien. Yo creía que el equipo se iba a encontrar mucho más rápido, esperemos que aparezca el martes de una vez por todas", aseguró Román, que también tiró que tanto “Boca como River llegan mal porque no están peleando el campeonato”.
Por último, explicó que a pesar de sentir dolores, terminó contento en su vuelta al primer equipo por la respuesta de su rodilla: “Hacía mucho que no sentía estos dolores en el cuerpo pero por suerte la rodilla ha respondido muy bien”, cerró.
¿Quién ataja en el Súper?
Borghi tiene en la cabeza la posibilidad de sacar a Lucchetti y darle la chance a Javier García, que suma dos triunfos ante River...
Era el que quería. Porque tenía experiencia. Porque jugaba con los pies. Porque había salido campeón con Banfield. Hoy, esas cualidades de Cristian Lucchetti parecen no sumar a la hora de la evaluación. Y los signos de interrogación no son una mera especulación: en la cabeza de Borghi está boyando una idea, entre tantas, que tiene que ver con el arquero y su rendimiento. Con los números a la vista y un rendimiento que nunca alcanzó puntajes elogiosos, la posibilidad de que el mendocino le deje su puesto a Javier García existe. Parece improbable, sí. Pero el técnico se tomará la semana para pensar si uno de los problemas a resolver es quién debe poner las manos...
Para Borghi, Lucchetti siempre fue el titular, más allá de que en la gira previa había anunciado que ambos tenían las mismas chances. Así, el Laucha atajó en los 13 partidos mientras que Javi bajó varias veces a la Reserva para sumar minutos. Para ninguno de los dos fue un torneo fácil, mientras que en el equipo de Pompei sufren los constantes cambios de nombres por los pibes que suben; en la Primera Lucchetti nunca se pudo consolidar. Su promedio es 5,13, pero los datos más fuertes son otros: le convirtieron 16 goles, mantuvo la valla invicta en sólo dos oportunidades (Huracán e Independiente), pero lo que más sorprende es que en tantos minutos no haya tenido un partido consagratorio, de esos que marcan a un arquero, que le refuerzan la confianza y que también generan seguridad en los hinchas. Lucchetti aún no lo logró. Tuvo atajadas muy buenas, pero también errores graves. El peor, claro, el rebote para el segundo de Argentinos, el sábado. Ese lo marcó.
No es la primera vez que se escucha el rumor. Como DT del Bicho, en su momento, Borghi respaldó a un cuestionado Nicolás Peric. Y Abel Alves, cuando decidió sacar a García para darle la chance a Josué Ayala (ahora en Independiente Rivadavia), el equipo perdió 0-3 ante Colón. La jugada, está claro, no le salió bien. Y ese miedo, de responsabilizar al Laucha por los malos resultados y exponer a García justo ante River (a pesar de tener dos victorias: la del Clausura 2010 y el Apertura 2008) lo tienen al DT en vilo.
Está desencantado. El entrenador esperaba más del arquero que le pidió a los dirigentes y que estará a préstamo hasta junio. Y duda porque no sabe si García estará a la altura de semejante exigencia: ponerle las manos calientes a este Boca que necesita ganar para salir del pozo y, justamente, para mantener al DT en su puesto...
Gataflorismo total,el futuro de Borghi es incierto. Aunque él dice que va a dirigir con River.
Nadie puede asegurar que continuará después del superclásico...
¿Es Cappa? Algo lo diferencia. Si no ocurre ningún imprevisto en los próximos días -léase cuestionamientos de algún jugador o dirigente de peso-, Claudio Borghi se sentará en el banco visitante del Monumental, el próximo martes, para dirigir su primer superclásico, algo que Angel no llegó a cumplir.
¿Escapa? Las dudas sobre la continuidad de Borghi no cesan. De llegar a Núñez en su cargo, flota en el ambiente la sensación de que una derrota ante River podría provocar su salida. El mismo ya repitió que ese encuentro es “determinante”. Pero no se acaba ahí: según allegados suyos, podría alejarse hasta logrando un triunfo.
