sábado, 20 de noviembre de 2010

Mientras piensa en Arsenal y arenga a la tropa, Tito mira el futuro: “Es importante brindar tranquilidad”.


De movida, el camino desandado por Pompei se intuye positivo. Conceptos simples, diálogo fluido con sus jugadores y mirada a futuro. Así, valora los cinco partidos que restan y que requieren fuerte compromiso. Y de esta manera, también, lo analiza: “Hablé con los muchachos y todos quieren subirse al barco, eso es bueno. Hay que hacer una importante cantidad de puntos para la tranquilidad del próximo técnico”.

Entiende el DT, y con absoluto criterio, que el objetivo de Boca debe ser terminar el campeonato en una posición, cuanto menos, digna, recuperar el prestigio oxidado y brindarle al próximo entrenador cimientos sólidos para rearmar la estructura. “Mis metas siempre son altas. El tope es quince puntos, pero primero vamos por los tres de Arsenal. Como jugador quería jugar en Primera, un Mundial y en Europa; algunas de esas cosas no me llegaron, pero no me reprocho nada. Como técnico quiero dirigir la Selección, Barcelona, y estoy en Boca... Siempre apunto alto”, avisa Tito.

El problema, se sabe, es cómo recomponer el espírituo de un grupo que por momentos se vislumbra desangelado y sin motivaciones. Y, parece, hay receta: “Hablamos mucho. Les tratamos de hacer ver qué clase de jugadores son, porque Boca tiene uno de los mejores planteles del país. Lo que uno quiere es que ellos busquen en su interior y que tengan confianza. Que no tengan miedo de jugar 15 metros más arriba. Así, podés salir, recuperando aquello que alguna vez fuiste”.

La actitud, entonces, es el tema dominante de estos días. Y lo fue ayer, por supuesto, en otra mañana caliente. Una bandera colgada en las tribunas de la Bombonera llevó a la reflexión de Pompei: “No la vi, me comentaron en el vestuario... Yo hablé con ellos y les dije que no hay jugadores sin actitud. He jugado con muchos futbolistas que eran muy superiores, pero no tenían actitud y para jugar en Primera está claro que necesitás actitud. Nunca tuve un compañero que haya salido a la cancha sin querer ganar o importándole poco y nada”.

Tajante, Tito aprovechó para endulzar públicamente a sus muchachos, confirmar que en el arco seguirá Javier García porque frente a River lo vio “bien”, resaltar la actitud de Lucchetti (“Me dijo que no tiene problemas en ir al banco”) y mostrarse a pura confianza: “Hay que estar tranquilos, no pasivos. A partir de este equilibrio estamos convencido de que contra Arsenal vamos a hacer un buen partido”.

Falcioni es la opción N° 1 y casi la única , y Blas no?


Ameal está decidido a jugársela él solito. Es posible que le quede sólo un técnico por elegir y esta vez seguirá su instinto. ¿Qué le dice la almohada? Julio César Falcioni. El técnico de Banfield es el elegido del presidente y será muy difícil desbancarlo, por más que algunos todavía tengan el sueño loco de Bielsa y otros hablen maravillas de Simeone. El resto no corre.

Lo de Bielsa es lógico: se trata, posiblemente, del DT argentino en actividad con mayor prestigio. Y algunos creen que la presencia de Griffa en el club podría acercarlo. Las contras: su trabajo es a largo plazo y Boca tiene urgencias; juega con la misma línea de tres que esta dirigencia llegó a aborrecer; nunca tuvo pasión por Riquelme, que tiene tres años y medio más de contrato. Al Cholo, mientras tanto, lo postula José Beraldi, el mismo que hizo la gestión por Borghi, pero no tiene consenso.

¿En qué saca ventaja JC? En que lo banca el más fuerte y en que, de los nombrados, es el que más aceptación tiene del resto. Crespi, que quería a Russo, no se opondría. Beraldi tampoco. London banca la elección del presidente más allá de su predilección por Giunta. ¿Entonces? Entonces, mientras algunos directivos piden más referencias de Falcioni y su cuerpo técnico (el PF, Otero, es muy elogiado), otros empiezan a preocuparse por reforzar el plantel. Buscan un arquero (Andújar es imposible), un volante mixto (¿Erviti?) y un delantero además del regreso de Noir, quien rescindió con Barcelona de Ecuador y vuelve la próxima semana.

Tito probó con un 4-4-2 pero se definió por un 4-3-1-2 con Pochi de enlace: los titulares ganaron 2-1.


Es un equipo distinto. No tanto desde los nombres, ya que en definitiva el Bichi les había dado posibilidades a casi todos, pero sí desde el armado. Con respecto a la formación que perdió frente a River, Tito Pompei mete tres cambios. Vuelve a la titularidad Viatri por Mouche, Medel -recién regresado de Chile- reemplazará a Méndez y Pochi Chávez entra por Riquelme, como ya había hecho en el Monumental. Los dos primeros son tácticos, más allá de la lesión de Méndez, y el otro, obligado por la tendinitis de Riquelme.

Estos titulares les ganaron a los suplentes 2-1, con un primer tiempo malo en el que el equipo se paró 4-4-2, y una segunda parte en la que mejoró, con Chávez claramente de enganche. En el medio de los dos tiempos de 25 minutos, hubo una charla del técnico interino (10’) tratando de corregir los errores.

