Por lo menos hasta anoche, así se encontraba Juan Román Riquelme ante la oferta formal y por escrito de parte de Boca. Por la tarde, Daniel Bolotnicoff, representante del jugador, recibió un borrador del contrato que el club le propone firmar al 10. Allí figuran los cuatro años de duración que exigía el enganche para aceptar su continuidad. También aparece la cifra global de 5.000.000 de dólares que pagará Boca por contar con sus servicios. Y según algunos dirigentes, desde el entorno de Román ya recibieron un guiño a favor de ambos puntos que generaron tanta polémica en esta negociación.
Polémica porque el riñón macrista de la Comisión Directiva no estaba de acuerdo con dicha extensión del nuevo vínculo. Varios directivos pretendían un contrato por un año y medio, “hasta el final del mandato de Ameal”. Para hacer equilibrio entre ambas posturas, el presidente primero ofreció un contrato por tres temporadas. Pero Román, con la gran mayoría de los hinchas a su favor, se plantó en cuatro. Finalmente, Ameal prefirió oír el deseo popular y el del jugador por sobre la pinión en contra de ciertos dirigentes, que también estaban en desacuerdo con el dinero que Boca piensa desembolsar por el ídolo.
La cuestión es que ayer, mientras Riquelme trabajaba en la rehabilitación de su rodilla con su kinesiólogo particular, su representante recibía una copia del flamante contrato. Allegados al enganche cuentan que lo que queda por hablar es la forma de pago y otros pequeños detalles que no evitarán la ansiada firma del 10. Por parte de Boca, afirman, esta oferta es la última y la mejor que le pueden hacer al jugador. “Será el mejor pago del fútbol argentino. Es un contrato europeo”, alegan.
Hoy mismo, entonces, puede ser el gran día para los hinchas. El sí de Román se hace desear. Falta poco. A preparar el brindis.
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