domingo, 26 de julio de 2009

Hugo Ibarra viajará a la gira y Roncaglia se bajó para ir al Espanyol.

Si Dante Panzeri definió alguna vez al fútbol como la dinámica de lo impensado, Boca es casi un fiel reflejo de sus palabras. Porque todo cambia a una velocidad que no permite terminar de acomodar una cosa para tener que volver a ordenarla y que, sobre todo, nadie puede anticipar ni imaginar. Así, cuando Ibarra estaba afuera y Roncaglia adentro, terminaron cambiando lugares y abriendo un nuevo espacio que parece ya tener dueño, aunque aún nada esté cerrado: Rolando Schiavi. Boca parece, en los últimos tiempos sobre todo, emular esa idea del periodista y escritor, aunque, por ahora, más afuera que adentro de la cancha. De lo que pase en el verde césped se va a ocupar el Coco...

El viernes fue un día de sorpresas. Y de resoluciones instantáneas. En apenas un ratito, y a pesar de ese comunicado de prensa que se dio a conocer el miércoles, la continuidad de Ibarra quedó resuelta. Al mismo tiempo, y por decantación, también se decidió el futuro de Facundo Roncaglia, quien iba a ser el encargado de reemplazar al Negro. En minutos, entonces, el chico de Chajarí fue informado sobre su pase al Espanyol de Barcelona (ya está tramitando el pasaporte comunitario, aunque eso no es una traba), consecuencia directa del regreso del lateral titular. De esa forma, además, Roncaglia se bajó de la gira y se subió Ibarra, quien ayer por la mañana quedó confirmado como miembro de la delegación que hoy a las 12.15 emprenderá su viaje europeo.

Pero la partida de Facundo (a cambio de 300.000 dólares por un año), no fue la única consecuencia directa del retorno de Ibarra al club. La otra secuela todavía no se produjo, pero cada vez está más cerca, y es la llegada de Schiavi. Porque con la ida de Paletta, que mañana se va a Italia para sumarse al Palermo, Boca ya no tendrá a dos de sus centrales. Así, a Basile le queda lo que hasta ahora paró como su dupla titular (Cáceres y Morel Rodríguez) y Forlin y Sauro como alternativas. Con este panorama, al Coco le vendría bárbaro contar con el Flaco, un viejo anhelo de los dirigentes. ¿Qué falta para que llegue? Que Boca realice una oferta formal por el central para que las partes se sienten a hablar, algo que podría ocurrir en los próximos días, para que el jugador se sume a la gira. Si bien Bianchi negó que vayan a hacer un intento por él, Ameal dio una versión distinta. Hay interés de Boca por tenerlo (y de él por regresar) y en Rosario también lo saben muy bien. Y aunque no tienen ganas de desprenderse, saben que los ocho meses que le deben al jugador, además de los 3.250.000 dólares que le adeudan a Boca desde tiempos de Eduardo López como presidente, pueden llevarlos a negociar casi obligadamente. Schiavi, chocho. El Coco, también.

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