¿Qué se vio con respecto al funcionamiento? Un equipo más ordenado, al que no le llegaron tanto (el gol de los suplentes fue un tiro de media distancia de Colazo, mérito del autor más que defecto de la defensa) y que consiguió generar más juego cuando se paró decididamente 4-3-1-2. “Me gustó mucho más esa versión, con dos líneas de cuatro tuvimos algunos problemas”, reconoció Pompei en la conferencia. Tito pidió también “que los laterales no tengan miedo de ir a apretar” y que “uno de los dos 9 salga del área pero sin bajar tanto”. Esto último fue lo que hizo Viatri, y de allí nacieron los goles: centro para Palermo, que definió de palomita, y pase a Chávez.

La otra cuestión que marcó una diferencia es la vuelta hasta de los suplentes a sus puestos naturales. Ejemplo: Calvo y Monzón no fueron carrileros sino laterales. O sea: este Boca será interino pero se toman decisiones.
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viernes, 19 de noviembre de 2010

Pompei tuvo una charla breve con los dirigentes y ya sabe lo que tiene que hacer:


"Hay que sumar los 15 puntos para dejarle un colchón al próximo técnico, pero hay que empezar por los tres del domingo". Confirmó que jugará con un sistema 4-3-1-2, que Lucchetti irá al banco y que arriba estarán Palermo y Viatri.

Roberto Pompei, como hace unos meses cuando le tocó reemplazar a Abel Alves, tendrá otra vez en sus manos el fierro caliente, pero no se achica y le pone el pecho a la situación. En su segundo ciclo como DT interino, Tito puso una palabra como emblema: “La palabra actitud se la deje bien claro a los jugadores”, dijo. El plantel necesita despertarse y Pompei tiene una línea a seguir. “Tratamos de hablar mucho para que la recuperación arranque a partir del trabajo y de la tranquilidad. Tranquilidad no quiere decir pasividad. Cuando uno quiere acelerar y hacer todo lo que no se pudo hacer antes, no salen bien las cosas. Tranquilidad y equilibrio”, declaró.

¿Cómo se levanta a un grupo que viene de perder el clásico y de quedarse sin entrenador? “El primer día estaban caídos, todo el mundo esperaba hacer una buena campaña y si a eso le sumas perder el clásico y un compañero de laburo como el técnico. Pero hablando, haciéndole ver qué clase de jugadores tienen al lado, que se vuelvan a reconocer la clase de jugadores que son, que vuelvan a confiar, a no tener miedo de jugar 15 metros más arriba, así vamos a motivarlos”, explicó Tito.

Por otro lado, confirmó que atajará García y que Lucchetti irá al banco (“Hablé con el Laucha y me dijo que estaba para sumar”). También dijo que pondrá al Pochi de enganche y con cuatro en el fondo (“Es el sistema que me gusta”). Con respecto a esta segunda etapa, Pompei marcó la diferencia de que ahora le toca reemplazar a “un tipo con el que estaba muy cerca”. Ojo, hay una similitud clara: otra vez debutará contra Arsenal. (“Con 1-0 no estaría disconforme”).

Para cerrar, Tito contó que la charla con los dirigentes, esta vez, fue breve a diferencia de la que tuvo cuando reemplazó a Alves. Y que le pidieron una sola cosa: "Que gane todos los partidos. La meta es el tope, los 15 puntos, pero nosotros vamos por tres que son los de Arsenal”. Y sobre la bandera que apareció en el entrenamiento, dijo que no la vio: “Me comentaron en el vestuario”.

En la práctica, cuatro hinchas colgaron una bandera que decía “Ni una gota de sangre: Boca, ganar o morir”.


Lejos de todo, pero cerca del impacto. Así está Boca hoy. El equipo ya se despidió del torneo, de la pelea por entrar a la Libertadores y, para hacerla completa, perdió el clásico. No hay reacción dentro de la cancha, pero sí afuera. Un grupo de hinchas fueron a la Bombonera, donde se entrenó el plantel, y colgaron una bandera con la inscripción “Ni una gota de sangre: Boca, ganar o morir”. Huele a interna política…

Si bien la respuesta desde la gente no es agresiva y no se escucharon los hits que se sienten en otras canchas (“Jugadores, la…”), lo de hoy demuestra que algunos perdieron la paciencia. Un grupo de cuatro hinchas llevaron una bandera con la idea de despertar a los jugadores y demostrar su descontento con el presente del club. Los jugadores no le dieron importancia al incidente, que duró pocos minutos porque la policía sacó a las cuatro personas. Hay que subrayar que el año que viene serán las elecciones en Boca y esto puede formar parte de la interna política que vive el club.

Por otro lado, hubo práctica de fútbol con los once que se vienen manejando: García; Cellay, Caruzzo, Insaurralde, Clemente; Medel, Battaglia, Giménez; Chávez; Viatri y Palermo. Los titulares ganaron 2-1 con goles del Pochi y Martín; y el único cambio que metió Pompei promediando el entrenamiento fue el de Erbes por Medel, tenidneo en cuanta que el chileno viene de jugar con su selección.

Pompei va delineando el equipo para enfrentar a Arsenal: como lo anunció, jugará con línea de cuatro en el fondo, doble cinco, doble nueve y sin engan


Y en el arco continuaría Javi García.

Es un boy scout. No lo esperaba, ni lo deseaba, pero está listo para asumir la responsabilidad. Lo llamaron cerca de la medianoche del martes y no tuvo ni que decir que sí: a las 4 de la tarde del día siguiente ya estaba de nuevo en el vestuario de Primera, como hace cuatro meses. Su primera medida fue hablar con el plantel, adivinar humores, conocer sensaciones y hacerles saber que no está allí para armar una revolución futbolística si no para encontrar un orden que lleve a Boca a terminar este 2010 al menos de forma decorosa.