Desde que asumió Borghi, más precisamente desde la derrota contra All Boys por la tercera fecha, sobrevuela constantemente la inestabilidad del entrenador. Un poco por la falta de resultados y otro poco por sus propias declaraciones. “Yo no quiero ser un estorbo”, es una de las frases de cabecera del Bichi, al igual que otra ya famosa: “No soy de aferrarme al puesto”. Está claro, entonces, que esa forma de vivir y sentir el fútbol es lo que genera esa duda permanente en torno a su continuidad. Una constante a lo largo de su carrera, ya que salvo en Argentinos como jugador o en Colo Colo como técnico, nunca permaneció un tiempo demasiado prolongado en algún club.
Ni siquiera el interés, nunca oficial hasta ahora, desde Chile para dirigir la selección está en el medio de estas especulaciones. El DT de Boca se quedará sí o sí en el país más allá de seguir o no en el club. Es por razones personales, así que lo de Chile no entra en el terreno de las suspicacias. “No voy a especular con que si gano dos partidos me quedo o si pierdo dos, me voy. La realidad es que nadie se ha comunicado conmigo, ni siquiera para consultarme”, afirmó, tajante.
Ahora bien, por el lado del plantel no hubo cuestionamientos hacia el técnico en la charla mantenida ayer en la práctica. Si bien es lógico que el entrenador se incline por creerle al jugador, está al tanto de que las críticas existen. El panorama cambia un poco si de la Comisión Directiva se habla. Anoche, un importante dirigente tenía pensado encontrarse con el presidente Jorge Amor Ameal para acercarle su propuesta: echar a Borghi. Sí, como se lee. Y que esa moción fuera tratada en la reunión de mesa chica de esta tarde en el club (de la misma participan el presidente, el tesorero José Requejo y el secretario general Rómulo Zemborain). Esa postura de prescindir de los servicios del Bichi a menos de una semana del superclásico no tendría asidero en el resto de la Comisión. Ahora, ¿cómo tomaría Borghi esta noticia? ¿Sería un motivo para dar un paso al costado y no estorbar como él dice? ¿O se inclinaría por conformarse con el público y privado respaldo que tiene de Ameal? Respaldo, vale aclarar, no tan convicente ya que uno de los motivos que sostiene al DT es la falta de un plan B. Lo seguro es que ese pedido de echar al entrenador es una voz contundente entre tanta queja dirigencial en off.
“Borghi no se quiere ir y nosotros no queremos que se vaya”, declaró el vice José Beraldi. Ni tan tan, ni muy muy. El entrenador no se siente cómodo. Más allá del fastidio que le provocan las versiones periodísticas y la exposición mediática que le impone el Mundo Boca, su bronca mayor tiene que ver con la falta de resultados. “Uno se siente mal al no poder darle a la gente algo de lo que uno recibe”. De ahí que no quiera atarse a un puesto que le genera orgullo, sí, pero también responsabilidad. El asunto es que Borghi se siente culpable de esta campaña. “Su problema, en realidad, es que es demasiado bueno”, comentó alguien de su entorno.
El entorno... ¿qué opina justamente la gente que lo rodea sobre esta situación? Ahí las opiniones no son coincidentes. Algunos le aconsejan una salida. Otros que aguante hasta diciembre. “Yo siempre consulto. Somos un grupo de trabajo grande pero el que toma la última decisión soy yo”, suele aclarar el entrenador, que es de darle lugar a sus colaboradores.
“Este fin de semana no me expulsaron así que voy a poder dirigir el martes”, bromeó Borghi sobre su futuro inmediato. Futuro que ya no se construye fecha tras fecha sino, como graficó un dirigente, “esto ahora es día a día”.
