Sin Riquelme, Palermo y Battaglia, ¿quién es el capo del plantel?

Monzón trata de agarrarle la mano a su nueva función: “Hay que ayudar atrás y adelante”.

Estamos todo los pibes, acá manejamos el grupo los pibes, je... No, la verdad es que se extraña a los mayores, se siente otra cosa cuando están ellos porque nos ayudan a resolver todo. Ojalá estén pronto con nosotros.

De este lado del mundo, en plena avenida Collins y surfeando entre los autos y el moderno tranvía, Luciano Fabián Monzón se mantiene inalterable: camina con sus auriculares blancos puestos, se ríe ante la multitud que acompaña a Boca en el primer entrenamiento y habla con naturalidad. Por eso, se suelta con Olé y explica las claves de esta curiosa convivencia en Melbourne entre un plantel nuevo, con muchos chicos y sin los máximos referentes. “En realidad no importan las edades, lo que importa es cómo es cada uno como persona. Y por suerte el grupo es bárbaro”.

-Sos el flamante carrilero por izquierda...

-Sí. Ahora tengo que hacer de todo, je. Defensor, volante y delantero. Ayudar a la línea de tres y llegar al ataque. El técnico me ayudó mucho, me dijo que si no me siento cómodo lo hable con él. Y yo no lo quiero decepcionar. Ni a él ni a toda la gente que siempre me ayudó.

-Hay una frase instalada que dice que si Monzón se ordena, es crack...

-Es verdad. Me falta ser un poco más ordenado, pasa que yo también pienso más en atacar que en defender, pero ahora estoy mentalizado en las dos cosas. Jugar de 3, de 10 y de 11, je. Tengo que estar bien físicamente y hacer bien mi trabajo.

-¿Cómo es Borghi? -Tanto él como sus colaboradores confían mucho en la palabra, que últimamente en la Argentina no es de fiar mucho.

-¿A qué te referís con eso de la palabra? -Por ejemplo un día le pedí permiso para hacer unos papeles. Y después de eso hablé con él y me dijo que confiaba en mí, que si yo usaba el tiempo para otra cosa quedaba en mí. El confía en el jugador. Y habla bien con nosotros.

-El que habla poco inglés acá sos vos...

-(Risas) Pero me las rebusco, eh. Hice un curso que me sirvió para saber lo básico y eso fue por todo lo que me inculcaron mis viejos, que siempre se mataron para que a mis 7 hermanos y a mí no nos faltara nada. Ellos me dieron un ejemplo de vida, tuvieron que trabajar y nunca me metieron en mala junta, en la droga, que mucha gente cae sólo por ser humilde. Yo nunca me metí en esas cosas.

-Y ahora terminaste en Australia...

-Sí, je. Y espero que en el campeonato pueda empezar y terminar de titular.