sábado, 20 de noviembre de 2010

Tito probó con un 4-4-2 pero se definió por un 4-3-1-2 con Pochi de enlace: los titulares ganaron 2-1.


Es un equipo distinto. No tanto desde los nombres, ya que en definitiva el Bichi les había dado posibilidades a casi todos, pero sí desde el armado. Con respecto a la formación que perdió frente a River, Tito Pompei mete tres cambios. Vuelve a la titularidad Viatri por Mouche, Medel -recién regresado de Chile- reemplazará a Méndez y Pochi Chávez entra por Riquelme, como ya había hecho en el Monumental. Los dos primeros son tácticos, más allá de la lesión de Méndez, y el otro, obligado por la tendinitis de Riquelme.

Estos titulares les ganaron a los suplentes 2-1, con un primer tiempo malo en el que el equipo se paró 4-4-2, y una segunda parte en la que mejoró, con Chávez claramente de enganche. En el medio de los dos tiempos de 25 minutos, hubo una charla del técnico interino (10’) tratando de corregir los errores.

¿Qué se vio con respecto al funcionamiento? Un equipo más ordenado, al que no le llegaron tanto (el gol de los suplentes fue un tiro de media distancia de Colazo, mérito del autor más que defecto de la defensa) y que consiguió generar más juego cuando se paró decididamente 4-3-1-2. “Me gustó mucho más esa versión, con dos líneas de cuatro tuvimos algunos problemas”, reconoció Pompei en la conferencia. Tito pidió también “que los laterales no tengan miedo de ir a apretar” y que “uno de los dos 9 salga del área pero sin bajar tanto”. Esto último fue lo que hizo Viatri, y de allí nacieron los goles: centro para Palermo, que definió de palomita, y pase a Chávez.

La otra cuestión que marcó una diferencia es la vuelta hasta de los suplentes a sus puestos naturales. Ejemplo: Calvo y Monzón no fueron carrileros sino laterales. O sea: este Boca será interino pero se toman decisiones.
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