domingo, 2 de agosto de 2009

Alfio Basile asegura que este club es pura pasión.

No se te ve muy estresado en esta gira.

-No. Estoy muy feliz, con muchas ganas. La primera vez en Boca me la tuve que ganar. En los primeros partidos me banqué unas cuantas. Y nos fuimos muy bien con la gente. Y volví. Y sentí el recibimiento del día a día, de los vestuarios... Vos le ves la cara a los tipos y sabés que no es de grupo. Y todo eso me hace sentir muy feliz.

-¿Cómo te imaginás el primer partido en La Bombonera?

-Como fue el último, con el piso temblando.

-¿Y tus piernas tiemblan en esas situaciones?

-Sí, no me puedo hacer el canchero. Lo vas a sentir menos que un pibe, obvio. La acústica. El césped. Cuando atravieso la cancha, vibra.

-Si tuvieras que comparar a Boca con una mujer... ¿Es una buena esposa o una buena amante?

-Boca es como una buena amante. Es pura pasión.

-¿Y cómo dejás contenta a esa amante?

-Dándole todo lo que ella pida. ¿Está bueno eso?

-¿Y qué es todo lo que pida?

-Vos ya sabés...

-Llevándolo al fútbol, ¿eso representa ganar la Libertadores y jugar el Mundial de clubes?

-Quiero ganar la Libertadores, pero primero tenemos que clasificarnos. Hay que ganar el torneo o al menos pelearlo. Se verá.

-Pensando en el se verá, ¿tenés el mejor plantel?

-Sé que tengo un buen plantel para pelear. Boca tiene más presiones que los demás, y si vos decís que tenés el mejor plantel se creen que a los diez minutos tenés que ir ganando 4 a 0. Lo importante es jugar bien, tener un sistema, lograr que mis jugadores entiendan lo que quiero. Y lo entendieron rápido. El fútbol es más simple de lo que la gente cree. El Barcelona gana porque, en el mano a mano, cada uno de sus jugadores es mejor que su rival. ¿La táctica? Vino Guardiola, trabajó seis meses en la filial, agarró y ganó todo. La clave son los jugadores. Gracias a Dios, porque sino un partido de fútbol sería un duelo de ajedrez entre dos técnicos.

-Boca sigue moviendo el mercado y los otros no tanto. ¿Es más presión?

-Es que yo quiero tener esa presión, y que no la tengan tanto los jugadores, que, cuando llega el murmullo y más en la cancha de Boca, saben que están jugando mal. Empieza el "uuh, uuuh, uuuh...". Y si te cagás, sonaste. Tenés que imponerte al "uuuh, uuuh, uuuh...". Entonces es relativo: tenés que darles manija pero no tanta.

-¿Los refuerzos pueden soportar la presión?

-Sí. El Pocho ya pasó momentos difíciles en Boca y se ganó a la gente. Medel es titular en su selección, tiene condiciones, es polifuncional, ganador. Y Gunino empezó bien. Sabíamos cómo jugaba en Danubio. Es atrevido el pibe.

-A los Riquelme, los Palermo, ¿hay que mimarlos más?

-No sé si mimarlos, pero sí hacer que los pibes vean cómo laburan ellos, que vean que las figuras son las que más trabajan o que trabajan a la par. Si vos aflojás, das un mal ejemplo.

-¿Confiás en que Román recupere el nivel?

-Sí. Es fundamental para el sistema. ¿Cuántos juegan en la Argentina con un enganche? La mayoría juega 4-4-2. Es el sistema más fácil para destruir al rival.

-Se habla de la interna en el plantel, ¿cómo encontraste el vestuario?

-Igual. Llevo 15 días pero parece que van dos meses. Pero lo veo igual, hay muchos jugadores que conozco bien... Y desde lo edilicio está todo igual, je... La boludez de que se pelean, toda la vida fue igual. Sucede que ahora hay mucho más rumor, muchos más medios, y se comenta más. Yo he jugado con jugadores con los que no me hablaba en el vestuario, en las duchas, con los que nunca cenamos juntos, pero salíamos campeones y nadie nos decía nada. Dentro de un plantel siempre vas a tener amigos, pero no por eso tenés que ser enemigo del otro. Siempre fue igual.

