El equipo de memoria está armándose de atrás para adelante.
El Pato Abbondanzieri sufrió un infortunio pero se levantó. Y el suplente, Javier García, volvió solvente ayer tras ocho meses de ausencia y se mostró, aun contra un rival menor.
La defensa parece ir encontrando su dupla de centrales en Cáceres y Paletta, Y en los laterales, aunque hay detalles por ajustar, sobran variantes.
El mediocampo titular ya está en pleno rodaje: salvo una salida inesperada, Medel-Battaglia-Insúa-Riquelme son los cuatro elegidos para ir de arranque.
Pero si hay algo que le hace doler la cabeza al Coco Basile es la falta de gol. Ese que ayer no tuvo con el doble 9 compuesto por Palermo y Viatri.
Boca, en este ensayo contra el Lask, mostró un caudal de juego que, de aceitarlo bien, será difícil de sostener para los rivales. Tenencia de pelota, los laterales que se sumaban a los volantes, seis jugadores acechando el área... Un vendaval de ataque, nene... Pero el gol lo hizo Sebastián Battaglia. Y no termina así de redondearse una buena noticia: es un aliciente que el 5 llegue al área y la meta; pero es un llamado de atención para los de arriba en un partido que debió terminar sin dudas con una goleada. "Erramos muchos", sintetizó el DT.
Basile pidió un delantero goleador que juegue por afuera sabiendo que su 9 es Palermo. Quiere aoplicar la fórmula habilidad+potencia, la que podría darle Bergessio para explotar los espacios que abre el Titán, pero también quiere que esa segunda punta se transforme en una variante para los centros que Martín pueda bajar; lo hizo ayer en tres ocasiones, saliendo del centro del área para crear espacios y dejárselos a otros.
Se observó a Viatri sumándose más al circuito de juego, pero a Palermo buscando mucho más a Viatri que al revés. Se encontraron un par de veces, el arquero Michael Zaglmair fue la peloteada figura del partido, pero con esta fórmula también se puede entrar en la riesgosa zona de confusión sobre quién es el 9a y quién el 9b, o directamente que terminen anulándose. Necesita tiempo para aceitarse. Ambos tuvieron chances, todas desperdiciadas o conjuradas por el arquero, pero por las situaciones de gol que generó el equipo, resulta extraño concluir que se ganó por un gol del 5 (es el séptimo partido que Boca gana 1-0 con gol de Battaglia: a Olimpia, Estudiantes, Banfield, Gimnasia LP, Maracaibo, River y Lask). Eso sí: tanto Palermo como Viatri han dado respuestas en momentos difíciles; uno convenció hasta a los más incrédulos y el otro se calzó la pilcha de goleador de equipo campeón cuando el titular no estaba. Y así, no se puede caer en absolutismos: ni que no pueden jugar juntos ni que deben hacerlo.
Como tampoco, tal como lo dijo Coco, que Mouche o Noir terminen asumiendo algo que se suponía natural, que de ellos dos iba a salir el reemplazante de Palacio. El zurdo y Tito, distintas características, pueden aportar soluciones.
Mucho ruido debe haber en la cabeza de Basile para resolver esta cuestión. Porque ayer el equipo, aun irresoluto en el área, se permitió en el PT jugar, en tres cuartos, mucho por los costados, con Insúa desbordando por izquierda, con Gunino pasando hasta el fondo, con Medel llegando alguna vez a las puertas del gol. Y con Riquelme bastoneando todo desde el medio, chocho porque le sobraban variantes de pase. El problema estuvo en la descompensación defensiva, generada por tanta excursión al ataque, y un retroceso desprolijo.
Boca ganó su primer amistoso en Europa, pero Basile se fue con dolor de cabeza. Y no es una figura: "Me tuve que tomar dos Ibupirac", reconoció. Aun definiendo como un 9 aplomado tras llevarse el rebote de una pared que no salió y que todo sea mérito personal, el gol lo hizo Battaglia. ¡Mirá qué 9!
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