¿Es Cappa? A diferencia de él, aún goza del apoyo dirigencial. ¿Escapa? Nadie garantiza que después del superclásico, gane, pierda o empate, siga en Boca.
martes, 9 de noviembre de 2010
Borghi contestó"Dirijo, no me expulsaron..." Parece que tiene buen humor todavía..
Borghi contestó con una humorada cuando le preguntaron por su presencia en el superclásico, explicando que estará en el banco porque no lo expulsaron por salir tarde.
Habló de JJ López y se acordó de Cappa: "Le mando saludos".
-¿Vas a dirigir en Núñez el martes que viene?
-Sí... No me expulsaron este fin de semana.
El Bichi Borgui esta vez respondió con una humorada sobre su continuidad. Y después de decir el lunes que no tenía ni idea si iba a estar en el superclásico, después de la charla que tuvo con los jugadores por la mañana, aseguró que al menos hasta el 16 será el entrenador de Boca. "Yo escuchaba a Cappa, que le mando un saludo. A Cappa lo echaron. Lo echaron y parece que uno se quiere aferrar al puesto sí o sí, cueste lo que cueste. En mi caso no es así. En mi caso, siempre he cobrado hasta el último día de trabajo, que es lo que corresponde. Basta que alguien diga que no está de acuerdo y yo hablaré con el presidente, pero no es mi intención aferrarme a un puesto en contra de la voluntad de las personas con las que vivo diariamente", explicó el entrenador en charla con La Red. Y siguió hablando sobre el futuro: " Yo estoy luchando todos los días, tratando de mantenerme en un puesto importante. No voy a decir me voy a quedar acá, hacer una carpa. Acá el día a día es muy importante. Todos queremos lo mejor. Si es la continuidad mía, lo entiendo. Si la dirigencia cree que no es lo mejor, veremos qué es lo que hay que hacer. Por supuesto que tengo el apoyo de ellos. Hablo con el presidente casi todos los días. Quiero un apoyo que no sea necesario preguntar todos los días. Eso lo que quiero lograr. Me siento cuestionado por los resultados".
Además de confirmar que dirigirá al equipo, contó que "tenemos que ganar el partido por la importancia que tiene para nosotros y todos los hinchas y sostener esta chance de seguir creciendo. Tengo el convencimiento por lo que estoy haciendo. Yo tengo si vos me decís que pongo jugadores en puestos que no conocen, tratando de inventar mi idea, que mi capricho... pero cada uno juega en el puesto que conoce, el único que cambió fue Medel".
Le mandó saludos a Cappa y le tiró una flor a JJ López, quien asumió ahora como interino. "Es uno de mis ídolos, jugé con él en Argentinos. Es una dmiración la que tengo, no soy su amigo. No encuentro alguien que me hable mal de él. Es un tipo de los que más respeto en el fútbol".
Sebastián Battaglia habló sobre el clásico del próximo martes y reconoció los problemas.
"Hay que cambiar algunas cosas pero hay que estar tranquilos", señaló el cinco.
Sabe que Boca no llega en las mejores condiciones al clásico con River. La derrota con Argentinos en la Bombonera golpeó duro en el plantel y volvió a generar dudas sobre la continuidad de Borghi en el club. "No se está funcionado como equipo, a pesar de que hay un buen plantel", reconoció Sebastian Battaglia en declaraciones a Estudio Fútbol.
"Hay que cambiar algunas cosas pero hay que estar tranquilos, es el futbol que vivimos hoy en día", añadió el mediocampista que fue amonestado en el último partido ante el Bicho.
Battaglia es uno de los jugadores con más experiencia del plantel y sabe lo que es ganar un clásico. Los hinchas de Boca todavía recuerdan su gol de cabeza en el Clausura 2008 que le dio la victoria ante el rival de toda la vida. "Es un partido importantísimo, para el técnico, para nosotros y para la gente. Nos toca en la cancha de ellos y ojala podamos sacar los tres puntos", señaló el Seba como señal de deseo, en busca de una pronta mejoría.
