¿Qué te deja esta gira?
-Una buena sensación. Hemos enfrentado a equipos muy buenos, como Milan y Manchester, hicimos un buen partido ante el AEK...
-En el último semestre sufriste lesiones. ¿Cómo te sentiste ahora?
-Bien, me he entrenado, he jugado todos los partidos... Es verdad que vengo de una lesión por la que me he perdido la mitad del torneo y casi toda la Copa.
-¿Sentiste impotencia?
-No, porque confiaba en mis compañeros, en el equipo, veníamos de ser campeones... No se pudo repetir así que ahora esperemos que se dé.
-¿Qué significa que Boca se haya codeado de igual a igual con algunos grandes clubes de Europa?
-Hay que tener en cuenta que todos están de pretemporada, entonces uno no va con todo a una pelota dividida... Hay que pensar también que ellos contra nosotros no han jugado con todo el equipo titular y que el segundo partido lo jugamos con muchachos que en el primero no habían jugado. Seguro que es bueno que no nos saquen ventaja, que el partido sea parejo, pero son encuentros de pretemporada.
-¿Y se puede trasladar eso al campeonato?
-No, en la Argentina seguro que va a ser más difícil, porque los equipos se preparan al máximo, tienen la ilusión de pelear el torneo, otro deben sumar para no descender y en el torneo pasado quedó demostrado que si no estamos bien, va a ser complicado.
-¿Influyeron los estadios en los que jugaron?
-El estadio del Bayern es increíble, pero sabemos que en nuestro fútbol es todo más difícil. Nos conocen, el contrario sabe cómo jugamos, la forma que tenemos de atacar, cómo hacernos daño... Y tenemos un semestre muy importante con la necesidad de ganar el torneo para jugar la Libertadores.
-¿Puede ser que en Europa te respeten más?
-Lo que veo diferente es que acá disfrutan del fútbol. No es como en Argentina que el hincha rival te insulta. Vivimos en un país donde se vive mucho el fútbol. Por eso es lógico que el que no es hincha de Boca nos esté insultando los 90 minutos.
-Vos decís que sos feliz en una cancha. ¿Sentís que al resto le pasa lo mismo o sufre?
-No sé si es sufrimiento. Es una manera de sentir el fútbol. La gente se olvida de los problemas que tiene. Si el equipo gana, arranca el lunes contenta. En Europa la gente va a la cancha como si fuera al teatro, disfruta de su equipo, del contrario y si el rival hace una buena jugada o un gol hasta es capaz de aplaudir.
-¿Cuál preferís?
-Lo ideal sería tener los estadios que hay en Europa y sentir el fútbol como acá.
-¿Son favoritos?
-No lo sé. Hemos perdido dos jugadores que el club no los va a conseguir en ningún lado, como son Rodrigo y Figueroa. No hay más de esos, no los tenemos más con nosotros y les deseo mucha suerte.
-¿La Copa es prioridad?
-No. El semestre pasado me habrán escuchado decir que tenemos la obligación de ganar tanto el torneo como la Copa. La Libertadores es lo más importante, pero nos tenemos que mentalizar en el torneo, saber que la única chance que tenemos es ganarlo, esta camiseta nos obliga a eso y la única manera de que el hincha esté feliz es saliendo campeón.
-El año que viene se cumplen diez años de tu primera Libertadores. ¿Querés celebrarlo con otra?
-Uno siempre sueña con seguir ganando, juega para eso, ya tengo 31 años y trato de disfrutar al máximo.
-¿No creés que el hincha de Boca espera más la Copa que el torneo?
-El hincha quiere ganar todo lo que juega. Lleva muchos años con un equipo que le ha dado muchas alegrías, se ha acostumbrado a festejar seguido.
-¿Qué significa la Copa?
-En este momento, lo más importante es el campeonato. Si no lo hacemos bien, el año que viene vamos a mirar la Copa por la tele. No queremos eso.
-¿Si no clasifican vas a mirar la Copa por la tele? ¿Algún club te tienta?
-No puedo hablar de lo que pase en seis meses. Vivo el día a día, le he dado mi palabra a Pompilio hace mucho tiempo, la voy a cumplir durante todo este año tratando de jugar lo mejor posible al fútbol.
-¿Qué son para vos Basile y Bianchi?