Por eso, lo primero que puso en orden fue los apellidos en la cancha. Sin Riquelme, esperando el regreso de Gary Medel (jugó el miércoles en Chile) y con Méndez lesionado, su primer esquema fue un 4-4-2 híper clásico. Respetó la defensa que Borghi improvisó ante River (con el regreso de Clemente como lateral por derecha), puso a Chávez por derecha, Giménez por izquierda y un doble cinco circunstancial entre Battaglia y Colazo. La única duda, aunque no hizo fútbol formal (sólo un reducido en el que participaron los cuatro del fondo y los dos volantes de contención), está en la delantera: podría ir con el doble 9, Mouche o Escudero como mediapunta. ¿El arco? Más allá de haber aclarado la situación de Christian Lucchetti (está en igual condición que el resto), luego de la buena actuación en el Súper, Javier García seguirá en el arco.

Así, a tres días del partido con Arsenal, va tomando forma el Boca de Pompei. Un viejo Boca, pero sin rastros del anterior.

jueves, 18 de noviembre de 2010

La tendinitis aquileana que padece Riquelme -y que le impidió jugar el ST ante River- lo dejaría out del torneo.


La alarma sonó la semana pasada en la Bombonera cuando finalizó el partido frente a Argentinos. Juan Román Riquelme daba indicios de que su pierna derecha no estaba okey y preocupaba al mundo Boca, ya que el superclásico asomaba en el horizonte. Finalmente, y pese a todos los pronósticos, dijo presente en el Monumental aunque bastaron sólo 7’ para que la lesión le pasara factura y lo obligara a abandonar el partido en el entretiempo. Ahora, el hecho está en saber cuándo volverá a jugar Riquelme. ¿Habrá disputado ante River su último partido del 2010? La semana previa al clásico ya anticipaba lo que luego se terminó dando en Núñez. Sucede que las urgencias del equipo, y también las del mismo Borghi, requerían de la presencia del ídolo. Claro que, les salió caro... De esta manera, y confirmada la tendinitis aquileana en la pierna derecha, desde el departamento médico de Boca confiaron que no apurarán la recuperación del 10 debido a que el equipo no tiene compromisos importantes a esta altura. Teniendo en cuenta esto, no descartan que Román no pise un campo de juego hasta el año que viene. A la vez, contaron que fue el propio jugador el que decidió jugar ante River.

La tarde del miércoles no sólo se tiñó con la conferencia de prensa en donde se despidió el Bichi Borghi, sino también dejó ver a Riquelme haciendo trabajos diferenciados y de kinesiología. Es que si bien padece una lesión que no se puede agravar aún más de lo que realmente es, tiene la zona afectada demasiado inflamada lo que le genera un dolor inmeso en el pie de apoyo. Con este panorama, los próximos días serán claves para determinar si habrá Román recién a partir del 2011.

Vuelve la linea de 4 Tito aclaró que hoy sólo piensa en el partido con Arsenal.


Miércoles agitado en el Mundo Boca. O, mejor, otro día agitado en el Mundo Boca... Salida oficial de Borghi, conferencia de prensa mediante. Aviso del presidente Jorge Amor Ameal de tomarse “el tiempo necesario” para contratar otro entrenador y de que aún no hay nombres de candidatos fijos. Y asunción sobre la marcha de Roberto Pompei, quien dirigirá hasta la “finalización del campeonato”.

Y la voz que faltaba, hasta ahora, era la del entrenador interino. Tito Pompei, una vez más, se hace cargo del primer equipo de Boca. Y ya anticipó que la idea es “sacar el mayor rédito a cada jugador” para que se “beneficie el grupo”. El hasta hace horas entrenador de la Reserva Xeneize dejó sus primeras impresiones: “No se hizo la campaña que se esperaba y la labor nuestra es levantarlo desde lo anímico y buscar el buen funcionamiento para ganar el próximo partido. Tenemos que recuperar la confianza. Soy un convencido de que éste es un muy buen plantel y de que esto se puede revertir”.

Del mismo modo, Pompei habló sobre el próximo partido de Boca, ante Arsenal: “Estamos en vísperas del primer partido. Arsenal es lo más importante y pensamos esto, que es lo que nos queda de acá a fin de año. Tuve una charla breve con los que no tuvieron actividad ayer. Veremos si es uno u otro sistema, pero vamos a tener que hablar mucho. Pondremos en cancha el sistema con el cuál todos se sientan cómodos”. Pero, además de lo mencionado anteriormente, Tito dejó en claro que todos los jugadores tienen posibilidades de jugar ya que “están todos bajo las mismas circunstancias”, sobre todo cuando ya sonaba que Cristian Lucchetti estaría en la percha hasta fin de año. Y, finalmente, el técnico interino se refirió a la posibilidad de ser el nuevo entrenador y de lo que le deparará el futuro Xeneize: “Es muy pronto para ver si voy a ser el DT, esto es Boca y hay danza de nombres. Yo quiero cumplirles a los jugadores; ya nos pusimos a disposición”. Pompei, que dirigirá hasta que finalice el Apertura (ya había tenido un ciclo tras la salida de Abel Alves e incluso estuvo al frente de la primera gira de verano con Boca en Estados Unidos, para luego dejarle el cargo al Bichi Borghi), ya empezó a dar algunos indicios del posible equipo que parará para enfrentar a Arsenal de Sarandí en La Bombonera: “A mí me gusta la línea de cuatro, perocon el Bichi aprendí mucho de un sistema valedero como es el 3-4-1-2. Todo sirve para seguir aprendiendo y creciendo. Ahora veremos qué es lo mejor para el partido con Arsenal...".

