miércoles, 23 de marzo de 2011
El silencio y las caras largas durante la práctica reflejaron el mal momento que vive el club.
El ánimo está por el piso.
Hay referentes multicampeones como Riquelme, Palermo y Battaglia. Hay veteranos de duras batallas y medallas obtenidas como Caruzzo y Cellay. Hay pibes que hace rato dejaron la pubertad como Javier García y Mouche. Hay novatos como Colazo. Hay hombres para todos los gustos y de todas las edades, pero todos se manifiestan de la misma manera: el silencio, parece, es salud.
El primer entrenamiento de la semana luego del porrazo durísimo que significó la caída frente a Olimpo se transmitió por varios canales de televisión, móviles en vivo incluídos, pero tuvo una particularidad: se registró en “mute”. No voló ni una mosca, diría Doña Rosa para graficar los más de 60 minutos que se pudo observar la práctica en la cancha principal de Casa Amarilla. Por eso, al menos en público, los jugadores dieron cuenta de que sintieron el impacto. Se los notó golpeados, abatidos y muy flojos de ánimo.
Falcioni separó a los titulares de los suplentes, como realiza en cada entrenamiento posterior al partido. En el regenerativo que hicieron al aire libre (antes habían estado en el gimnasio), los futbolistas que enfrentaron a Olimpo no hablaron, ni siquiera entre ellos, ni un “buena”, un “tomá”, no se oyó ninguno de los latiguillos habituales entre los muchachos. Hubo estricto silenzio stampa y, esta vez, sin que nadie lo ordenara.
Fue tal el silencio que en varias ocasiones se escuchó el ruido de los pases, algo que rara vez sucede en una práctica tan concurrida como la de Boca (aunque desde que está Falcioni los socios no pueden acceder). El que sí estuvo muy activo fue el PF Gustavo Otero. “Firmeza y seguridad en el pase”, “está bien este ritmo de actividad”, “vamos muchachos”, repetía el Profe a modo de arenga.
Se trató, sin dudas, de la práctica más difícil de afrontar para los jugadores desde que Falcioni asumió en Boca. En las últimas dos semanas, si bien también se arrastraban derrotas, el semblante estaba un poco más vigorizado. Se sabe, el correr de los días ayudará al grupo a envalentonarse y mentalizarse en que el partido ante Colón pueda transformarse en el despegue del equipo. Por ahora, continúan sin encender los motores.
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