Martín Palermo recibió a los hinchas que le celebraron su 37° cumple en Casa Amarilla.
Prefirió no meterse con la futura decisión de Borghi ("ya no podemos exponernos") y aseguró que Boca tiene que ganar el Súper por sus hinchas. "No conseguimos nada de lo que nos propusimos", dijo.
Es el optimista del gol. Asimismo, para este momento le cabe otro calificativo. Martín Palermo habló y lo hizo con más sinceridad que optimismo. Falta una semana para el Súper. Ese mismo partido que siempre, para la mayoría, "salva años". Para el capitán de Boca, no es así.
"No es determimante el superclásico, ni el futuro de nadie ni el presente, que ya está marcado. Ni River ni Boca se van a salvar por ganar el clásico. El que gane no va a tapar este año, donde no conseguimos nada de lo que nos propusimos. Hay que darle una alegría al hincha. Para nosotros sería un triunfo importante y nada más", tiró Palermo.
El domingo el Titán sumó 37 pirulos, pero no los pudo festejar como hubiese querido. Aún así, el ídolo Xeneize recibió el cariño de los hinchas en el entrenamiento de hoy, aunque también fue material. Es que Palermo se mostró para los medios con unos ositos de peluche. Entre tanta ternura, el Loco no se olvidó del presente: "En lo deportivo uno siempre quiere lo mejor. El fútbol tiene estas cosas, me hubiese gustado disfrutar el cumpleaños de otra manera, pero a veces hay que separar las cosas. Uno lo tiene que afrontar por los años que lleva acá. La decepción de que el equipo no rinda pero hay que ser conciente y darle para adelante. En todas las cosas de la vida siempre me proyecté así".
También, se tomó un tiempo para agradecerle a "los que siempre vienen cada cumpleaños. Siempre es especial para uno, más en esta instancia, del final de mi carrera. 37 años y estar acá donde uno vivió tantas cosas, más allá del momento. Pero uno no cumple siempre 37".
Un párrafo aparte hizo Palermo para el Bichi. En días en los que no reina la calma, Palermo se desligó del tema del DT. "Es una decisión muy personal, más allá de nuestra opinión. Ya no tenemos que exponernos porque por más opinión y apoyo que le demos, él sabrá".
Por último, tiró uno de los deseos que pidió en su cumpleaños: "Sacar a Boca del lugar donde está". ¿Cómo? "Ahora uno tiene que seguir trabajando y pensando en lo que viene. Se sale lo más unido posible".
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"Claro que dirigiría a Boca..."
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Recuerdo de la Bombonera
lunes, 8 de noviembre de 2010
El sábado la gente silbó a Lucchetti tras el segundo gol. Borghi ( si llega al domingo) no lo sacará.
La Bombonera hervía en esos minutos por una derrota que no estaba en los planes. Y después del segundo gol, empezó a buscar responsables. Uno, y por primera vez, fue Cristian Lucchetti. El arquero fue responsable en el segundo gol de Argentinos, dio rebote para que Ciro Rius sellara el resultado. Y a partir de ahí, la gente empezó a cuestionarlo y a silbarlo las dos o tres veces que tocó la pelota después de ese 2-0. Más allá de la reacción propia del momento, también marcó que el hincha no está conforme con la actuación de uno de los refuerzos para este torneo.
¿Qué pasará con él a partir de esto? ¿Existe la chance de que Borghi lo saque para el superclásico? Parece improbable. Primero, porque es justamente el arquero que él eligió para el arranque de su ciclo en el club. Y después, porque Javi García no lo convence demasiado. Además, entiende que si al suplente no le va bien, estaría quemando directamente a dos arqueros. Por eso, todo indica que el Laucha será titular en el Monumental.
Hay dirigentes que lo quieren afuera antes del clásico y jugadores molestos, pero Borghi sólo se irá si él lo decide.
