jueves, 30 de julio de 2009

Insúa metió un gol y Medel se comió a Rooney y le tiró el centro al Pocho. Pese a la caída

El canal 2 de Alemania, encargado de televisar la Audi Cup, comenzó con la transmisión en el segundo tiempo. No hubo en vivo goles del Manchester United, sino que sólo se vio la combinación entre Gary Medel y Federico Insúa en la buena conquista del team del Coco Basile.

Fue en buena parte por ellos, los nuevos, que ayer, en Alemania, ganó Boca. Como lo hizo en ese segundo tiempo en el que les sacó la pelota a los británicos, la movió de lado a lado y los lastimó con la profundidad y la decisión que aportaron Mouche y Chávez, reemplazos de los perdidos Noir y Leo Diaz.

Una derrota contra un gigante como Manchester United está siempre en los planes de cualquiera. Si Boca puede estar tranquilo se debe a que, a la talla del rival, se agrega el atenuante de haber sido su primer partido de la temporada (el oponente ya llevaba cinco) y presentando una formación que si bien se parece bastante a la de memoria que quiere su técnico, en la previa no había tenido siquiera una práctica de fútbol con el plantel completo. Y Medel sacó diferencias porque venía rodado en el campeonato chileno, y porque tiene la categoría para adaptarse a cualquier posición y peleársela al más pintado. Ejemplo: Wayne Rooney es un delantero difícil de marcar porque siempre está en movimiento, se genera espacios y flota en una zona de 30 metros sin dar una referencia fija. Y el chileno mostró dotes de stopper incómodo al límite de lo molesto: cuatro anticipos le bastaron al inglesito cara de viejo para entender que no podía pasar donde estaba Medel. No por nada Rooney cambió la camiseta con Morel Rodríguez...

Medel ya está dentro de los 11 de memoria.

Y otro que va a estar es Federico Insúa. Y junto con él (en realidad, atrás) también estará el desequilibrio en la zona izquierda de la defensa, donde Morel tampoco está dando muchas garantías. El Pocho no siente la marca, y aunque intenta hacerlo, sufre como lo hizo en la mano que cometió cerca del área, paso previo del golazo de Anderson. Y ayer dio más ventajas aún por sus casi tres meses sin fútbol (el último partido lo había jugado el 9 de mayo, para Necaxa). Sin embargo, mostró que su apetito ofensivo sigue intacto y se postula como un gran socio para Riquelme. Y Román, en el segundo tiempo, se exhibió como el eje que Basile quiere para su equipo: lúcido, combativo y participativo, tanto que fue el jugador que más veces toco la pelota contando los dos partidos (116). Fue en esos momentos que Boca se compró a los miles de alemanes que, en el majestuoso Allianz Arena, hacían fuerza por un empate que los argentinos merecían, como admitió hasta el propio Ferguson.

Claro, si hubo derrota fue porque hubo puntos flacos. El Pato Abbondanzieri es el arquero de Basile; lo fue en la Selección y hoy lo es en Boca. Hidalgo fue el 1 excusando a los raros efectos de la pelota usada en este torneo en sus errores, pero las fallas existieron y ¿renació la búsqueda de una alternativa en el arco?. Tampoco se los vio en sintonía a Palermo (suelen costarle los primeros partidos), aunque siempre tiene la solidaridad de correr y meter, ni a Forlín (puede irse al Ajax).

Muchos técnicos gustan de armar equipos de atrás para adelante. Basile, por lo visto en la primera prueba, lo va viendo de derecha a izquierda. Lo mejor, con Medel, Cáceres, Chávez y Mouche, estuvo de ese lado. Se suma Insúa, quien metió un buen gol pero como cierre de una jugada armada enterita de la otra banda. Espera por más refuerzos, pero tiene dos buenos. Y se le plantó a un poderoso mundial. Es parte de la ganancia que se llevó Boca en el inicio de la búsqueda del equipo de memoria

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