jueves, 10 de marzo de 2011

Erviti sabe que tiene chances de quedarse afuera y se hace cargo: “Sé que no demostré nada. Quiero estar”.


Pide tiempo. Paciencia. Es lo que necesita Walter Erviti. Sabe, también, que no sobra. Pide, además, minutos. Juego. Pelota. Y avisa que, si le conceden ambas cosas, puede haber final feliz. “Esto ya me pasó. La gente quiere que llegues y que el equipo funcione diez puntos, pero las cosas necesitan tiempo, tengo que conocer a mis compañeros y ellos a mi. Luego de diez años lo puedo decir porque me ha pasado y he salido campeón después de vivir una situación como esta”, se confiesa en La Red. Y agrega, en un pedido con nombre propio: “Yo tengo ganas de estar el sábado pero el DT es el que decide. Sé que la única manera que tengo para mejorar es estar en la cancha”.

Para explicar su momento, Erviti avisa, primero, que él no es Riquelme ni llegó en su reemplazo: “Yo vengo a cumplir una función más parecida a la de Battaglia o Somoza y compito más por el puesto con ellos que con Román”. Dice que en ese puesto sólo jugó ante Vélez, ya que en su debut, con Godoy Cruz, cumplió otra función. Y sabe que no lo hizo del todo bien y por eso ataja la chance de quedarse afuera ante San Lorenzo. “Tengo que rendir, este es un club que no te da tiempo, tenés que entrar y ser protagonista. Yo estoy tratando de acelerar ese proceso para rendir lo antes posible, pero me hago cargo de mi situación, sé que no he demostrado nada, a comparación de lo que hacía en Banfield. Pero todo lleva tiempo. Yo tengo ganas de demostrar que tengo confianza y condiciones para jugar acá”.

Suena entusiasmado. Y tranquilo, además. Tiene sus razones: estos cuestionamientos, tras su novela en el verano, los toma como algo natural. Porque, él lo dice, ya le pasó. “No es la primera vez que me pasa. En San Lorenzo y en Monterrey. A los tres días me querían echar, si no fuera por Passarella (era el DT), a los diez días me devolvían en un avión. Y si leés una nota mía de hace tres años en Banfield, me querían colgar de un árbol. Yo estoy feliz de estar acá. Y si fuera la primera vez que me pasa quizás estaría abajo de la cama. Pero ya lo viví y sé que no puedo revertir mi rendimiento si no estoy dentro de la cancha. Tengo que entrar más en juego y sentirme protagonista”, aclara. Y hasta se anima a postularse para cambiar su posición, una de las variantes que probó Falcioni en el ensayo formal: “En los últimos dos años jugué en el mismo lugar, de doble cinco, pero me he parado contra la raya sin problemas”.

“Esto recién empieza, Boca quizá no juega como nos gustaría, pero crea situaciones. Y tratamos de mejorar, porque los resultados van a llegar, de eso no tengo dudas”. Pide paciencia. Confianza le sobra.

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