Tito Pompei dirigió su primera práctica y, aunque elogió a Borghi, avisó que cambiará el sistema.


Pechera naranja, como para distinguirlo del resto, Pompei asoma. La práctica arranca al mismo tiempo en que Borghi se está despidiendo en la conferencia. Quedan vestigios de la derrota, hay más silencio que otra cosa y Tito junto con Omar Larrosa intentan ponerle onda a la tarde. Les patean a Lucchetti y Scapparoni, dejan que los titulares troten, aflojando músculos y tensiones. Es una tarde rara, pero para la nueva dupla es otra chance más de seguir sumando experiencia. El nuevamente interino deja claro, primero, lo agradecido que está con Borghi, pero enseguida se pone el buzo y su modus operandi queda en evidencia: “Pueden ser tres mediocampistas y un enganche, 4-4-2, dos nueves o uno por afuera, un enganche y un nueve. Pero a mi me gusta más la línea de cuatro”. Se viene un cambio de sistema.

Si bien él en la Reserva jugaba con tres en el fondo por pedido del mismo Bichi, está claro que su primera modificación será el dibujo. “Voy a mantener el sistema que me gusta usar a mí, veremos si lo podemos mantener en el tiempo. Charlamos con los jugadores, iremos viendo cómo están, pero el que elijamos será en el que todos se puedan sentir cómodos y estemos convencidos de que sea el mejor”.

Su trabajo de ayer, fundamentalmente, fue tomarle la temperatura al equipo, ponerse al día con las novedades y tratar de apuntar a lo anímico en los pocos días que quedan hasta el domingo, cuando enfrente a Arsenal. “Cualquier jugador termina golpeado luego de perder el clásico. Y más si perdés al técnico. Este es un trabajo que no da tiempos. Hay que hablar mucho, estar cerca, saber cuáles son las sensaciones del plantel. Y también en qué posición en la cancha se sienten más cómodos. La idea es tratar de sacar el mayor rédito y que tengan un plus”, explicó.

No sólo en esas cuestiones se metió el DT. También quiso saber con qué jugadores cuenta. Sabe que Gaona Lugo está en recuperación, que Riquelme está con molestias (ver página 18) y que Méndez se fue golpeado. Y se interiorizó del tema Lucchetti, quien arrancará de cero luego de su cruce con Borghi: “A los dirigentes les pregunté si a nivel dirigencial, por equis motivo alguno no puede estar. En este caso están todos bajo las mismas condiciones”. Boca empieza de cero. Una vez más.

miércoles, 17 de noviembre de 2010

Borghi se despidió de los jugadores y habló. Dijo que el equipo no tuvo identidad, que la autocrítica la hará puertas adentro,


Por momentos no disimuló su bronca y que se se va "cabizbajo y realizado". Y más: "Boca es como hacer el sexo con la ventana abierta".

"Muchas gracias, gente". Fueron las últimas tres palabras de Borghi en Boca. Inusual en un técnico, fue al club y, después de hablar con los jugadores, se sentó en conferencia de prensa. Así como lo hizo en su llegada al club, lo hizo en su despedida. Fue un ida y vuelta largo, típico del Bichi, en el que explicó que la decisión, obvio, fue post superclásico, en la noche del martes. Y se mostró algo rencoroso por algunas situaciones que vivió en su ciclo. Como cuando habló de "un mala leche que inventó que casi me agarro a trompadas con Viatri. Que lo pague con salud".

Dejó en claro que los dirigentes le pidieron que siguiera pero que para él no daba para más, "por los resultados y por cómo vi al equipo. Ves el partido y te das cuenta si es lo que Boca merece o no merece. Y no merece esta situación,. Quizás un cambio de técnico le da otro aire al plantel y mejora todo. El técnico se va y se lleva unas presiones, y el que viene, viene un poco más aliviado. Yo me rajo por los resultados deportivos. No fueron los que espérabamos todos, jugadores, hinchas y cuerpo técnico. Después de una sumatoria de resultados, son más cosas malas que buenas por algunas situacionas en lo deportivo y por eso tomé esta decisión".

En todo momento dejó en claro que la autocrítica la hará puertas adentro, pero aclaró que "no me arrepiento porque las cosas las pienso; no hay que arrepentirse. El mismo método fue el de seis meses atrás, en Argentinos. Yo venía todos los días con mucho gusto, venía una hora y media antes de las prácticas y me iba cuatro horas después, fue una experiencia extraordinaria, te das cuenta de que Boca es más grande de lo que uno piensa. Fue una experiencia de vida inolvidable, estamos hablando de un club con un montón de aristas". Otras dos frases con respecto al balance:

* "Me siento realizado muchísimo, creo que soy el técnico más joven, creo, en llegar a Boca desde afuera. Esperaba siempre el momento de llegar a Boca, nunca pensé que iba a ser tan joven. La frustración es por las horas trabajadas y planifiicadas y no poderlas llevar a cabo. Siempre aparece algo incorrecto, siempre fue honesto, para bien o mal del club".

* "Me daban más partidos pero creía que no era conveniente seguir porque no vemos mejoras. El mayor fracaso es que el equipo no tuvo identidad, y eso permitirme a mí confiar. Los esfuerzos estuvieron, pero no se logró. Es un juego de equipo y si no funciona...".