-¿Entonces no existen los vestuarios que se comen técnicos?

-Es un mito. El chusmerío es muy jodido. Los celulares son muy jodidos. Yo hago una charla en el vestuario, salgo del entrenamiento, pongo la radio y dicen lo que yo dije. Las paredes hablan. Y más en un grande. Entonces se multiplica por diez cuando no se dan bola dos figuras de Boca.

-¿No te preocupa que no todos sean amigos?

-No le doy pelota a eso.

-Sorprendiste al decir que necesitabas otro delantero...

-Nada es imprescindible. Sí es necesario un goleador para que se potencie el equipo, y no esperar que siempre tenga que empujarla Palermo. Si se puede, tiene que venir un goleador y que juegue por afuera. Dos cosas: confío plenamente en Mouche (le dice Mush, como Bianchi) y en Noir, pero con tiempo, porque esos jugadores, si vos los ponés no tenés que darles menos de cinco o seis partidos de titular aunque hagan todas macanas. Y si vos en Boca no hacés un gol en cinco o seis partidos, a un pibe lo quemás para siempre. Entonces hay que ponerlos cuando el equipo anda bien. Fijate el caso de Silvestre. Se fue el Flaco Schiavi, pero estaba el Cata Díaz y el equipo andaba bien. Y Silvestre terminó siendo figura y se fue a Italia. Con Mouche y Noir pasa lo mismo. No podés probar para ver si tienen gol en Boca. Los pibes tienen que potenciarse con un equipo ganador. Si los ponés ahí, seguro que son goleadores ellos también.

-¿Entonces en serio confías en que te van a traer a alguno?.

-No sé si van a traer uno. Es difícil. Es un pedido mío. Tal vez con estos chicos me pase lo mismo que con Palacio: los pongo y no los saco más. Jugaban Delgado o Guillermo Barros Schelotto y Palermo, y a Rodrigo lo puse en una quinta fecha: pip, pip, pip, ¡pum, gol! Le ganamos a Argentinos Juniors en la cancha de Boca. Y los otros no jugaron más.

-¿Cuánto te falta para tener lo que querés?

-Poquito. Atrás estoy equilibrado, en el medio voy a tener el suplente de Battaglia... Nos queda uno más que acompañe a Palermo. Ojo, por ahí traés un crack, se lesiona, y terminan siendo cracks Noir o Mouche. Es así.

-Riquelme fue elegido en un programa de televisión el mejor después de la era Maradona. ¿Te sorprendió?

-Me alegra mucho. Mirá qué raro: cuando estaba en la Selección había gente que se enojaba porque ponía a Riquelme. Es ídolo total en Boca y no para el resto. Por eso me alegra que lo hayan elegido porque tiene que haber votado gente de otros clubes también.

-¿Qué pierde la Selección sin Riquelme?

-El talento.

-¿Es el talento más grande del fútbol argentino?

-Para mí sí. Tiene una inteligencia superior, está parado en la cancha y sabe dónde están los compañeros ubicados, y los contrarios. Yo lo veo bien, con ánimo, y quiero que se ponga bien físicamente... En eso Ischia tuvo mala suerte: yo espero tenerlo sano.

-Si te pidieran que intercedas para que vuelva a la Selección, ¿lo harías?

-No opino de eso. Ni loco me meto en el trabajo de los demás. Por eso opino, ni a favor ni en contra.

-¿Vos estás más feliz en Boca que en la Selección?

-Sí, pero te aclaro por qué: en la Selección, no tenés convivencia con los jugadores. Se acabó el tiempo del entrenador de la Selección. No tenés lo lindo del día a día.

-¿Se va a clasificar?

-Sí. Una porque soy argentino hasta la muerte, como dice Rimoldi Fraga, y porque de última va a surgir ese plus para superar lo que sea. Y en el Mundial podés trabajar; estás dos meses con los jugadores, ahí es distinto.

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