sábado, 6 de noviembre de 2010

Hoy a las 20.15 en la Bombonera Román vuelve a ponerse la 10 de Boca


Pocas veces sucede que un solo futbolista opaca al partido que lo tendrá como protagonista. Sin embargo, esto es lo que pasa con este Boca – Argentinos, el cual comenzará a las 20.30 horas y será dirigido por Alejandro Toia. Lo más trascendente de este cotejo es el regreso a las canchas de Juan Román Riquelme tras la operación que sufrió en su rodilla izquierda. Seis meses pasaron desde su última presentación con la camiseta de Boca. Desde el 9 de mayo hasta hoy, muchas fueron las cosas que sucedieron en la vida de Román y Boca, entre lo que se destacó el conflicto por la renovación de su contrato. Más allá de esto, lo cierto es que el “10″ volverá para darle fútbol y juego a un equipo que carece de esto y que está haciendo una floja campaña en este torneo.

En la previa, sólo se habla del regreso de Riquelme. Los hinchas esperan verlo nuevamente salir por el túnel último en la fila, como siempre. La “Bombonera” ya está latiendo de la ovación que recibirá el ídolo. Los flashes de los fotógrafos irán todos dirigidos a él. Las cámaras de televisión se detendrán con su imagen. Los diarios de mañana harán un análisis minucioso de su actuación. Todo esto es lo que genera la vuelta de Román con la camiseta que él mismo se encargó de decir que “tanto ama”.

Con el regreso de Riquelme (por Damián Escudero) como la principal novedad, el equipo de Claudio Borghi también tendrá otros dos regresos. Después del esguince de tobillo derecho que lo dejó fuera de las canchas por poco menos de dos meses, Cristian Cellay jugará en lugar del suspendido Juan Manuel Insaurralde (tiene cinco amarillas); mientras que tras tres fechas de suspensión por la expulsión ante Lanús, Clemente Rodríguez también volverá a ser titular en lugar del también suspendido Jesús Méndez (vio la roja ante Independiente). A su vez, el otro cambio será táctico: Cristian Erbes jugará en lugar de Cristian Chávez. Por lo tanto, el conjunto del Bichi formará con: Cristian Luchetti; Gary Medel, Matías Caruzzo, Cellay; Rodríguez, Erbes, Sebastián Battaglia, Matías Giménez; Riquelme; Lucas Viatri y Martín Palermo.

Argentinos, por su parte, intentará no ser el principal “invitado” a la fiesta de Riquelme. Para intentar conseguir esto, su entrenador Pedro Troglio hará dos cambios (ambos obligados por lesión): Germán Basualdo por Gustavo Oberman y Ciro Rius por Franco Niell. Con el ingreso de Basualdo, Troglio buscará que el mediocampista esté muy cerca y muy atento a lo que pueda hacer Riquelme. De esta manera, el equipo para jugar en la “Bombonera” será: Nicolás Navarro; Juan Sabia, Miguel Torrén, Santiago Gentiletti; Gonzalo Prósperi, Juan Mercier, Basualdo, Néstor Ortigoza, Sergio Escudero; Niell o Rius y Vargas.

La camiseta que proponia Olympikus para Boca


Desde hace varias semanas, un rumor crece en los pasillos de la Bombonera y las empresas de indumentaria deportiva: la posibilidad de que la brasileña Olympikus haga un millonario ofrecimiento al C. A. Boca Juniors para ser su nuevo sponsor técnico oficial, y así reemplazar a la estadounidense Nike.

El contrato entre la marca de la pipa y el club que preside Jorge Amor Ameal se termina el 31 de julio de 2011, y como nunca antes, las versiones que dicen que podría no renovarse siguen difundiéndose.

Incluso, algunos periodistas ya se animaron a publicar el monto de la supuesta oferta: Claudio Destéfano, en Despertate (TyC Sports) y Leo Morales (en Economía Deportiva) aseguraron que Olympikus estaría dispuesto a pagar U$S 6 millones por año. En la actualidad, Nike invierte en ese contrato U$S 4 millones cada 12 meses.

Marca de Gol consultó a allegados a Olympikus, y oficialmente descartaron las versiones, “porque hay un contrato firmado con otra empresa y eso se respeta“, aunque es lógico que se hagan declaraciones de este estilo cuando surgen rumores que retumban en los medios.

Por su parte, desde Nike Argentina, y también ante la consulta de este sitio, simplemente afirmaron que “no hacen comentarios acerca de rumores o trascendidos“.

La realidad es que, off the record, voces cercanas a la empresa que ya viste a Racing, Argentinos Jrs. y Lanús, admiten estar en conversaciones, sin nada definido, pero en conversaciones al fin. Sin embargo, desde el club dudan: más allá de que el incremento del monto en dólares es más que interesante, el flojo posicionamiento global de la marca brasileña le juega en contra.

La relación entre Nike y Boca nació allá por 1996, con la llegada del empresario Mauricio Macri a la presidencia xeneize. A partir de allí, ambas marcas transformaron esa asociación en una alianza estratégica que en 2011 cumplirá 15 años.

De darse una vinculación entre Olympikus y Boca, se repetiría una situación similar a la que ya sucedió en Brasil en 2008, cuando la firma brasileña logró reemplazar a Nike como sponsor técnico del Flamengo, el equipo más popular del país, que llevó la pipa durante casi 8 años en su pecho.

Boca acordó con Nike un contrato por U$s 34 millones. Olympikus se había estirado hasta 32,6.


El primer número asombró por sí solo, por lo encima que está de los ingresos por indumentaria de los demás clubes argentinos: Boca negocia con Nike un nuevo vínculo por cuatro años (2012-15) a cambio de u$s 30.000.000 más premios por objetivos. Después, el grupo Vulcabras/azaleia dio a conocer la oferta que presentaron por el mismo período para su marca Olympikus: 32.604.000 más los mismos incentivos por títulos. Y finalmente, ayer por la tarde en las oficinas de la Bombonera, el club renovó su contrato con Nike a cambio de 34.000.000, más dichos premios, 33.000 prendas de indumentaria y 6.000.000 de resarcimiento retroactivo por el anterior acuerdo.

La cifra propuesta por el aspirante, que en la Argentina distribuye la ropa y calzados Reebok desde el 2003 y como parte de un acuerdo con Adidas Group lo seguirá haciendo hasta el 2015, inicialmente era de 6.000.000 por año, pero luego la elevaron a ocho para superar los 7,5 de Nike. En Boca, sin embargo, aseguraron que no podían negociar con otra empresa mientras existiera un contrato vigente por lo que recién en agosto del año que viene iban a poder sentarse a charlar con Olympikus. Pero esa propuesta de 32,6 millones y la experiencia de Nike de haber perdido el Flamengo de Brasil en manos de esta misma empresa competidora, claramente fueron aprovechadas por Boca a la hora de negociar el nuevo vínculo con la marca que lo viste desde 1996 y apurar un cierre más beneficioso. Y así, el piso de 29,9 que se fijó en la Asamblea de Representantes del viernes pasado se estiró hasta 34, más la ropa, el retroactivo y los premios por título: 250.000 por torneo local, 350.000 por Libertadores y Sudamericana, 300.000 por Recopa y 1.500.000 por Mundial de Clubes.

A una semana de haber aprobado un balance favorable de u$s 1.000.000, Boca cerró con Nike y, exceptuando a Brasil, se convirtió en el mejor contrato de Sudámerica. Sólo falta que vuelvan los títulos...

viernes, 5 de noviembre de 2010

Ahora sí, se acabó la espera: mañana vuelve Riquelme a jugar en Boca tras casi seis meses.


Con la expectativa por las nubes, Olé repasa los otros cinco regresos más esperados del 10 a Boca. ¿Cómo jugó en esas oportunidades?

¿Quién le quita la ilusión al hincha de Boca? Vuelve su ídolo, vuelve el 10, vuelve aquel que maneja los hilos, todo eso y más representa el regreso de mañana de Juan Román Riquelme contra Argentinos. Fueron seis meses de ausencia; ¿podrá el enganche retornar en su nivel? Olé repasa esos partidos donde reapareció después de ausencias especiales. Y dan para soñar...


El primer regreso de Riquelme con tanta expectativa es en el Apertura 2000: en conflicto con los dirigentes, recién juega en la tercera fecha de ese torneo. Con apenas 22 años, Román ya tuvo su primer encontronazo afuera de la cancha y volvía a responder adentro de ella. Fue 3 a 3 con Gimnasia de La Plata, con un golazo de media distancia de, sí, del 10.

En el Apertura 2001, luego de una lesión, JR vuelve en la quinta fecha cuando Boca recibió a Chacarita. Tras cuatro partidos sin conocer la victoria, ingresó en el ST y fue 3 a 1 para el Xeneize. Una vuelta apurada, porque claro, el partido siguiente fue un superclásico: 1 a 1 en el Monumental.

El mayor pico de emotividad se dio el 7 de abril del 2002. Luego del secuestro y posterior liberación de su hermano y de no poder participar del encuentro contra Huracán, Riquelme ingresó a la Bombonera con una bandera especial: "Gracias a todos. Román". Victoria 3 a 0 de un Boca de irregular torneo a Unión de Santa Fe y, como frutilla del postre, go-la-zo del enganche.


Luego de un impasse de casi cinco años, Riquelme retorna a Boca en el 2007. Distanciado del Villareal y del técnico Manuel Pellegrini, su vuelta es en la segunda fecha del Clausura de ese año, el 17 de febrero del 2007 ante Rosario Central. En un partido chato, que finalizó 1 a 1, Román igual ilusionó a los hinchas: dos pases de cucharita que no terminaron en gol eran los avances de un semestre glorioso para el 10 y para Boca.

En el 2008, mismo rival y resultado. Tras su llegada ya por contrato a Boca y luego de haber jugado los amistosos del verano, la vuelta oficial es en Rosario, única de este recuento como visitante. También dejó su huella: pase de caño a Palacio para el gol del empate. Y si de regresos se trata, inevitable recordar aquel en la Selección. Colgado en el Villareal, Basile lo llamó para la primera fecha de las eliminatorias luego de su alejamiento, y Riquelme respondió con dos golazos de tiro libre.

Sabe de vueltas Riquelme: sus nueve títulos en Boca son prueba. Sabe de vueltas Riquelme: lo confirman todos sus regresos al equipo titular. Y sabe el hincha de Boca lo que significa este retorno. De la espera a la esperanza, sólo por un jugador.

Román hasta dio una mini charla técnica pero el equipo no mejoró: 0-0 contra un equipo de pibes y al 10 se lo vio fastidioso.



A lo mejor él vuelve y no cambia nada”. La frase de Lucas Viatri quedó resonando un largo rato, hace poco más de una semana, cuando empezaba la última cuenta regresiva, luego alterada por la muerte del ex presidente Kirchner. Y ayer, luego de la última práctica de fútbol formal antes del regreso del 10, las palabras del delantero tuvieron una vigencia absoluta. El equipo jugó tan mal como lo venía haciendo en casi todos los ensayos, empató 0-0 con un combinado de chicos. Y Román, más que contagiar al resto con su carácter de “diferente, como una mina con tres tetas” (al decir del Bichi), terminó contagiado por su equipo.

Lo de “su” equipo no es gratuito: después de una ronda previa al partido en la que Borghi dio una charlita de no más de cinco minutos explicando lo que quería, fue el turno de Riquelme. Primero agarró a Clemente para refrescarle los conceptos de tanto tiempo juntos. Después hizo lo mismo con Battaglia, señalándole puntualmente distintos sectores del campo. Por último, cruzó alguna palabra con Erbes y otra con Caruzzo. Y evidentemente, ni el técnico fuera de la cancha ni el de adentro supieron explicar bien lo que querían. O no los entendieron. O no les dio el cuero para satisfacer las requisitorias. El resultado fue ese empate chato en el que el equipo titular apenas creó una situación de riesgo. Fue una pelota que abrió Román para Viatri y un centro que Palermo cabeceó al travesaño. ¿Poquito? Nada. Era tan grande el fastidio de Riquelme que cuando terminó no se quedó, como habitualmente, mirando a los suplentes. Fue al vestuario a ponerse hielo y volvió al rato, con el mate.

¿Qué le faltó al equipo? Lo de siempre: funcionamiento. Hubo desacoples atrás, por el sector de Clemente y Cellay, y el alero no pasó tanto. Aun así, le alcanzó para ser el que mejor se entendió con el 10.

Se sabe: Román no es jugador de entrenamientos y quizá se esté cuidando. Pero tampoco para tanto. Y el malhumor lo delata. Si ni Riquelme lo arregla, Boca está hasta las... manos.

Por expectativas de éxito y gratitud hacia el club, el Bichi no se ve en la Roja en este momento.


Pero además, su conflictiva relación con el poder chileno lo bajaría de la candidatura.

Por más que ellos no lo reconozcan, existen varios puntos en común entre Marcelo Bielsa y Claudio Borghi. Ambos son argentinos que fueron exitosos en Chile (el Loco en la selección y el Bichi en Colo Colo) y muy queridos por la gente. En lo futbolístico, los dos son fundamentalistas con su esquema (el 3-3-1-3 de uno y el 3-4-1-2 del otro). Y hay una coincidencia más que los une y que es clave para entender el presente y el futuro inmediato de ellos: se llevan mal con el poder político chileno. Por un lado, la ideología de Bielsa, contraria a la del gobierno trasandino y al de las autoridades que ganaron ayer los comicios en la ANFP, lo llevó a renunciar a su cargo. Por el otro, las diferencias de Borghi, principalmente con el presidente del país, Sebastián Piñera, serían determinantes para que no lo elijan como sucesor del Loco. Hoy, salvo una catástrofe ante River, parecería haber Bichi en Boca para rato.

En la conferencia de ayer, sus declaraciones continuaron la línea de la nota realizada por Olé en su edición del jueves. “Yo soy el técnico de Boca y ojalá que por mucho tiempo”, remarcó. También aclaró que hasta ahora no recibió ningún llamado desde el otro lado de la Cordillera. Admitió que ni tiene pensado un proyecto para el seleccionado. Y hasta dio a entender que no se sentiría cómodo, en este momento, con la metodología de trabajo que impone dirigir una selección, lejos de los rutina diaria de un club. Por si fuera poco, opinó que su eventual desembarco en Chile sería un cambio de rumbo: “Yo que ellos me inclinaría por seguir en la misma línea”.

En su entorno lo ven difícil pese a que su nombre figura entre los candidatos. “Lo tienen que poner porque es querido por la gente, pero es sólo una pantalla”, se animó a aventurar alguien del círculo cercano de Borghi. Si bien en Chile podrían tomar una decisión demagógica y dejar de lado ciertas diferencias, no parece fácil que él sea el elegido si Piñera tiene incidencia sobre Segovia y la nueva dirigencia. El actual presidente del país compró (y aún mantiene) un 14% de las acciones de Colo Colo cuando el Bichi era el técnico. Y en esa época hubo cortocircuitos, incluso públicos, entre ambos. No fue casual que, cuando ocurrió el episodio de los mineros, el entrenador haya declarado: “Fue una buena gestión la de Piñera por más que yo no esté de acuerdo con su política”. Gente cercana al Bichi asegura, también, que el desplante que Bielsa le hizo a Piñera (lo saludó sin cortesía al volver del Mundial), abrió la puerta para esta salida.

Así las cosas, no es un hecho ni mucho menos que le ofrezcan el cargo a Borghi. ¿Qué pasaría si eso sucediera? “Si alguien viene a hablarme, lo voy a atender por buena educación. De ahí a que pase algo es difícil. Además, la nueva dirigencia asumiría recién a partir de enero”, explicó. ¿Especulará, entonces, con sus resultados de acá a fin de año? Borghi lo negó: “No voy a pensar que si gano dos partidos en Boca contestaría que no y si pierdo, que sí. Sería injusto. Me sentiría orgulloso si llegara a ser verdad que integro una terna, pero yo soy técnico de Boca y eso ya responde que no tengo pensado otra cosa por el momento”. De hecho, le reconoció a Olé que ya está pensando en refuerzos para el 2011. Y Fernando Felicevich, su representante, dijo que Borghi “es joven y tiene tiempo para dirigir una selección”.

Que no se aferre contundentemente a su cargo suena lógico. Primero, por la imprevisibilidad del fútbol argentino. Segundo, por su forma de ser. “Soy el técnico de Boca hasta que el tiempo, los resultados y los dirigentes lo digan”, enumeró. Desmenucemos: si es por el tiempo, su contrato vence el 30 de junio y su idea es cumplirlo. Si es por los resultados, sólo el superclásico podría condicionar su continuidad. Y si es por los dirigentes, la permanencia no está puesta en discusión. O sea que, al menos hoy, más que un llamado desde Chile, lo único que podría provocar su alejamiento (por propia decisión) sería una fea derrota en el Monumental.

jueves, 4 de noviembre de 2010

Los titulares,empatando sin goles cotra juveniles, mejor si se va a Chile?


Los titulares, con Riquelme incluido, no jugaron bien ante un combinado de juveniles y terminaron empatando sin goles. ¿Podrá el equipo de Borghi cambiar esta floja actuación ante Argentinos?

Con Riquelme desde el arranque, los titulares jugaron mal y no pasaron del 0 a 0 en la práctica ante un combinado de juveniles. ¿Se repetirá la historia el sábado ante Argentinos o Román frotará la lámpara para ayudar a su equipo a conseguir la victoria en la Bombonera?

En 43 minutos de fútbol, los 11 que paró Borghi estuvieron lejos del rendimiento que el técnico pretende conseguir. Así, terminaron aburriendo en un encuentro que apenas contó con una situación de gol a favor de los titulares. El flojo nivel en los ensayos ha sido una constante en este ciclo. Con el pobre rendimiento de la práctica, Riquelme, que no pudo enderezar el funcionamiento del equipo, se terminó retirando con fastidio. Seguramente, el sábado tratará de hacer lo posible para ayudar a Boca a cambiar la imagen y, así, festejar con una victoria su regreso a las canchas.

De no mediar imprevistos y a pesar del opaco saldo de este entrenamiento, los 11 que arrancarían ante el Bicho serían: Cristian Lucchetti; Christian Cellay, Matías Caruzzo, Gary Medel; Clemente Rodríguez, Sebastián Battaglia, Cristian Erbes, Matías Giménez; Juan Román Riquelme; Lucas Viatri y Martín Palermo.

Vamos con la estatua


Ya está la plata y la estatua de Román ya empezará a construirse. El enganche lo calificó como algo "muy fuerte".

La estatua de Riquelme, el homenaje que un grupo de fanáticos pensó para el 10, ya está en marcha.

La semana pasada y debido a esa publicación, los hinchas lograron reunir el dinero que les faltaba para el comienzo de la obra. Y ayer, Román volvió a mostrarse sorprendido: “La semana pasada vino un muchacho al que se le ocurrió esa idea. Me preguntó qué me parecía y le dije que estaba loco. Va a ser un momento muy fuerte”.

Cellayrecibió un golpe en la práctica justo en el tobillo derecho que le impidió jugar las últimas siete fechas. Igual, el sábado no se va a perder...


Sentí una molestia. Me dolió, sí, pero el sábado voy a estar para jugar”. Las palabras de Christian Cellay, tras el entrenamiento, derrocharon tranquilidad. Justamente todo lo contrario a lo que se vivió en plena práctica. En uno de los picados en espacios reducidos, Gastón Sauro lo pisó, sin querer, en el tobillo derecho. Sí, justo en ese tobillo en el que el defensor sufrió un esguince que pareció interminable y por el cual estuvo afuera en los últimos siete partidos. El grito de dolor se sintió desde la tribuna de Casa Amarilla y su estado, inmóvil en el piso, generó preocupación. Rápidamente fue asistido por el doctor Ortega Gallo, quien le aplicó el spray analgésico. Con dificultad, el defensor se levantó y siguió jugando, aun con ciertas molestias.

Algo similar le había ocurrido en la práctica de fútbol del sábado pasado, cuando fue al piso y chocó su tobillo con la pierna de un rival. De susto en susto parece andar Cellay, que no juega desde la quinta fecha ante San Lorenzo, el pasado 5 de septiembre. El esguince con desplazamiento de la membrana interósea que une tibia y peroné lo dejó out desde entonces. El sábado, de no surgir ningún inconveniente, retornará al equipo. Los 11 serían: Lucchetti; Cellay, Caruzzo, Medel; Clemente, Battaglia, Erbes, Giménez; Riquelme; Viatri y Palermo.

miércoles, 3 de noviembre de 2010

Riquelme aseguró que desde la tribuna se ve distinto, pero cuando volvió a tocar la pelota eso cambió


“Hago las cosas peor que mis compañeros”. Además, dijo que “la lesión y ver el Mundial de afuera” fue el peor momento de su carrera.

Muchos esperan por él, que el 10 vuelva a ser el dueño del equipo, al cabeza y el referente con la pelota al pie. Riquelme, enganche y amante del buen fútbol, volverá a salir a la cancha y afirmó que desde afuera se ve distinto. “Desde la tribuna se ven las cosas simples, fáciles”, dijo Juan Román, pero aclaró que eso cambia cuando tiene la pelota al pie: “Me tocó entrenar y hago las cosas peor que mis compañeros”. Entonces, ¿en qué quedamos? La humildad de JR no esconde su calidad y por eso se vislumbra a un Boca distinto.

En la conferencia, Riquelme no escondió su ilusión por la vuelta y las ganas de darle un triunfo a la gente de Boca. También se escuchó más de una vez sus ganas de volver a ponerse la 10 y salir a la cancha: “El sábado va a ser especial, queremos que el hincha se vaya contento a la casa. Quiero ayudar a mi equipo. Extraño jugar a la pelota, es lo que me pone bien. Cuando no juego, me aburro”.

Su lesión en la rodilla, con operación incluida, lo alejó mucho tiempo de la cancha y el enganche no escondió su sentimiento. “Se hizo largo, es la primera vez que me toca estar tanto tiempo afuera y se extraña, por eso el sábado lo voy a disfrutar. Falta cada vez menos y a uno le agarra cagazo (sic) en el buen sentido. El sábado lo voy a sentir otra vez”, declaró. Pero hubo otra declaración más fuerte: "La lesión y mirar el Mundial por tele fueron los momentos más duros de mi carrera".

Román se mostró preocupado por el nivel del equipo (“Nos está llevando más tiempo del que pensábamos. Ya es hora de que aparezca”) y expresó que a Argentinos siempre le va a estar agradecido, pero el sábado quiere ganar. Es casi una fija que Borghi pondrá doble cinco, con Erbes y Battaglia, por detrás de Román, pero eso al enganche no le preocupa: “Nos conocemos todos, no creo que cambie mucho. Tuvimos suerte de ganar con el mismo sistema, ahora lo hacemos de otra manera y lo tomamos como un desafío”.

Luego de mostrar su apoyo con Batista, dijo que el clásico “es lo más grande que hay”, pero ya habrá tiempo de pensar en eso. Por otro lado, Román se quejó de que cuando se juega mal el primer cuestionado es el enganche. “Hacemos la pregunta si se debe jugar con enganche o no. No nos preguntamos si le pasan bien la pelota o los compañeros pasan”, dijo, y hubo flores para colegas del puesto: “Cañete, Chávez y Escudero no jugaron mal. Y da gusto ver jugar al 10 de Racing, a Ortega, a Buonanotte...”.

Borghi piensa más en el doble cinco con Erbes y Battaglia para que Román tenga otro respaldo en su vuelta. Así, Chávez iría al banco.


La única duda de Bichi era Pichi o Pochi. Y parece que juega Pichi...

A tres días del partido frente a Argentinos, Borghi ya tiene prácticamente definido el equipo. El interrogante giraba en torno al acompañante de Battaglia ya que el técnico no quiere que esté tan solo en el medio, como sucedió frente a Independiente. Incluso Seba, en ese partido, se vio desbordado. Por eso se inclinaría por Cristian Erbes en busca de darle más equilibrio al equipo y, fundamentalmente, cubrirle las espaldas a un Riquelme que no estará al 100% en lo físico. Por todo, no habría doble enganche: Chávez, esta vez, se sentaría en el banco.

El técnico considera que Erbes realiza un trabajo silencioso y muy importante para el funcionamiento del equipo. Retrocede, se pega cerca de los centrales, cubre huecos vacíos y ayuda a Battaglia en la contención. Así, Román lograría más aire para crear y gozaría de apoyo logístico en el día de su regreso. A sabiendas de que no llegará con el ritmo ideal de competencia, el objetivo es rodearlo de la mejor manera y que haya piernas aptas en el medio para conseguir que el equipo no quede descompensado y que los tres de arriba se puedan dedicar únicamente a la ofensiva. El técnico confía en que el doble cinco ayudará más a JR que el doble enganche.

Bichi también cree que Erbes puede ser la rueda de auxilio y el hombre que permita retornar al 3-4-1-2. El 3-3-2-2 plantado ante el Rojo no cumplió con lo previsto: Chávez y Escudero, los enlaces, no retrocedieron y a Battaglia se lo notó desamparado, pidiendo ayuda especialmente a los carrileros. Con Erbes habrá más equilibrio y con Román, más juego. Acaso dos de las cuestiones que a este Boca más le ha costado encontrar.

Entonces, la vuelta de Riquelme será oficial luego de casi seis meses (su último partido fue el 9/5 ante Huracán). Ayer realizó ejercicios de definición, participó del fútbol en espacios reducidos y terminó charlando con sus amigos Viatri, García y Giménez. Está muy bien.

Hoy Román formará parte de la práctica de fútbol (será su quinto ensayo formal en este período de recuperación) y seguramente tenga con la misma pechera a Erbes. El y Battaglia serían sus guardaespaldas en el día de su regreso.

Los últimos partidos que se jugaron de noche o en días de semana le fueron más favorables.


No existen muchos antecedentes de superclásicos que se jugaron en horario nocturno en el último tiempo. Si se confirma que este River-Boca irá el martes a las 19, será el quinto Súper que se dispute de noche en los últimos diez años. Y ahí, el que saca ventaja es Boca. En ese lapso hubo cuatro superclásicos, todos por Copa, con dos triunfos para cada uno. Sin embargo, los números no reflejan la importancia de esos enfrentamientos. Los dos partidos que ganaron los de Núñez no sirvieron porque el que pasó de ronda, en ambas ocasiones, fue Boca.

En el 2000, por la Libertadores, chocaron en los cuartos de final. En la ida, jugado en el Monumental, ganó River 2-1. En la vuelta, en la Bombonera, Boca venció 3-0, la noche del muletazo de Palermo y el caño de espaldas de Riquelme a Yepes.

Cuatro años después volvieron a cruzarse pero en las semifinales. Ahí, por razones de seguridad, no hubo hinchas visitantes. En la ida, en cancha de Boca, ganó el local, la noche del arañazo de Gallardo a Abbondanzieri. En la vuelta triunfó River y fueron a penales. Ahí, Boca enmudeció el Monumental.

Hubo otros superclásicos en horario nocturno a lo largo de la historia. Algunos de los más recordados también fueron favorables a Boca. Como la final del 76, que ganó con gol de Suñé en la cancha de Racing. O el del 81, la noche en que Maradona dejó poren el piso a Fillol y Cía.

Si se toman en cuenta, en lo que va del siglo XXI, los superclásicos que se jugaron un día de semana, además de los cuatro mencionados por la Copa, hay que citar el del Clausura. Por la lluvia, el Súper que había empezado un domingo terminó un jueves con victoria de Boca por 2-0 con goles de Medel.
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martes, 2 de noviembre de 2010

Julio Grondona le dijo a Olé que el superclásico, de ser entresemana, debería ir por la noche.


Como ocurre con todas las cosas que pasan en el fútbol argentino, nada se puede hacer sin su bendición. O sin su visto bueno. Y es por eso que otra vez Julio Grondona estará en el centro de la escena tratando de conciliar las posiciones encontradas de River y Bcoa, que todavía no se pueden poner de acuerdo cono el día y el horario del superclásico. Existe una remota chance de que el recital de los Jonas Brothers no se realice el sábado porque hay uno de los integrantes del grupo que no puede viajar. En ese caso, no habría conflicto. “Vamos a ver si están confirmados los recitales primeramente, hay que esperar, veremos qué pasa”, le dijo Julio Grondona a Olé.

Para el Jefe, jugar el martes no sería un impedimento, pero va a tratar de hacer todo lo posible intercediendo ante los órganos de Seguridad para tratar de que se flexibilicen las posiciones y se pueda jugar en un horario más acorde a las necesidades de los hinchas, que seguramente tendrán más inconvenientes para ir si se hace en horario laboral. “A nosotros nadie nos pidió el domingo todavía. Ayer estuve en AFA, después me vine y ahora voy a la reunión a escuchar”, le explicó Grondona a Olé.

