viernes, 19 de noviembre de 2010

Pompei va delineando el equipo para enfrentar a Arsenal: como lo anunció, jugará con línea de cuatro en el fondo, doble cinco, doble nueve y sin engan


Y en el arco continuaría Javi García.

Es un boy scout. No lo esperaba, ni lo deseaba, pero está listo para asumir la responsabilidad. Lo llamaron cerca de la medianoche del martes y no tuvo ni que decir que sí: a las 4 de la tarde del día siguiente ya estaba de nuevo en el vestuario de Primera, como hace cuatro meses. Su primera medida fue hablar con el plantel, adivinar humores, conocer sensaciones y hacerles saber que no está allí para armar una revolución futbolística si no para encontrar un orden que lleve a Boca a terminar este 2010 al menos de forma decorosa.

Por eso, lo primero que puso en orden fue los apellidos en la cancha. Sin Riquelme, esperando el regreso de Gary Medel (jugó el miércoles en Chile) y con Méndez lesionado, su primer esquema fue un 4-4-2 híper clásico. Respetó la defensa que Borghi improvisó ante River (con el regreso de Clemente como lateral por derecha), puso a Chávez por derecha, Giménez por izquierda y un doble cinco circunstancial entre Battaglia y Colazo. La única duda, aunque no hizo fútbol formal (sólo un reducido en el que participaron los cuatro del fondo y los dos volantes de contención), está en la delantera: podría ir con el doble 9, Mouche o Escudero como mediapunta. ¿El arco? Más allá de haber aclarado la situación de Christian Lucchetti (está en igual condición que el resto), luego de la buena actuación en el Súper, Javier García seguirá en el arco.

Así, a tres días del partido con Arsenal, va tomando forma el Boca de Pompei. Un viejo Boca, pero sin rastros del anterior.

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