martes, 16 de noviembre de 2010
Palermo, que se retira el año que viene, hoy jugará su último superclásico en el Monumental: “Tengo lindos recuerdos”.
Hace 13 años, Martín Palermo debutaba en los superclásicos. Fue, como será el de esta tarde, en un Monumental repleto que fue testigo, sin saber en ese momento, del último partido oficial de Diego Armando Maradona. Ese Súper quedó grabado en la vida del Titán y no sólo por haber sido el primero... El Loco convirtió el 2-1, sí, el gol del triunfo, con un cabezazo ante Burgos, y empezó a entrar en el corazón del hincha. Hoy, 13 años después, con varios superclásicos en el lomo, el viejo goleador se prepara para disputar su último River-Boca en el Monumental. El 30 de junio del 2011 es la fecha de su retiro y el superclásico que falta se jugará en la Bombonera. ¿Se despedirá de Núñez tal cual su costumbre? “Lo quiero disfrutar. No todos los jugadores tienen el privilegio de disfrutar de este espectáculo desde adentro de la cancha. Tengo lindos recuerdos de los River-Boca”, relató el Loco a la página oficial del club.
Ya había avisado, y lo repitió, que un triunfo no tapa la mala campaña. “Estamos en deuda con la gente y si ganamos no vamos a sentir que cumplimos los objetivos ni nada parecido. Pero sí sabemos lo que significa el clásico para los hinchas y trataremos de darles una alegría”, explicó el delantero.
Aquel primer clásico fue, sin duda, el que más recuerda de los enfrentamientos disputados en el Monumental. “Fue el primer clásico que me tocó vivir y terminó siendo el último de Diego con la camiseta de Boca. Significó muchísimo para mí. Hacerle un gol a River te marca en la relación y en el nexo con el hincha. Creo que ahí fue el comienzo para poder meterme en la gente de Boca”, aseguró.
Sus números contra River le son favorables. Le convirtió 13 goles en 28 partidos, de los cuales tres festejos fueron como visitante. Justamente, su última vez en Núñez con la camiseta de Boca no pudo haber terminado de la mejor manera. River ganaba 1-0 con gol de Gallardo pero Palermo, sí, él de nuevo, lo empató ya sin la máscara que había usado en el primer tiempo por una lesión en su tabique nasal.
“Acá en Boca aprendí lo que es jugar un clásico. Este partido tiene una trascendencia a nivel mundial. No hay comparación. Y el hincha a veces rescata más lo que uno deja que el jugar bien. Yo, más allá de todos los goles, siento que siempre voy a estar en deuda por todo el cariño que recibí. Espero disfrutarlo mucho”, cerró el 9.
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