Pero dejó bien en claro que no está muy de acuerdo con que el superclásico se juegue a la tarde. “Lo que pasa es que cuando hay dos pasiones encontradas es muy difícil que todos estén conformes. Tendría que entrar el órgano de control que corresponda para contemplar todas las situaciones porque no hay derecho a que se juegue un clásico a las cuatro de la tarde. ¿Por qué no se puede jugar a las siete o a las ocho? Aparte es un espectáculo lindo para verlo y escucharlo, que se hace dos veces al año. ¿Por qué no se va a poner en un horario diferente? ¿Si es local no se puede y si es de la Confederación, sí?, tendríamos que ponernos de acuerdo”, aclaró Grondona fijando su posición. El superclásico iría a las 19, el martes.


También habló sobre la designación de Sergio Batista y su visto bueno para que fuera el sucesor de Maradona al frente de la Selección. Fue cauto y no quiso ahondar en el tema porque sabe que hablando ahora dejaría sin ningún efecto la reunión de esta tarde. “A esta altura del partido no estoy contento ni triste la vida es así. Hay que ver si tenemos suerte de pasar los Octavos y los Cuartos”, concluyó el Jefe.

Román participó del fútbol reducido y después probó desde afuera del área. Con derecha, con zurda, la magia sigue intacta.


Riquelme volverá a ser el conductor de Boca. Además, Chávez se entrenó sin problemas y Medel está con el tendón cargado.

El 10 está de diez, y demostrando que su talento no sufrió consecuencias del obligado parate. Juan Román Riquelme volvió a moverse sin inconvenientes en el fútbol reducido y, además, se animó a probar a Lucchetti desde afuera del área. El enganche está listo para volver y para hacerse cargo de una de sus especialidades, la pelota parada.

JR llevó su recuperación de a poco, paso a paso, sin apurar los tiempos ni arriesgar la rodilla. El cuerpo médico fue cauto, Borghi apoyó esa mesura y Román no se quejó. Aceptó las normas a seguir y los resultados están a la vista. El 10 volverá contra All Boys y Boca tendrá a su conductor justo un partido antes del superclásico.

El Bichi dispuso un fútbol reducido y luego ensayos de definición con pelota parada desde afuera del área. Riquelme, amante de ese tipo de jugadas, demostró su calidad, le dio de derecha, de zurda, y ya no hay dudas: prepara, apunta y dispara. Por otro lado, el Pochi Chávez dejó atrás una contractura y pelea un lugar con el Pichi Escudero. Gary Medel terminó con un tendón cargado, pero llegará sin problemas al sábado.

El Loco estuvo ayer cerca de Mardel en el estreno del primer corto de su vida: "El Optimista".


Juntó a miles, firmó, se sacó fotos, dio una mano y habló de River y del regreso de Román...

Muchas veces Martín Palermo no alcanza a entender la dimensión de lo que provoca su figura. Por eso, jamás imaginó que Coronel Vidal, un pueblo que pertenece al partido de Mar Chiquita, a unos 60 kilómetros de Mar del Plata, sería capaz de rendirle honores como lo hizo ayer. Apenas llegó, cerca de las cinco y media de la tarde, el ídolo de Boca se sorprendió por esas 3.500 personas que le dieron la bienvenida, la mayoría chicos ligados al deporte que no podían creer tenerlo tan cerca. En ese lugar lo esperaba el estreno de “El Optimista”, el primer cortometraje sobre su vida. Pero lo impactó tanto cariño. “Me es más difícil enfrentar a tantos chicos que salir a una cancha. Estoy emocionado y nervioso como no me pone ningún grande”, fueron sus primeras palabras.

El cortometraje fue el complemento para un acto en el que el intendente de Mar Chiquita, Jorge Paredi, inauguró un polideportivo. Palermo fue el invitado de lujo, aunque lo hizo también en estatura de ejemplo, de la importancia del deporte en el crecimiento de los chicos. En un escenario especialmente montado en el parquet reluciente, Martín habló de eso, de sus comienzos, contó su “pequeño don” de haber elegido ser futbolista y goleador. Luego, se entregó a los medios, la mayoría locales. Y ahí sí volvió a ser grande.

Sobre todo, a la hora de hablar del regreso de Riquelme, dejando atrás viejas disputas internas. Priorizando, hoy, la necesidades de un equipo. “Sin dudas que su vuelta es importante, también lo será para él, porque yo sé de qué se trata estar tanto tiempo afuera. Román va a ser muy útil para el equipo y súper necesario. Siempre nos entendimos a la perfección”, dijo. No aclaró y no hizo falta: hablaba del vínculo que los unió dentro de la cancha, donde siempre corrieron sus diferencias. Sólo las expusieron el día que Martín alcanzó el récord de Cherro como máximo goleador de Boca en todas sus eras, pero sólo en el festejo. En lo que al fútbol se refiere, JR le dio la asistencia que terminó en ese momento histórico.

Después, Palermo también hizo referencia al presente de Boca, ante una multitud que lo escuchaba paralizada por una presencia inimaginable más allá de la TV. “Sabemos que estamos lejos del objetivo y esperemos que estas fechas nos sirvan para armar un equipo para el torneo que se viene”, sostuvo. A partir de ahí, como parte de este tributo, las preguntas fueron más personalizadas. Y hasta referidas a su inminente retiro. El Loco volvió a confirmar que será en junio, aunque se quede con las ganas de no poder jugar otra Libertadores. “Va a ser doloroso, porque volver a disputar la Copa era uno de mis objetivos. Pero yo ya vengo preparándome con la psicóloga del club para dejar el fútbol, porque es un momento duro: un domingo jugás y al otro día te levantás siendo ya un ex jugador”, les dijo a todos, a punto de cumplir 37 años (el domingo 7).

Acompañado en el acto por el presidente Jorge Ameal y por el directivo Marcelo London, Palermo observó en silencio un homenaje a la muerte de Néstor Kirchner y luego se entregó a los afectos de la gente, que le regaló todos tipos de recuerdos de un paso que nunca olvidarán. Recién después, se sentó para observar una parte del cortometraje de su vida, que consistió más que nada en testimonios de la gente de Mar Chiquita sobre su carrera, de imágenes de sus goles y de una entrevista grabada que él dio como parte de lo proyectado en una pantalla gigante.

Casi no pudo terminar de verlo que tuvo que despedirse. Aplaudido por esos chicos que habían cumplido el sueño de ver al goleador en cuerpo y alma, lo esperaba un móvil de La Ultima Palabra, en Coronel Pirán, a unos 30 kilómetros. Ahí volvió a hablar de su preocupación por el funcionamiento de Boca y del cosquilleo que le provoca jugar uno de sus últimos Súper. “Ahí en el Monumental hice mi primer gol en un clásico. Y lo voy a vivir de la misma manera que aquella vez”, contó por Fox Sports. Otro día especial había terminado.

lunes, 1 de noviembre de 2010

Pochi Chávez, que venía jugando de enganche y en buen nivel, se recuperó de una contractura y se entrenó con todo el grupo.


Pero contra Argentinos vuelve Riquelme. ¿Dónde lo ubicará el Bichi?

