sábado, 26 de marzo de 2011

Falcioni cerró la práctica de la mañana.Tiros libres, movimientos, marcas y hasta la barrera.


Hay puertas cerradas. Una de las primeras del ciclo. Sin aviso, de la noche a la mañana. Del otro lado de los portones de hierro y las paredes de tres metros de altura, Falcioni para un equipo. El mismo por tercera vez en la semana. El que, más allá de no haber sido confirmado por el técnico en la conferencia de prensa, saldrá a jugar mañana ante Colón en Santa Fe.

Dice Julio César que a veces no puede probar como le gustaría y como lo hizo en sus anteriores equipos por la presencia de la prensa y las especulaciones que eso generaría. Por eso, desde que llegó a Boca puso restricciones a las notas con los jugadores luego de los entrenamientos pero mantuvo las puertas abiertas para respetar con una tradición que inició Carlos Bianchi. Esta vez, después de tres derrotas consecutivas y del partido que le pareció más flojo, el DT opta por poner el cerrojo.

Puertas adentro, igual, confirma los cinco cambios: entran Lucchetti, Calvo, Clemente, Somoza y Chávez; salen García, Monzón, Rivero, Battaglia y Mouche. El esquema es el mismo de los días anteriores, 5-3-1-1 cuando el equipo se defiende y 3-3-3-1 cuando pasa a posiciones ofensivas. La diferencia es que esta vez, sin cámaras, JC se muestra mucho más activo y desinhibido, moviéndose en los alrededores de Somoza, cortando el juego para hacer repetir una jugada o darle indicaciones a todos, incluso a un jugador hecho como Palermo. El que hace de árbitro, con una gorrita blanca con la visera para atrás, es su ayudante Omar Píccoli.

Después de 40 minutos de fútbol, cuando la jugada estaba en el área de la formación alternativa, el técnico interrumpió la práctica e hizo repetir un tiro libre en forma de centro. Así por más de media hora, de un lado, de otro, de frente al arco... Mouche y Araujo, los delanteros suplentes, y Clemente, Calvo y Somoza, los titulares que se habían quedado para defender, primero miraban parados desde el círculo central y al final terminaron recostados en el pasto...

Palermo, Caruzzo, Chávez, Cellay e Insaurralde son los que van a buscar al área, Riquelme manda el centro desde la izquierda y Erviti, desde la derecha. Cuando el tiro libre es más frontal, ellos dos también tienen preferencias por los mismos sectores para patear. A veces, como alternativa para el remate, a Román se le suma Cellay. Insaurralde y Chávez se paran en la barrera para tapar a García. “Buenísima”, grita JC cuando una pelota cae en una cabeza amiga.

Cuando llega a su fin el ejercicio en ataque, en el mismo arco entra a trabajar la defensa titular reforzada con Somoza y Palermo. Y en el arco cambia Lucchetti por García. Los que tiran los centros son los suplentes y ellos deben bancarse a Viatri, Mouche, Sauro y compañía. Y cuando parece que el trabajo con pelota parada llega a su fin, manda a Calvo, Insaurralde, Palermo, Somoza y Riquelme a la barrera. A descansar, sí, pero bancándose los pelotazos de los demás.

Todo, claro, a puertas cerradas.

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