jueves, 9 de julio de 2009

Eliseo Mouriño


Gran señor de las canchas, representó la dignidad profesional, la hidalguía y la riqueza humana. Sin la explosión de otras figuras, se metió en la hinchada. Su reemplazante fue nada menos que Antonio Rattín, quien debió soportar una puja tremenda con la tribuna. Aunque la gente gritaba: "¡Eli-seo, Eli-seo!" apenas Rattín pisaba el césped de la cancha, el Gallego Mouriño, en lugar de aprovecharse, alentaba al Rata. Esto explica por qué la 12 lo quiso tanto, por hombre y por caballero.

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