Pasado el duelo por la muerte del ex presidente Néstor Kirchner, con las puertas de La Boca otra vez abiertas de par en par, Boca arrancó la semana con una práctica con ejercicios físicos y gimnasio que Riquelme aprovechó para seguir sumando kilómetros a su puesta a punto para su regreso oficial después de seis meses, contra Argentinos, y Claudio Borghi aprovechó para sumar otro soldado al grupo: Cristian Chávez, quien arrastraba una contractura en el isquiotibial izquierdo, y pudo entrenarse con normalidad.

Con un ojo puesto en Argentinos, el fin de semana, y el otro en el superclásico que se viene la otra semana, cuando los dirigentes se pongan de acuerdo, el Bichi ahora tiene que definir dónde ubicará al Pochi, quien el último partido lo jugó como doble enganche con Escudero y venía rindiendo en un buen nivel. Pero, ante la vuelta de Román, el técnico elegiría volver al 3-4-1-2 con el 10 como único enganche y con Erbes y Battaglia como un doble 5 con más contención. Por los costados, Clemente por la derecha y Matías Giménez por la izquierda se perfilan como fija. Pero tal por allí le abra una puerta al Pochi. Por lo pronto, esta duda empezará a quedar despejada con la práctica de fútbol que Borghi tiene prevista para el jueves.

Reportaje al Melli...


El Melli dice que está preparado para el final de su carrera como jugador y, desde los Estados Unidos, hace el balance con Olé. "El del sábado puede ser mi último partido".

Si es el sábado, ¿estás preparado?

- Sí, por una cuestión de edad, por todo lo que ya viví. El del sábado puede ser mi último partido, es así. Esta semana tengo una reunión con el presidente del Columbus, el mismo que me fue a buscar a mi casa. Y después de eso, y de cómo termine el torneo, lo decidiré. Pero en el día a día cada vez voy teniendo menos ganas de seguir.

-¿Ya lo sentís?

- Es lógico a los 37 años. El día a día desgasta y pasás a necesitar el apoyo del club, de tus compañeros y también de un gran entendimiento con el técnico para seguir más allá. Desde lo físico todo cuesta más. Por eso entiendo que el momento de dejar está cerca. Veremos también qué pasa en la reunión y el sábado en la serie contra Colorado (0-1 en la ida).

-¿Te quedaste más de lo que pensabas en Estados Unidos?

- Sí. Vine para jugar un año y retirarme. Y ya voy cuatro.

-¿Y qué provocó eso?

- Que me sentí cómodo enseguida, que jugué mucho, lo que más necesitaba, y que lo deportivo fue siendo un estímulo también. Logramos un título, el año pasado ganamos la temporada regular aunque fuimos eliminados rápido en los play off y ahora perdimos el primer partido, pero el sábado tenemos la revancha de local y confiamos en llegar otra vez a la final.

-Y a lo deportivo se sumó lo social.

- Es cierto. Con mi familia nos sentimos muy cómodos acá. Vivís tranquilo, seguro, no te falta nada. Mi hijo mayor, Máximo, tiene seis años, sale de casa y espera el transporte escolar en la esquina. No hay miedos. Y tampoco existen presiones. Ni en lo profesional ni en la vida diaria.

-¿Y cómo manejaste bajar a cero las presiones que impone Boca?

- Porque más allá de lo que establezca el medio en el que jugás, la presión más alta es la que se impone uno. Y en este contexto, la fui sosteniendo a mi manera. La diferencia, acá, es que cuando no podés ganar y perdés, no tenés que soportar la presión extra del periodismo o de los hinchas.

-¿En qué aspecto hiciste la diferencia jugando en aquella liga?

- En ir para adelante, que creo que es el mayor poder del jugador argentino y brasileño. En esa actitud, en lo cerebral. Al comienzo no me entendían algunos pases que yo daba, mis compañeros eran más bien tácticos, porque es el aprendizaje que traen de las universidades. Pero enseguida nos fuimos conociendo.

-Así como estás hoy, ¿podrías jugar en el fútbol argentino?

- No lo sé.

-¿Qué pensás?

- Tendría que entrenarme y ver. Porque más allá de las condiciones innatas, tiene que haber un acompañamiento físico, sobre todo para dar respuestas al ritmo del fútbol argentino. A pesar de que se lo desprecia, es una liga que está entre las cuatro o cinco mejores.

-¿Fuiste más de lo que soñaste ser?

- Nunca analicé cuánto fui o cuánto dejé de ser. Traté de vivir cada momento de mi carrera con la responsabilidad de dar lo mejor. Lo evaluaré más adelante.

-¿Y ganaste más de lo que creías?

- Sí. Cuando llegué a Boca sólo pensaba en ganar un torneo local, que era algo por lo que el club estaba desesperado. Nadie esperaba lo que llegaría después a nivel internacional. Luego sí, cuando nos dimos cuenta el potencial de equipo que teníamos.

-¿Boca fue el Mundial que no jugaste?

- Boca colmó todas mis expectativas como jugador. Y no sólo una vez: tres o cuatro veces. Boca fue todo para mí, pero me hubiera gustado jugar un Mundial.

-¿Te quedó pendiente?

- Seguro. Aunque reconozco que en su momento también había delanteros de un gran nivel, como Ortega, Caniggia, Batistuta, Crespo, el Piojo, mismo Palermo, Balbo... Eso y ganar un título con Gimnasia fueron los sueños no cumplidos.

-¿Y Europa?

- En este aspecto, fue una decisión mía. Yo reconozco que para algunos triunfar en Europa puede tener más valor que diez años en Boca. Pero yo sé que si me hubiese puesto duro, habría jugado allá. Aunque no hubiese ido inicialmente a equipos que me habrían gustado.

-Siempre se te valoró que priorizaste lo deportivo sobre todo.

- A mí me marcó una frase de Griguol, cuando el Mallorca ya había decidido llevarme. Hablé con Delmar, el presidente de Gimnasia, y me dijo: “Decidí vos”. Hablé con el Viejo y me dijo: “Vos no te tenés que ir al Mallorca, tenés que ir al Bayern Munich”. Me hizo ver una situación que siempre tuve presente. Luego me pude ir al Napoli, a la Real Sociedad, pero en ese momento estaba más cómodo en Boca.

-¿Qué club hubieras elegido para jugar?

- Milan, Barcelona, Real Madrid... Ojo, no sé si hubiese triunfado ahí, pero pienso que me habría ido bien.

-En este repaso, hablaste de tus dos clubes en Argentina. Por partes, ¿cómo vivís lo que le pasa a Gimnasia?

- Es una situación muy incómoda. Lo sufro. Pero la cosa está cada vez peor y para muchos pareciera que el responsable soy yo, que hace 13 años que me fui. Nunca escondí lo que pensé: los últimos diez años fueron nefastos. A Gimnasia le fundieron el alma.

-¿Cómo ves el tema electoral? En una lista está el Beto Márcico como manager.

- Cualquier cosa que diga de ese tema puede condicionar para bien o para mal. La realidad es que los dirigentes que pasaron nunca asumieron la responsabilidad del daño que le hicieron al club. Y que es de por vida. Insisto: pareciera que la culpa la tienen los ex jugadores. Yo hace seis años que no puedo ir a ver a Gimnasia al Bosque. La última vez fue en el 2004.

-¿Vas a volver algún día, ya en otra función?

- Claro, cómo no voy a volver. Si hay alguien que jamás le hizo un mal a Gimnasia fui yo.

-¿Y Boca?

