viernes, 14 de agosto de 2009
Palermo sigue calentando motores: hizo los dos goles en la práctica de fútbol en la que los titulares les ganaron 2-0 a los suplentes.
No importa mucho que haya sido una práctica de fútbol ante los suplentes. Tampoco interesa tanto que el penal que convirtió haya existido solamente para la vista del árbitro Basile. Mucho menos que los dos centrales rivales (Alfonso y Ruiz), que lo perdieron en el segundo gol, no tengan ni un solo minuto en Primera. Martín Palermo empezó a calentar motores de cara a un semestre en el que Boca necesitará de sus goles para cristalizar en la red lo que pueda generar el circuito creativo del equipo. Dos goles, un fusilamiento para García desde los 12 pasos y un cabezazo en forma de palomita, para el 2-0 de los titulares en la primera práctica de fútbol en Casa Amarilla del ciclo Coco.
El último amistoso de la gira por Europa, ante el AEK en Atenas, marcó el puntapié inicial del 9 en materia de goles en esta nueva etapa. Se sabe que al Titán le cuesta un poco ponerse a punto en cada pretemporada. Por su físico y por su edad, tarda en lograr su mejor forma. Pero en ese partido se lo vio mejor que en los anteriores, más fino. Y ayer, en los 45 minutos que duró la práctica de fútbol, anduvo más participativo, más pivoteador, menos hombre de área que lo habitual. Seguramente, el Coco se habrá quedado conforme. Durante la gira, el DT había remarcado la falta de gol que sufría el equipo. Hasta que apareció "el goleador", como Basile suele llamar a Palermo desde su primera etapa en Boca.
En el penal (no hubo infracción de Gunino a Palermo), le rompió el arco a García. Su fierrazo de zurda rozó el travesaño y se incrustó en la red a una velocidad supersónica. Ni la vio el arquero ni muchos de los que observaban de afuera. En el segundo, Martín le puso el moño (o la cabeza) a una linda jugada que arrancó Riquelme, sacándose dos hombres de encima para abrírsela a Insúa, y que el Pocho decoró con un centro-asistencia preciso. La palomita del 9, arqueando su cuerpo y zambulléndose en el césped, cruzó el arco y entró por el primer palo.
Pero la buena noticia de los goles de Palermo que ya empezaron a venir no es el único motivo de satisfacción para Basile. Pese a la ausencia de varios titulares, como Cáceres, Medel y Battaglia (afectados a sus respectivas selecciones), y Paletta y Morel (con molestias), el nuevo Boca dejó una buena imagen. En especial, Ariel Rosada. El 5, el último refuerzo en llegar al club, actuó en el círculo central y se adueñó del mediocampo. Quitó, luchó, mostró presencia, fue a cubrir hacia los dos costados, apretó más arriba y también jugó. Una más que interesante producción como para darle otra alternativa en el medio a un Basile que lo tiene muy en cuenta. "Yo lo pedí. Me encanta", le dijo el miércoles a Olé.
Para destacar, también, la presencia de arriba de Forlin en el área rival, el despliegue de Insúa para retroceder y sobrepasar la línea de la pelota, la sobriedad de Sauro, algunas cositas de Román, el desborde de Mouche... Todo muy lindo pero el 9, como hizo ayer, la tiene que meter.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario