domingo, 6 de marzo de 2011

El DT abandona su clásico dibujo para apostar por una idea en teoría más ofensiva: 4-1-3-2.


Que el cinco deba meter su “espalda” entre los dos centrales no una idea innovadora. Menos aún si se trata de un esquema dibujado por Falcioni. Pero en su búsqueda de equilibrio entre una defensa impenetrable (no recibió goles en los últimos dos partidos) y un ataque con muchos intérpretes, el técnico intentará con algo muy parecido a su 4-4-2 favorito: un 4-1-3-2, según él mismo lo definió el viernes. ¿Hay diferencia? Aunque los pingos se verán en el Amalfitani, da la sensación de que hay una razón para el cambio. Y se llama Walter Erviti.

El viernes, el volante avisó que él con los años se convirtió en un “jugador de recuperación y distribución”. Sin embargo, Falcioni hoy lo quiere más para lo segundo. Aunque en teoría sea un doble cinco adelantado, lo quiere más comprometido con la creación, para abastecer a los dos puntas y ser el dueño de la pelota. Y para eso le buscó dos socios por las bandas: Rivero y Colazo, ambos con el poder de meter una diagonal en ataque como una para cerrar espacios.

Así, entonces, si bien el movimiento a la hora de retroceder es el mismo, con dos líneas de cuatro compactas, la diferencia se verá a la hora de atacar. Sobre todo si se lo compara con la formación de los últimos dos partidos, en los que el doble cinco estuvo conformado por Battaglia y Somoza (que no jugará por un acuerdo de palabra entre ambos clubes). Con esta nueva idea, que se adapta a los nombres y no al revés, habrá tres volantes ofensivos, pero que aportan a la doble función. Además, el equipo contará con el aporte de Cellay en defensa, que por características no se proyecta tanto, y así, Clemente será la única salida limpia por el lateral. Un equipo que busca equilibrio pero sin dejar de lado el desequilibrio...

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