Los de Borghi ganaron en su debut océanico por 1-0 frente al Melbourne Victory. En un juego donde se dieron como en la guerra, se destacó Cañete, autor de un golazo.
La imagen dejada por Boca ante Palmeiras en el amistoso del viernes pasado no fue una ilusión. En el partido de hoy ante el Melbourne Victory de Australia, los de Borghi continuaron respetando el trato y la posesión de la pelota como aquel viernes. Así, el Xeneize sigue en la buena senda y se impuso por 1 a 0 al equipo oceánico. Ojo: aunque fue un amistoso, los locales metieron pierna fuerte e incluso hubo empujones entre los jugadores.
Boca, a pesar de contar con la posesión de la pelota, careció en el primer período de sorpresa en la zona ofensiva. Viatri fue la referencia pero no se vio acompañado ni por Mouche ni por los carrileros, Monzón y Marín. El doble cinco de Méndez y Erbes funcionó bien, pero la línea de tres sufrió un par de desbordes por la izquierda. Lucchetti, en su segundo partido con la azul y oro, no pasó mayores complicaciones, aunque una salida en falso devino en un cruce salvador de Muñoz.
El gol fue obra de Marcelo Cañete, el mejor de Boca en el primer tiempo: a los 40' y tras robarle el balón a un defensor, encaró al último hombre y definió de zurda. Y claro, el juvenil deja todo en la cancha: hasta se lastimó la nariz al chocar insólitamente con el árbitro. Así, Boca se fue al vestuario como un merecido ganador por controlar más y mejor la pelota, aunque con poco peso en ofensiva.
En el segundo tiempo, Boca arrancó con todo y ya a los 39 segundos tuvo una chance clara de la mano de Cañete, quién sino. Los primeros 15 minutos tuvieron a los de Borghi presionando arriba, con más participación de Mouche y Monzón en la ofensiva. Pero a los 59', el Bichi sacó al autor del gol por Nicolás González y el equipo perdió a su conductor. El resto del partido no presentó grandes situaciones de riesgo para ninguno de los dos bandos y Boca mantuvo controlado el resultado en todo momento. Recién al final, con la entrada del juvenil Sergio Araujo, el Xeneize volvió a crear peligro en ataque.
La constante de todo el partido fueron las duras infracciones de los australianos, avaladas por la complicidad del árbitro. El encuentro se puso caliente e incluso se produjeron forcejeos y empujones entre los jugadores, pero no pasaron a mayores. El más destacado, a pesar de jugar sólo 60', fue el pibe Cañete, que venía de una buena actuación en Brasil. Se mostró movedizo y participativo, y el equipo sintió su salida.
Además de la victoria, el otro logro de Boca fue haber conseguido mantener por segunda vez consecutiva la valla invicta durante el ciclo Borghi: desde el 13 de diciembre del año pasado que Boca no dejaba en 0 su arco por dos partidos seguidos (en aquella oportunidad fue 0 a 0 con Huracán y 2 a 0 con Banfield). La línea de tres se mostró cómoda al igual que el doble cinco, y Lucchetti no tuvo grandes dificultades. Los amistosos, por ahora, ilusionan.
Via: olé
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