Goleador brasileño, que llegó a Boca en los '60. Se metió en el alma de su hinchada porque su extraordinario olfato para el gol y su temible pegada explotaron justamente contra River y en especial, contra Amadeo Carrizo. De este modo, tocó el punto sensible de los hinchas, que lo elevaron rápidamente al pedestal del ídolo.
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