Pero lo más importante es que, en una función no habitual y a dos meses de su último partido, se las rebuscó para cumplir con el pedido del Coco y las necesidades del equipo. Por supuesto que con los entrenamientos y con la continuidad necesaria irá incorporando movimientos tácticos que son indispensables para desempeñarse como volante izquierdo. Por concepción futbolística el Pocho es netamente ofensivo y, por eso, tirado por la banda izquierda le resulta más natural la subida que el retroceso. Ahí deberá poner el acento.
Cada vez que entró en contacto con la pelota durante el primer tiempo, buscando asociarse con Riquelme, exageró en meter diagonales. En cambio, en el complemento, se movió más por el costado y hasta llegó al gol apareciendo por sorpresa. Si bien está claro que lo suyo siempre transitó por otros carriles, sus ganas, su cambio de ritmo, su velocidad y su pegada le permitirán cubrir una posición en extinción en nuestro fútbol. Y si a esto le sumamos su talento natural y el peso de la camiseta, hasta podrá entrar en la consideración de Diego y dar pelea para ganarse un lugar sin dueño en la Selección.
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