Agia Paraskevi era el nombre del club de tercera división en el que Boca eligió entrenarse ayer por la tarde. Para ingresar al complejo, los jugadores debían recorrer 50 metros por la calle... Entre unos 300 griegos que esperaban por ellos, adornados con camisetas de la Selección Argentina y de Boca, y que formaron un pasillo humano. Los tocaban, abrazaban, pedían fotos...
A pesar de la euforia inicial cuando el plantel bajó del micro, lo más llamativo ocurrió durante la práctica. "Tenemos la información de que van a firmar autógrafos tras la práctica", dijo un hincha en griego por los altoparlantes.
A la salida, entonces, a firmar autógrafos y sacarse fotos. Riquelme fue el más buscado y el que más se demoró en recorrer esos 50 metros. "No, no, me quedo firmando", le dijo al jefe de seguridad cuando quiso rescatarlo.
En el hotel, la historia siguió con hinchas que, colados, recorrían los pisos en busca de algún jugador. Una demostración más de lo que generaron Boca y Román en este tramo de la gira por Europa...
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