- Necesita un respiro. En algún momento tenía que vivir esto. No hay equipo que se mantenga diez años ganando todo. Nosotros lo hicimos. Pero no fue normal. Hay que saber transitar esto con tranquilidad y manteniendo al técnico. Borghi tiene que seguir hasta el 30 de junio. Ni siquiera los primeros partidos del torneo que vienen tendrían que ser un detonante.

-No parece fácil eso. El propio Borghi abrió la puerta para irse.

- Pero tendría que salir de los directivos. Y me parece que también tuvo que ver cómo preguntó el periodismo. Ante la dualidad, antes que la consulta del por qué está el hasta cuándo.

-¿Boca se reforzó bien para vos?

- Tiene buenos jugadores. Después está en el técnico agruparlos bien. Y en los jugadores tener la inteligencia para adaptarse a lo que pretende el DT.

-Mucho se habló del sistema de tres atrás.

- Sí, y no puedo creerlo. Seamos varones, con cuatro o con tres es lo mismo. Hablemos de fútbol. ¿Cuántas campeonatos Boca jugó con cuatro y no fue campeón? -¿Pero puede pasar que el jugador no se sienta cómodo con un esquema de juego? - Yo creo que el jugador se debería adaptar rápidamente a un esquema. Más allá de cumplir con una características, tiene que ser inteligente. A nosotros nos pasó de jugar con tres delanteros, como Tevez, Delgado y yo, o con dos con Palermo en el área. Para defender es lo mismo. Sobre todo cuando Boca inició el ciclo jugando así, no es que cambió a mitad del torneo.

-¿Cómo ves a River?

- Hay que entender que no está peleando por el descenso por culpa de Cappa sino por los torneos anteriores. A pesar de que hace seis partidos que no gana, mereció más. Pero a medida que vaya pasando el tiempo y no consiga escaparse de los de abajo, le va a costar, porque la presión va a ser otra. Y así como para ganar campeonatos se necesita de jugadores especiales para luchar por salir de esa zona también.

-¿Qué partido imaginás que será el clásico?

- Se puede dar un partido abierto, porque se trata de dos equipos que van a salir a atacar y de dos técnicos que imponen una idea ofensiva. Con la vuelta de Riquelme, Boca va a tener un refuerzo importante.

-¿En qué momento vas a ser el DT de Boca? -

Hoy no lo sé. Me gustaría serlo en el futuro, pero uno no puede determinar cuándo si son decisiones de otros.

-Pero habiendo estado tan cerca varias veces, la certeza debe estar.

- Pero yo no puedo salir a decir algo para inclinar a que alguien me elija. Son decisiones de otros. En su momento Ameal me consideró. También Macri y Pompilio. Pero en esos casos yo tenía la cabeza más como jugador que como técnico.

-Del técnico que se viene al que se fue de la Selección. ¿Cómo evaluás el papel de Maradona en el Mundial?

- Bien, me gustó la energía que le transmitió al equipo. Hacía mucho que no había una Selección tan unida a la gente. Y en lo deportivo, ganó bien los partidos que tenía que ganar y al final perdió contra una potencia. Ahí tenés un resultado 50% a favor y 50% en contra. Lo que pasa es que a veces la gente piensa que Argentina tiene que salir campeón por ser Argentina. Y no es así.

-¿A Diego se lo criticó más de lo debido?

- Sí, lo criticaron por haber quedado eliminado y por ser Maradona. Fue más una crítica hacia él que hacia la Selección. En un momento parecía que no había pasado primera ronda. Y quedó eliminado contra Alemania, una potencia, no contra Suecia. O contra un rival inferior.

-Lo que pasa es que la salida de Sudáfrica fue muy contundente.

- En un Mundial te pueden ganar 4 a 0 ó 1 a 0 que es lo mismo. No duele más si te quedás afuera igual. Si estás jugando un torneo y perdés todo los partidos 4 a 0 es otra cosa. El primer tiempo fue parejo, después sí Alemania en los últimos minutos lo mató.

-¿Te hubiese gustado que siguiera?

- Sí, por lo menos hasta la Copa América debió seguir Diego para después sí analizar su ciclo de cara al comienzo de las Eliminatorias. Y si no era él, el hombre era Bianchi. Maradona, porque había acumulado un Mundial de experiencia y porque volvió a unir a la gente con la Selección. Y Bianchi, porque lo ganó todo de ida y de vuelta.

Riquelme opinó que el Súper no debe jugarse entresemana


"Me vino bastante bien la suspensión, esperemos prepararnos bien para el sábado. Va a ser un partido dificil. La idea era jugar este domingo, se suspendió y me vino bien. Ahora estoy tranquilo, con muchas ganas de que llegue el sábado. Ojalá hagamos un buen partido, Argentinos será un rival muy duro que a mi entender va a venir a defenderse. Esperemos estar preparados para encontrarle la vuelta. El equipo necesita ganar y jugar bien. Hace mucho que no nos regalamos un buen partido".

JR habla parsimoniosamente, como siempre, pero la procesión va por dentro. "No veo la hora de jugar", reconoce el 10, en una charla con Boca de Selección, en Radio América, que podés escuchar en Olé. Y cuando habla, analiza, claro. Y dice que tienen un desafío colectivo: "Borghi tiene una manera de jugar diferente a la que hemos jugado siempre y trataremos de hacerlo bien. Es un desafío lindo. Para Clemente, para Seba (Battaglia), para Martín, para mí, que tuvimos la suerte de ganar cosas de la misma manera, este entrenador juega diferente y es un desafío lindo si podemos ganar de la manera que nos hace jugar él".

Le preguntaron si Boca realmente puede soñar con el título, algo que conceptualmente es un imposible, y contestó sin contestar directamente: "Llegaron muchos nuevos, somos poco del torneo del 2008 que ganamos con Ischia, cuando San Lorenzo nos llevaba 11 puntos. Si uno se pone a pensar, quedan muy pocos. Tenemos la ilusión de acercarnos y en el fútbol nunca se sabe. Si ganamos el sábado y ganamos en River, vamos a terminar mucho más arriba. Si podemos alcanzar al primero, bienvenido. Pero yo no tengo dudas que en el torneo que viene vamos a pelear el título, que los nuevos ya van a estar adaptados, que no se van a sorprender día a día por lo que es Boca". Después, a lo largo de la nota, dejó más clara su opinión sobre el futuro campeón: "Estudiantes y Vélez son los que van a pelear hasta el final, le sacaron ventaja al resto; y cuando juega verón, Estudiantes es un gran equipo, maneja hasta a los que alcanzapelotas, yo lo querría tener en mi equipo".

Pensando en el sábado, en su regreso tras casi seis meses, comentó que "esta vuelta se hizo un poco más larga, la renovación se hizo larga, ya falta menos, Estoy muy contento, no veo la hora de ponerme la camiseta y jugar en la Bombonera. Va a ser especial y un poco raro. Tengo la ilusioón de jugar bien, tengo un compromiso grande con el club, la camiseta, los hinchas. Sé que no es fácil, pero nadie me quita la ilusión de hacer un gran partido. Trataremos de ganar jugando bien".