Borghi cuestíonó a un periodista por no haber respetado el martes un off the record y hasta chicaneó a algunos de la prensa chilena. Y cuestionó que se inventaran cosas en el ciclo, explicando que cada vez que llegaba al club, se enteraba de cosas que no habían pasado. "Lo que hacen a veces ustedes es bravo. Boca es como hacer el sexo con la ventana abierta, no tenés intimidad, no podés hacer nada. Haría un Boca sin celulares y la vida sería más cómoda para todos. Si no existiera el mensaje de texto, estaríamos todos más tranquilos". Y repitió, dolirido, que "para mí es una derrota. Acá querés quedarte 25 años... Me voy cabizabajo".

Una actuación así, de las más flojas en clásicos durante la década, obliga a revisar casi todo en el aspecto deportivo.


Si Boca no revierte la tendencia, penará con su promedio en la temporada por venir. ¿Por dónde empezar? 1) Compromiso del plantel para sacar la mayor cantidad de puntos en cinco fechas decisivas. 2) Designación de un cuerpo técnico estable, fijo durante un año como mínimo, probado bajo presión. 3) Recuperación de Riquelme: que juegue sólo cuando se encuentre en la plenitud de sus condiciones físicas. 4) Renovación del plantel con énfasis en las Inferiores, sin liquidar buenos proyectos al primer tropezón o a la primera oferta (Maidana, inesperado verdugo, es caso testigo en ambos planos).

En una situación como la actual, sin riesgo de descenso y con balance superavitario, Boca genera uno o dos escándalos cotidianos (descontemos el IVA de algún periodismo poco riguroso). Imaginen cómo sería el minuto a minuto del 17° puesto hacia abajo. Así como ordenaron la economía, los dirigentes deben lograr una disciplina interna que permita competir sin soportar turbulencias en cada viaje. Hay responsabilidad del entrenador, pero las máximas autoridades son el presidente y su CD. Si en vez de mandar cada uno se larga a pintar paredones para la elección del 2011, se complica de verdad.

Será difícil jugar un PT peor, sin tenencia de pelota, sin decisión para recuperarla, frente a un adversario que no es una maravilla... El equipo fue superado desde el inicio, le entraron por los costados, nunca llegó en forma asociada. Fue perjudicial el estado de Román, pero aun sin él Boca había hecho mejores papeles (tampoco demasiados: Vélez, Olimpo, Colón, Lanús pese a la derrota...). Ni siquiera quedan ganas de quejarse por otro clásico arbitraje de Baldassi, incluido un doble penal. Tras el 0-1, un poco por empuje de Chávez y bastante por retroceso local, pareció parejo, aunque el empate siempre resultó una quimera. García mostró agilidad, reflejos y valentía, una noticia positiva. Al cabo, un tardío acierto de Borghi.

Ahora agarra Pompei. ¿Y después?


Un nuevo mazazo. Otro más... El último. La séptima derrota en 14 partidos consumió el poco crédito que le quedaba a Claudio Borghi, quien llegó debilitado tras las discusiones con varios jugadores, y ahora la tarea de los dirigentes es intentar que termine el campeonato sentado en el banco antes del inevitable adiós. La imagen final del Bichi, en cuclillas, con cara de mirar sin ver, era una buena postal del momento.


Los dirigentes, quedó dicho, querían que siguiera hasta diciembre. Porque no había plan B. La realidad es que, conociendo este panorama, al técnico le pidieron antes del partido que no se fuera en el Monumental como hizo Brindisi en 2004, sobre todo en caso de derrota. No lo hizo prácticamente, no lo dio a conocer, pero sí se lo comunicó a los dirigentes: chau, se terminó un ciclo en el cual sumó 17 puntos y no pudo ganar ninguno de los cuatro clásico que jugó (tres derrotas y un empate). Borghi no habló después del partido públicamente, aunque habría confirmado que se va, que renuncia. Y cerca de las 23.30 dejó el hotel donde se concentró con el equipo. Pasaría a saludar a los jugadores.


Pasada la medianoche, el presidente Ameal habló en la puerta de la concentración y no quiso confirmar el alejamiento de Borghi, como para que en la historia no quedara que otro DT fue echado por River. Pero así fue: perdió Borghi el superclásico y adiós. Por la tarde habrá una conferencia de prensa donde se oficializará el futuro inmediato. Ahora vuelve a asumir Tito Pompei, quien viene dirigiendo a la Reserva. Y quien ya tiene pensado mechar a muchos pibes (Araujo, Sánchez Miño, entre otros) después de lo que vio en los últimos partidos. Una ventaja para arrancar: cuenta con el apoyo de los jugadores. Para el futuro, ya se tiran nombres: Julio César Falcioni y Blas Armando Giunta.

martes, 16 de noviembre de 2010

En Reserva ya le ganamos 1 a 0


Sergio Araujo anotó el gol de la victoia e hizo el clásico topo gigio, al mejor estilo de Roman.
Ahora se viene el plato fuerte...

Un papelón...


Y la actitud? donde está...varios jugadores no pueden volver a ponerse la camiseta de Boca...

Llega la 12....


El sector de la barra de Mauro Martin hizo su aparición en el Monumental. La Doce con todo su poderío en el estadio... Di Zeo, que ayer reapareció públicamente, tiene prohibido el ingreso por su libertad condicional.

El banderazo en el hotel organizado por Rafael Di Zeo fue el puntapié inicial de la Doce en el Superclásico. Que hoy sigue con el desembarco de la plana mayor de la barra de Boca en la cancha de River. Fueron en varios micros y por ahora no hubo ningun tipo de incidentes.


