jueves, 9 de julio de 2009

Hugo Orlando Gatti


Pintoresco, divertido, fanfarrón, sapiente, optimista, canchero, genial. Logró el milagro de, en sus propias palabras, "alegrar el puesto más triste del fútbol". Ya era un grande del arco, cuando Juan Carlos Lorenzo lo trajo a Boca en 1976. Fue arquero y líbero de un equipo que poseía una defensa durísima, que se consagró bicampeón del ´76. Sus manos, deteniendo el penal de Vanderlei en Montevideo, colocaron la primera Copa Libertadores en la vitrina auriazul. Salió nuevamente campeón en 1981. Puesto a comparar con otros pintorescos personajes de la historia boquense, alguno lo habrá empardado, pero no lo superó nadie.

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