Más allá de Argentinos, se viene River. ¿Cuándo se juega? Puede ser el martes 16, porque el sábado 13 hay un recital en River y a nivel organizativo se le hace imposible al club de Núñez. "Yo soy de pensar que por copa está bien entresemana, pero por el campenato se tiene que jugar el domingo. Si no, el domingo andamos al revés, es raro entrenar un domingo, es extraño, para la gente también. Pero sea el día que sea, vamos a intentar darles una alegría a nuestros hinchas". Y de Cappa, contó que " tengo una relación de muchos años, lo quiero mucho al entrenador de River. En España nos veíamos una vez por semana y acá nos vemos bastante sdeguido. Le deseo lo mejor, quiero que le vaya bien pero que Boca salga campeón de todo".

También le dejó la puerta abierto a su regreso a la Selección, con Batista (será oficializado esta semana) como entrenador. Recordó sus tiempos con el Checho en los Juegos Olímpicos. "La decisión que tomé antes del Mundial me dejó tranquilo. Pero uno siempre queire jugar con la camiseta de la Selección".

domingo, 31 de octubre de 2010

Con la vuelta del 10, jugaría Erbes por Chávez para ganar equilibrio. El 3-3-2-2 no les gustó a varios.


Con la vuelta del 10, jugaría Erbes por Chávez para ganar equilibrio. El 3-3-2-2 no les gustó a varios.

En estas 12 fechas que se disputaron del torneo sin Riquelme, Borghi buscó variantes y probó (sin éxito) cómo hacer funcionar al equipo sin su gran figura. Ahora, que existe la certeza del retorno de Román, la incertidumbre pasa por cómo jugar con él. Tanto el cuerpo técnico como los jugadores, creen que el 10 no va a ser el salvador. Entienden, lógicamente, que así como él ayudará a mejorar el nivel colectivo, ellos deberán ayudarlo levantando su nivel. Pero el Bichi también deberá analizar qué esquema le calza mejor a Riquelme. Algunos jugadores, con los grabadores apagados, admitieron cierta disconformidad por el último dibujo táctico armado por el DT. El 3-3-2-2 utilizado ante Huracán e Independiente no les gustó a varios. ¿Seguirá ese sistema o Borghi regresará a su 3-4-1-2 ideal? Ayer, por caso, plantó a Román como único enlace. No es menor el cambio desde el punto de vista táctico. El experimento de dos creadores juntos (Chávez y Escudero) no funcionó. Y ese problema quedó expuesto en el mediocampo. Contra Independiente, a Battaglia se lo vio desbordado. Llamaron la atención los gritos constantes de Seba a sus compañeros. Si bien se siente más cómodo como único volante central, atrás tenía sólo a tres defensores y a sus costados a dos carrileros demasiado abiertos.

La idea original de Borghi era que Chávez (o eventualmente Escudero) armara un doble cinco a la hora de recuperar la pelota. Pocas veces sucedió. Y Battaglia sufrió cada vez que tuvo que ir a algún costado a presionar. Se supone que con Riquelme en cancha, Boca tendrá mayor posesión de pelota. Pero Román necesita de carrileros que le pasen por afuera. Si no goza de ese beneficio, los volantes externos terminarían fundidos por el constante ida y vuelta.

Si contra Argentinos para el mismo equipo que en la práctica de ayer, con Erbes en lugar de Chávez (se recupera de una molestia muscular, pero estaría disponible para el sábado), Borghi perderá un socio para Román, aunque ganará en equilibrio. Así, con un doble cinco (Battaglia-Erbes), los dos carrileros (Clemente-Giménez) tendrían mayor libertad. Y se convertirían en interesantes opciones de pase para un 10 que buscará hacer funcionar a todo el equipo. De jugar Chávez, habrá que ver si Pochi puede lograr ese retroceso que Borghi le pidió ante el Rojo para que Battaglia no esté tan solo y no busque ayuda desesperada en los carrileros. Por ahora, parece que Pichi le gana a Pochi...

En los pies de Román está el fútbol que Boca necesita: por primera vez metió un pase-gol, Giménez lo aprovechó y Borghi ya disfruta...


Pase en cortada, pase largo, pase corto, pase a la red. Todas las variantes son suyas. Ayer, por caso, fue el pase gol. A Matías Giménez. Sobre el vértice derecho del área grande, entre Riquelme y Viatri arman una doble pared corta. El 10 descarga hacia la izquierda y el ex Tigre, con un zurdazo violento, cruzado y bajo, establece el empate para los titulares. Por ahora, esas ráfagas de talento le alcanzan a este Boca para ir dando muestras de mejoría. Despacito, pero avanza. Pase a pase...

Fue el tercer ensayo formal de Román en una semana. Lo hizo el martes, lo hizo el jueves y también ayer, con el primer pase-gol. Se ganó, entonces, el descanso del domingo libre para volver a trabajar el lunes, ya con la cabeza puesta en el regreso ante Argentinos, el sábado. Habrá tiempo, seguramente, para algún picado más que ayude a seguir aceitando un funcionamiento que, en 12 fechas, apareció en cuenta gotas. Claro que con el 10 en cancha parece todo más sencillo, pero en todas las líneas aún hay cosas por ajustar. No por nada, más allá de su presencia, esta semana las prácticas finalizaron 0-0, 0-1 (gol de Paredes para los pibes) y 1-1. Eso sí, en los tres partidos hizo la diferencia. El martes, les metió dos “tomá y hacelo” a Cellay y Clemente. El jueves, a Viatri y Clemente, otra vez, les dio pases en diagonal para que ellos generaran su espacio en el área. En ninguno de los casos pudieron usufructuarlo. Ayer, al menos, sí. Giménez comenzó a explotar lo que implica tenerlo como compañero. El los potencia.

Más allá de lo que el 10 genera en ataque, además colabora para modificar algunas formas de este equipo que está, justamente, en formación. Ya se nota una mayor tenencia de balón a comparación con lo visto en los últimos partidos del torneo. Riquelme se tira atrás, la pide, la devuelve y regresa a buscarla. A partir de sus pies, el equipo trata de hacerse amigo de la pelota. Un paso adelante.

El otro cambio importante, es de actitud. El equipo está bien parado defensivamente, no sufre sobresaltos, controla bien la pelota en la zona cercana al círculo central. Todo eso, claro, producto de que el balón pasa por JR y hace jugar corto. Falta sorpresa y desequilibrio al llegar al área rival, pero suma solidez. Los jugadores se hablan mucho entre ellos y eso genera que funcionen los relevos y las coberturas. Y que los espacios atrás estén bien cubiertos. Un segundo paso adelante.

Llega el 0-1. Buena jugada individual de Juan Manuel Imbert, Battaglia lo baja cerca del área, pero llega Enzo Ruiz y la cuelga del ángulo izquierdo. Golazo. ¿Lo positivo? Si bien el team de Borghi sufre un sofocón, y queda en evidencia que Seba no tiene una buena mañana, Boca no pierde los estribos. En nueve minutos apenas llega la igualdad, que tranquiliza, a pesar de ser sólo un ensayo. Es otro paso adelante.

Después, se suceden los intentos individuales, que también valen. Dos remates de Riquelme. Un desborde de Palermo para el centro atrás y tiro de Battaglia; y un tiro de lejos de Viatri. Boca va. Otro paso...

¿Le falta? Sí. A Román, que a veces da la sensación de necesitar un par de prácticas más (no en lo futbolístico, sí en el ritmo). Y al equipo, que es demasiado largo y no presiona en el medio. Así, al 10 le cuesta encontrar el hueco que deje mano a mano y de frente al arco a los dos 9. Pero, en los 47 minutos que jugaron, la sensación no es excelente, pero es mejor. Pase a pase...