-Uno es el técnico y el otro es el manager. Tengo una buena relación con los dos. Me han ayudado mucho. Carlos me ha hecho crecer mucho, yo era muy joven cuando lo tuve de técnico y en los años siguientes he conocido a una gran persona como es Basile, a quien tengo la suerte de tener de entrenador nuevamente.
-¿Por qué dividís tanto las aguas?
-Soy un jugador de fútbol y tengo en claro que no a todo el mundo le va a gustar cómo juego. Yo soy muy feliz por la manera que tengo de jugar, por la manera que tengo de sentir el futbol. Tengo una forma muy clara de jugar y no la voy a cambiar.
-¿Molestan las críticas?
-Vivo de una manera muy normal, al menos para mí, tal vez para ustedes no. No leo, no miro la tele para saber qué opinan, porque en un momento lo he hecho pero de lo menos que se habla los lunes es de fútbol, sólo se habla de problemas. Y los partidos, por tele, los miro con el volumen bajo. Así que mucho no me entero. Cuando uno no escucha lo que dice el otro entonces no le da mucha importancia.
-¿Lo mirás sin volumen para no enojarte?
-No, sólo porque cuando yo veo fútbol me doy cuenta de quién juega bien y quién mal, no necesito que me lo comente el de la tele.
-¿Cómo está el grupo?
-Bien. Se habla mucho desde afuera.
-Pero el grupo ha tenido grietas públicas. Vos te peleaste mediáticamente con Cáceres el año pasado...
-Yo hablo de fútbol nomás. Nadie me ha escuchado nunca hablar del vestuario. Nunca voy a hablar ni te voy a preguntar a vos con quién andás bien en tu trabajo o no. Mi obligación es entrar a la cancha, jugar lo mejor que puedo, ganar, que mis compañeros estén muy contentos y que los hinchas de Boca estén muy felices.
-Entonces no se necesita un buen vestuario para lograr un éxito.
-Hay que vivir de la realidad: el equipo ha tenido un momento muy claro, que lo saben todos, antes del clásico, y a los dos meses fue campeón. Eso habla de que si cada uno hace su trabajo dentro de la cancha, y si tenemos la chance de que la pelota pegue en el palo y entre en vez de irse afuera, vamos a tener la posibilidad de terminar festejando. Y eso es lo único que importa.
-A Palermo lo fuiste a saludar tras su gol al AEK.
-Lo hago siempre. Voy a saludarlo a él, a Mouche, a todos. Quiero ganar, son todos compañeros, jugamos por lo mismo, defendemos la camiseta más importante del país y queremos ver a nuestros hinchas felices.
-¿Y qué es Palermo para Boca hoy?
-Palermo es el mejor 9 de los últimos diez años del fútbol argentino, el cual tenemos la suerte de tenerlo, y ojalá que el club le dé la oportunidad tanto a él como a Ibarra de terminar su carrera en Boca.
-Te he visto ponerle vos la cinta a Battaglia cuando te reemplazan pero cuando Palermo te la tiene que dar a vos, lo hace a través de un tercero. ¿Le das importancia a eso?
-Nosotros tenemos la ilusión de ganar, nada más. Riquelme, Palermo, todos. Y si Palermo no juega el capitán es Ibarra, si no es Ibarra el capitán es Riquelme y si Riquelme no juega el capitán es Battaglia, si Battaglia no juega el capitán es Abbondanzieri. Las cosas son simples.
-¿No te llama la atención?
-No tiene nada que ver. Son preguntas que no tienen sentido. Nosotros jugamos al fútbol para ganar, queremos estar contentos en nuestro trabajo, como vos hacés el tuyo lo mejor posible y nosotros no preguntamos qué hacen los demás.
-¿Qué es fracasar en un club como Boca?
-No lo sé. Porque tenemos muchos años buenos, hemos ganado muchísimo, queremos seguir ganando, tenemos la suerte de contar tanto con jugadores que quieren ganar y ha llegado un técnico al que lo único que le interesa es ser el mejor. Para mí, esa palabra no existe porque uno trata de hacer las cosas bien siempre.
-¿No tuviste miedo de ser último?
-Ni lo pensé. A veces la pelota pega en el palo y va para adentro y otras pega en el palo y va para afuera. Después las palabras raras las usan ustedes. Nosotros damos todo para hacer las cosas bien. Siempre.
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