martes, 8 de febrero de 2011
La semana arrancó para Boca con tres horas de entrenamiento, con el técnico muy encima de sus jugadores. Hasta le explicó a Riquelme cómo dar un pase.
Lunes 9.30.
Casa Amarilla. El plantel comienza la entrada en calor.
Lunes 12.30. Casa Amarilla. El plantel termina los ejercicios de elongación.
¿Qué pasó en el medio? Un entrenamiento muy movido, que duró ¡tres horas! y que combinó trabajos físicos y tácticos, para arrancar a full la semana más importante desde que Falcioni asumió en Boca. Serán seis prácticas antes del estreno oficial frente a Godoy Cruz y parece que Pelusa quiso que la motivación para sus muchachos empezara tempranito.
Acostumbrados a la dura rutina que proponía el Profe Gustavo Otero en Tandil, los jugadores no están sorprendidos de las cargas de trabajo. Por eso, lo toman con naturalidad. De hecho, hay un dato que los avala: luego del partido frente a San Lorenzo en Mar del Plata (el 29/1), debieron dormir durante el regreso en micro a la madrugada, y apenas arribados, desayunar y entrenarse.
Ayer, la mañana comenzó con un circuito físico, en el que hicieron algunas pasadas más varios ejercicios de fuerza. Luego, llegó el turno del gimnasio. No se salvó nadie. Riquelme se entrenó siempre a la par del resto y completó todas las tareas físicas. A las 11, recién, aparecieron las pelotas. El DT dividió al plantel (por un lado defensores; por otro, volantes ofensivos y delanteros) y armó un táctico. De un lado, Calvo, Caruzzo, Insaurralde y Clemente (la defensa titular) más Somoza como volante tapón, tratando de recuperar rápido la pelota frente al avance de un grupito de juveniles. En la otra mitad de cancha, Battaglia, Rivero, Colazo, Erviti, Román y dos duplas de ataque: Mouche-Palermo y Noir-Viatri, trabajando la posesión y la llegada por los costados, buscando que los futbolistas externos se muestren permanentemente como opción de pase. Fueron 90 minutos a puro concepto del DT. Hasta en un momento le remarcó a Riquelme cómo pasar la pelota. “Gol, hagamos los goles”, repetía a modo de arenga para que los jugadas terminaran como debe ser y los delanteros fulminaran a los arqueros Scapparoni y D’Angelo.
Así, se completó la primera mañana de la semana. 180 minutos sin parar. Dos partidos enteros transpirando. Se nota que Falcioni los quiere tener muy bien afilados...
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