Ameal lo banca...
Para que se vaya después de River, que renuncie ahora”. La voz de un dirigente suena firme. Y no le escapa a los 34° de un domingo que así decidió subir todavía más la temperatura que dejó la derrota del sábado. El 0-2 vs Argentinos pone en aprietos una vez más la continuidad de Borghi, potencia el Súper del martes 16 como límite, pero en las últimas horas parece haber sumado votos para una opinión que nace desde de distintas alas de la CD: hay varios que creen que directamente el Bichi no debería dirigir en Núñez. Son esos varios que consideran que, de este modo, Boca sólo va camino a estirar la agonía de un final escrito.
No es la única razón que exponen estos dirigentes de peso. Están convencido de que si Borghi se va ahora, va a descomprimir la coyuntura en la que el equipo jugará ante River. “Por ahí con Tito Pompei (DT de Reserva) el partido se puede preparar de otra manera, sin la carga extra para los jugadores de saber que además de la presión de tener que ganar esté en juego la cabeza del técnico”, dicen. Esto, además de la cuestión de orgullo que presupone una derrota con renuncia en un partido con River. No quieren que se repita el caso Brindisi, quien en el 2004 se fue en esta misma circunstancia. Y dejó el cargo en el mismísimo Monumental.
A ese contexto de ultimátum, hay quienes suman el hecho de que Borhi ya no tiene respuesta de parte de los jugadores. Incluso esos mismos dirigentes que todavía apoyan al Bichi, no sólo le cuestionaron los cambios en el último partido (el no ingreso de Chávez y la salida de Giménez por Escudero, que desequilibró a Boca) sino que reconocen ese aspecto trascendental para la vida de un equipo. O de un DT en un equipo. “¿Si ya veo jugadores desganados con el técnico? Puede ser, puede ser...”, terminan por aceptar el quiebre.
En ese sentido, a sus dirigidos no les cayó nada bien que el entrenador, después del partido con Argentinos, no les haya dicho ni una palabra y que, en cambio, se haya quedado hablando con algunos dirigentes (y hasta con Luis Segura) cuando ellos necesitan la presencia del conductor ante otro duro golpe. Casi una imagen de descompromiso, cada vez con más gestos de un lado y del otro. Esto, claro, sin tener en cuenta que cada vez son más las voces (no públicas) de quienes no se sienten cómodos con la forma de jugar.
Borghi es consciente de que está en una situación límite. Lo dijo el sábado mismo: “En el clásico me juego todo”. En realidad, desde Lanús se sabe que su continuidad está condicionada a ese partido. Pero en este tiempo no hubo signos de marcada mejoría futbolística (más allá de los tres partidos sin perder) y hay dirigentes que ya dejaron de confiar en que el Bichi pueda revertir esta situación. Es más, hay quienes ya se arrepienten de su contratación. “Es la última vez que vamos a traer un técnico así, con un estilo de juego que no sea el del club”.
Así, entonces, Borghi sólo tiene la banca del presidente Ameal (más que nada porque no tiene plan B) y de algunos pocos dirigentes. ¿Qué hará? Todo indica que de ninguna forma se bajará antes del clásico y que se someterá a ese resultado-sentencia.
domingo, 7 de noviembre de 2010
Otra foto negra...el sistema no sirve para Boca.
Otra vez derrota en la Bombonera,el sistema y algunos jugadores, no son para Boca.La forma táctica no solo se sufre en defensa, sino en falta de juego.
Un equipo sin sorpresa, Clemente desaprovechado,Viarti deambula por la cancha, palermo juega de pivote,es un desconcierto total, y para colmo es suficiente patear una vez al arco para convertir.
El laucha no es arquero para Boca, son 2 por partido, y por lo general las va a buscar adentro....es lamentable ver a Boca.
Riquelme jugó bien al igual que Ruiz y el chileno..abrazo xeneize...
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