Mauro Martin, el ahora jefe de la Doce, lideró su fracción en un colectivo embanderado que fue captado por las cámaras de Olé cuando llegaba al Monumental.

Mouche irá de titular en lugar de Viatri, a quien no le gustó nada pero igual va al banco...


La charla se produjo hace alrededor de una semana en Casa Amarilla. Allí, Borghi le preguntó a Mouche cómo se sentía. La respuesta que encontró en el número 7, llena de tranquilidad, hambre y optimismo, le abrió una posibilidad a futuro, en caso de abandonar el doble 9. Esa posibilidad llegó en este Súper: Viatri al banco y Mouche entre los 11.

La chance de Pablito comenzó a plantearse a partir de la lesión de Viatri en el sóleo de la pierna izquierda, pero a la vez se vio reforzada por la racha de un gol en siete partidos del otro 9 de Boca y por una duda táctica del Bichi. Estos motivos, con la falta de entrenamientos de Viatri en la semana a causa del problema muscular, son los que llevaron al técnico a inclinarse para cambiar el esquema de ataque.

La decisión final se la comunicó el DT a ambos ayer a la tarde. “Estoy muy contento de volver a jugar de arranque. Lo venía esperando... Me lo merezco”, dijo Mouche, en Rivadavia. Viatri, por su parte, le dijo a Borghi que no necesitaba explicaciones y que iba al banco, aunque la noticia no le gustó. Durante la tarde se habló de un supuesto desplante, desmentido desde el entorno de Viatri. Por la noche, Lucas se concentró con el plantel... Pero, ¿estará todo bien entre el player y el DT?

Palermo, que se retira el año que viene, hoy jugará su último superclásico en el Monumental: “Tengo lindos recuerdos”.


Hace 13 años, Martín Palermo debutaba en los superclásicos. Fue, como será el de esta tarde, en un Monumental repleto que fue testigo, sin saber en ese momento, del último partido oficial de Diego Armando Maradona. Ese Súper quedó grabado en la vida del Titán y no sólo por haber sido el primero... El Loco convirtió el 2-1, sí, el gol del triunfo, con un cabezazo ante Burgos, y empezó a entrar en el corazón del hincha. Hoy, 13 años después, con varios superclásicos en el lomo, el viejo goleador se prepara para disputar su último River-Boca en el Monumental. El 30 de junio del 2011 es la fecha de su retiro y el superclásico que falta se jugará en la Bombonera. ¿Se despedirá de Núñez tal cual su costumbre? “Lo quiero disfrutar. No todos los jugadores tienen el privilegio de disfrutar de este espectáculo desde adentro de la cancha. Tengo lindos recuerdos de los River-Boca”, relató el Loco a la página oficial del club.

Ya había avisado, y lo repitió, que un triunfo no tapa la mala campaña. “Estamos en deuda con la gente y si ganamos no vamos a sentir que cumplimos los objetivos ni nada parecido. Pero sí sabemos lo que significa el clásico para los hinchas y trataremos de darles una alegría”, explicó el delantero.

Aquel primer clásico fue, sin duda, el que más recuerda de los enfrentamientos disputados en el Monumental. “Fue el primer clásico que me tocó vivir y terminó siendo el último de Diego con la camiseta de Boca. Significó muchísimo para mí. Hacerle un gol a River te marca en la relación y en el nexo con el hincha. Creo que ahí fue el comienzo para poder meterme en la gente de Boca”, aseguró.

Sus números contra River le son favorables. Le convirtió 13 goles en 28 partidos, de los cuales tres festejos fueron como visitante. Justamente, su última vez en Núñez con la camiseta de Boca no pudo haber terminado de la mejor manera. River ganaba 1-0 con gol de Gallardo pero Palermo, sí, él de nuevo, lo empató ya sin la máscara que había usado en el primer tiempo por una lesión en su tabique nasal.

“Acá en Boca aprendí lo que es jugar un clásico. Este partido tiene una trascendencia a nivel mundial. No hay comparación. Y el hincha a veces rescata más lo que uno deja que el jugar bien. Yo, más allá de todos los goles, siento que siempre voy a estar en deuda por todo el cariño que recibí. Espero disfrutarlo mucho”, cerró el 9.

lunes, 15 de noviembre de 2010

Boca fue elegido como el mejor equipo de la década de Sudamérica por la IFFHS.


Desde el 2000 ganó 11 títulos internacionales y cinco en el ámbito local. ¿River? quedó en el tercer lugar, a pesar de que sólo llegó a un final de Copa en 2003.

Los goles de Palermo ante el Real Madrid en Japón, la victoria por penales ante el Milán y las manos salvadoras de Abbondazieri ante Pirlo y Costacurta, cuatro Libertadores (ante Palmeiras, Cruz Azul, Santos y Gremio en las finales), las dos victorias ante River por la Libertadores (2000 y 2004)…

Sobran los títulos y los momentos históricos para recordar. La última década fue la época dorada de Boca en el plano internacional. De sus 18 trofeos que posee en su vitrina, 11 fueron logrados en los últimos diez años (cuatro Libertadores, dos Intercontinentales, tres Recopas y dos Copas Sudamericanas). Es por eso que fue elegido por la IFFHS (Federación Internacional de Historia y Estadística del Fútbol) como el mejor equipo sudamericano de la primera década del siglo XXI con 2073 puntos.

El siguiente argentino en la lista, para sorpresa de todos, es River, que figura tercero cerrando el podio con 1666 unidades (segundo quedó el San Pablo de Brasil). Llama la atención ya que el club de Núñez no gana un título internacional desde 1997 y además perdio la Sudamericana 2003 ante el Cienciano de Perú en la final. Recién en el octavo y noveno puesto vuelven los argentinos. San Lorenzo, con los éxitos de Pellegrini, quedó octavo y el Pincha, ganador de la Libertadores en 2009, aparece en el noveno escalón. Cerrando el top ten está otro argentino: Vélez Sarsfield.

La perfomance de los equipos argentinos es para destacar, ya que de 200 clubes seleccionados de Sudamérica, 28 pertenecen a nuestro país es decir el 14% del total. La lista con los clubes argentinos es la siguiente: Boca (1°), River (3°), San Lorenzo (8°), Estudiantes (9°), Vélez (10°), Lanús (27°), Banfield (31°), Central (40°), Independiente (41°), Arsenal (43°), Racing (44°), Newell´s (45°), Gimnasia (48°), Colón (51°), Argentinos (66°), Huracán (107°), Olimpo (118°), Quilmes (128°), Talleres (130°), Chacarita (134°), Tigre (145°), Gimnasia de Jujuy (147°), Nueva Chicago (151°), Godoy Cruz (158°), San Martín de Tucumán (171°), Belgrano (175°), Unión (178°) y Instituto (187°).

Lucas, con una distensión, está en duda y si no llega 100% su lugar lo ocuparía Pablito


De arco a arco son los inconvenientes en Boca. Mientras algunos siguen discutiendo y escarbando sobre el tema Lucchetti-Borghi y la decisión de poner a García desde el arranque, en el otro polo de la cancha hay dudas: Lucas Viatri se está recuperando de una distensión y no hay certezas sobre su participación en el superclásico. En caso de que no responda bien en el entrenamiento, Mouche ocupará su lugar.

Una distensión en el sóleo de la pierna izquierda puso en duda a Viatri. El delantero no se entrenó con normalidad a lo largo de la semana y por eso el Bichi no lo confirmó entre los once titulares. Será exigido en el último entrenamiento previo al derby y ahí el DT decidirá. En caso de no poder contar con Lucas, Mouche es el candidato a reemplazarlo; de atrás corren el Pochi Chávez y Escudero, con menos chances.

Mouche fue la primera opción para Borghi cuando necesitó respuestas desde el banco y sólo una vez lo puso desde el arranque (en la tercera fecha, derrota 2-0 ante All Boys). Pablo entró en el complemento de otros siete partidos en el torneo, a saber: contra Racing, San Lorenzo, Colón, Estuddiantes, Lanús, Huaracán e Independiente. En sólo dos de ellos Boca terminó festejando (3-1 al Sabalero y 2-0 al Globo).

Hace unos meses sonó la versión de que lo quería River, pero Passarella lo desmintió. Mouche ya le hizo un gol al Millo en el verano 2009, por la Copa Revancha en Mendoza y Boca ganó 2-0. ¿Repetirá?

¿Borghi cambia esquema por las críticas surgidas en la CD? “No hubo presiones”, dijeron allegados al DT.



Es posible que, en un sondeo interno entre los dirigentes, alguno defienda y hasta avale el sistema con el que venía jugando este Boca de Borghi. Pero la gran mayoría está mucho más conforme con el dibujo que el Bichi ensayó para el superclásico, el 4-3-1-2 histórico. No se trata de un capricho ni del conservadurismo propio del que está acostumbrado a algo y no quiere cambiar (de lo contrario, no lo habrían contratado). Es simplemente la convicción de que, para desarrollar el 3-4-1-2 que predica el entrenador, faltan los elementos adecuados en el plantel.

¿Por qué cambió Borghi? “Yo cometo errores todo el tiempo y, si no los corrigiera, sería un idiota”, dijo el viernes Juan Carlos Crespi. El vice 2° también insinuó que en diciembre la CD iba a hacer una evaluación del trabajo del cuerpo técnico y avisó: “Si el técnico no cambia a favor de que el equipo juegue mejor, entonces cambiaremos al técnico”. Creer, sin embargo, que esto pudo haber influido en la determinación es no conocer a Borghi. “No recibieron ningún tipo de presiones de la dirigencia”, confirmó alguien muy cercano al cuerpo técnico. Y enseguida esbozó una explicación: “Borghi hace esto porque cree que en este momento es lo mejor para el equipo y, después de todo, tampoco es un cambio táctico tan profundo”. El técnico sabe que, aunque los jugadores hayan evitado la confrontación en la reunión post derrota con Argentinos, hay muchachos que se sienten incómodos con el esquema y que, con una ligera corrección, pueden rendir más. Es el caso de Méndez, quien podrá soltarse con un lateral a sus espaldas. Y también el de Giménez, quien podrá aportar más en ofensiva sin tantas obligaciones de retroceso. “Habrá momentos en que Giménez se cierre al lado de Battaglia para permitir la subida de Clemente y, en esos momentos, la línea de fondo quedará con tres hombres”, analizan desde dentro del plantel.

En cuanto a nombres, la incógnita de Borghi es el acompañante de Palermo. Viatri y Mouche pelean por el lugar, pero la duda es física y futbolística. Lucas viene con molestias, que no lo dejaron entrenarse bien. Mouche permitiría un cambio táctico: uno por afuera, otro por adentro. Entonces: García; Cellay, Caruzzo, Insaurralde, Clemente; Méndez, Battaglia, Giménez; Román; Palermo y Viatri o Mouche.

domingo, 14 de noviembre de 2010

Viatri y Mouche pelean por ser dupla del Titán. Lucas viene con molestias y Pablo encendido...


