miércoles, 14 de julio de 2010

Boca aterrizó en Australia y Borghi bromeó sobre la lejanía


Igual, la pasión no sabe de fronteras: varios hinchas recibieron al plantel.

Lo lejos que queda Australia... Es una cosa impresionante. Habiendo tantos lugares lindos como Claypole, Luján, ¿por qué tenemos que venir tan lejos?

Claudio Borghi no pierde el humor ni después de 15 horas sentado en un avión, con el plus del pánico que tiene a viajar por las alturas. Acá, en Melbourne, mientras el Bichi se muestra risueño, tras el arribo de Boca surge la inquietud: ¿quién fue el sabio que dijo que la pasión no entiende de fronteras? Se necesita un testigo para corroborar que lo que sucedió a las diez y pico de la noche de un martes en un aeropuerto australiano es verdad. Que lo que tantas veces te contaron no es verso ni chamuyo. Son 15, 20 fanáticos, no más, pero qué va... "Es increíble. En todos lados siempre hay hinchas de Boca", comentan varios players. Y sí, el mundo se rinde a tus pies. Y sos local hasta en Australia. Como si estuviera en Claypole o en Luján...

Son chicos, grandes, varones y mujeres los que se acercan a los futbolistas, mientras buscan sus valijas, para pedirles una foto, un autógrafo o tan sólo un saludo a toda aquella persona que ande vestida de azul y amarillo. Un recuerdo, algo... Recuerdo del viaje es lo que seguramente tendrá la delegación de Boca. Fueron 14 horas y 50 minutos arriba de un avión, en los que cada uno puede llegar a replantearse su vida entera. Pero si no se quiere trabajar tanto el bocho, es preferible distraerse con alguna película, un partidito de truco o las bondades que ofrece la clase ejecutiva, como hicieron los muchachos de Boca en el trayecto Buenos Aires-Sydney.

¿Borghi? Curiosamente estuvo bastante relajado, sentado al lado de su hijo Filippo. "Quería disfrutar el viaje con él, así que no tomé ninguna pastilla para dormir", contó después el DT. que en el viaje a Brasil para el amistoso con Palmeiras apeló a la medicina para tener un vuelo sin sobresaltos. Igual, ya pisando tierra firme, se notó la diferencia de semblante del técnico y su tranquilidad, intercambiando chistes con Lucchetti, gozando de los beneficios de la Blackberry para hablar con su familia y hasta cruzando un par de bromas, en la puerta del hotel Intercontinental, con Olé (único medio gráfico cubriendo la gira).

Borghi, más que nadie, es consciente de que esta gira no aportará demasiado en el trabajo físico (la parte más dura se llevó a cabo en Pilar), pero sí servirá para seguir aceitando el funcionamiento colectivo y utilizar la convivencia de tantos días en un país atípico para apuntalar el grupo. "Yo soy honesto: va a jugar el que mejor esté. Los muchachos están bien, el amistoso en Brasil fue positivo y esperemos cumplir un buen papel en estos amistosos", explicó el entrenador, consciente de que lo importante arranca el 8 de agosto, día del debut en el Apertura.

Por más que el plantel no esté completo, y en Buenos Aires se hayan quedado hombres de jerarquía, la idea es que se vayan afianzando los vínculos y que surja el factor humano que todo equipo necesita. Este cuerpo técnico cree en la palabra como valor fundamental y en la confianza que le brinda a los jugadores. Y pretende adiestrar a la tropa con su discurso. Convenciendo, no imponiendo, como reza uno de sus lemas.

Con ese objetivo, Boca aterrizó en Australia. Y, también, con una pasión que no sabe de fronteras.

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