Luego de la bomba que significó la ausencia de Lucchetti en la lista de concentrados, la otra noticia del día en Boca estuvo vinculada a la dupla de ataque que plantará Borghi en el Monumental. Lucas Viatri y Pablo Mouche pelean por ser la compañía de Palermo. Bichi lo definirá a último momento, considerando cuestiones tácticas (la chance de probar con uno por afuera y otro por adentro) y físicas. Lucas arrastra una distensión en el sóleo de la pierna izquierda, que lo obligó a practicar de manera diferenciada durante toda la semana.

Sin embargo, el delantero ya avisó que quiere estar sí o sí y que si es necesario no tendría problemas en jugar con dolor, con tal de poder disfrutar in situ el segundo superclásico oficial de su carrera. Pero la última palabra, está claro, la tendrá Borghi...

Borghi sorprendió con un dibujo diferente al habitual: 4-3-1-2, con Clemente de lateral por izquierda. Los titulares ganaron 2-1.


El equipo está hecho para Riquelme; es bueno que le pasen los laterales, que tenga dos 5 que lo respalden y dos 9 como referencia”. La frase la dijo el propio Borghi en agosto. Casi tres meses antes del regreso de Román. Y, parece, un partido alcanzó para saber que ese sistema elegido para el enganche no es ni el que le gusta a él ni el que da resultados. Y, a pesar de haberlo defendido hasta el hartazgo, de haber asegurado que moriría con su idea y que si la modificaba perdería autoridad ante sus dirigidos, ayer sorprendió con un cambio drástico. Un equipo clásico, al viejo estilo de Boca, más allá de algunas ausencias obligadas por precaución: un 4-3-1-2, ya sin tres en el fondo, sin doble cinco, sin doble nueve. ¿Se viene un dibujo nuevo para el superclásico? Hubo varios cambios que fueron necesarios porque sus muchachos tienen nanas: Riquelme (ver página 19) y Viatri están aún recuperándose de sus dolencias, aunque Lucas también podría quedar afuera por motivos tácticos (ver aparte). Sin embargo, y más allá de las puertas cerradas a la prensa en la Bombonera, la elección de los reemplazantes fue, al menos, fuera del libreto habitual. En el medio, Méndez se paró por derecha, Battaglia fue el volante central y Giménez se movió por izquierda. Adelante, acompañando a Palermo estuvo Pablo Mouche. Y de enganche, Pochi Chávez. El arquero fue Lucchetti, aunque después Borghi soprendió y lo borró de la concentración (ver página 21).

Las modificaciones tácticas fueron notorias. Clemente se paró más cerca de Insaurralde que de la línea del medio y Giménez fue un claro volante por ese sector. Es cierto: de a ratos, el lateral se paraba unos pasos más arriba y el ex Tigre se cerraba cerca de Battaglia.

¿Cómo le fue? Los titulares, con goles de Palermo y Chávez, ganaron 2-1 (el de los suplentes lo hizo Gil Clarotti). Después de tantos 0-0 en las prácticas formales del equipo, esta victoria con un dibujo de otros tiempos al menos es una señal. Pero habrá que esperar para confirmar los 11 que visitarán a River.

Borghi habría discutido con Lucchetti y por eso decidió no concentrarlo. Javier García será el titular el martes.


Arqueros: J. García; M. Scapparoni.

¿Y Lucchetti? Afuera. Ni en la lista de concentrados. Y las razones parecen ser muchas y ninguna al mismo tiempo. Porque hasta antes de que anotaran la nómina de quienes estarán hoy en el hotel Emperador, nadie tenía indicios de semejante decisión. Sí, claro, del cambio de manos para el superclásico. Pero luego de confirmada la ausencia del ex Banfield entre los nombres del pizarrón, quedó claro que Javier García será el uno ante River y de que algo raro pasó desde la finalización del ensayo de ayer y la determinación de Borghi. Algunos hablan de una discusión entre ambos: por la decisión de que no ser el elegido para atajar en el Monumental y, además, por la ausencia de una banca pública del DT luego del error cometido en el 0-2 ante Argentinos. ¿Volverá a atajar en Boca? Varios vaticinan que, mientras el Bichi siga en el club, ya no habrá arco para el mendocino, cuyo préstamo vence en junio.

Nadie esperaba semejante sorpresa. El plantel se enteró de lo ocurrido una vez que chequeó la pizarra y encontraron el apellido Scapparoni (fue suplente ante San Lorenzo) en vez del de Christian. Lucchetti había sido el titular en la práctica que terminó 2-1 (ver página 20). Y, desde adentro, comentaron que se había realizado unos estudios en la rodilla por una molestia y que le habían dado ok. Así, entonces, cuando se lo vio a Borghi hablando con Javier García y Carlos San Martín, entrenador de arqueros, un rato antes del entrenamiento, daba la sensación de que nada iba a cambiar en el arco de Boca. Pero sí.

Sin embargo, a las 22, cuando el cuerpo técnico dio a conocer la lista de concentrados a través de la oficina de prensa de Boca, el nombre del arquero ya no figuraba. Y, de repente, los teléfonos que antes sonaban respondieron ya con un seco contestador...

García, entonces, que tiene un récord de dos victorias ante River sin goles en contra, será nuevamente el Uno de Boca. Puertas adentro, aseguran que lo será hasta el final del campeonato. Después, habrá que ver quién sigue...