miércoles, 9 de febrero de 2011

Falcioni pudo juntar por primera vez a sus 11 preferidos.


Tiene a Battaglia, Riquelme y Erviti, pero pierde al medio que rindió en el verano.

Es el equipo ideal. Con el que Julio César Falcioni sueña desde antes de asumir en Boca. Con Somoza y Erviti, dos refuerzos pedidos hasta el hartazgo. Con Battaglia, Riquelme y Palermo, tres históricos de peso. Con García en el arco. Con todos reunidos en un mismo campo de juego, para el mismo equipo. Es el nuevo Boca.

Tan nuevo es este equipo que puso Falcioni que ayer, a cinco días del debut oficial, fue la primera vez que lo paró íntegramente del 1 al 11 y eso es justamente lo que abre el interrogante sobre el rendimiento en un partido. El Boca que se posicionó como candidato no es el que va a jugar el domingo, porque cambiará el esquema (4-3-1-2 en lugar del 4-4-2) y dos o tres nombres no menores del mediocampo. Entonces, aunque los que entran predisponen al entusiasmo, todo está por verse...

Es por eso que en el ensayo táctico de ayer, Falcioni realizó un trabajo intenso para que esos 11 jugadores que nunca compartieron un mismo lado de la cancha empezaran a conocerse mejor. Ya habían interactuado Riquelme y Erviti sin los demás protagonistas, ahora fue el turno de la formación completa. En media cancha, con el equipo titular saliendo desde el fondo con el objetivo de mantener la posesión hasta la mitad, pero con la dificultad de jugar a dos toques. Enfrente se pararon los suplentes con Rivero, Noir y Viatri, entre tantos otros. “Uno, dos, tres, cuatro...”, repetía el DT, contabilizando los pases que lograban sus jugadores y arengando para lograr una salida prolija. Y hacía hincapié en que todos se movieran para mostrarse como opción potable.

En el segundo turno, los roles se invirtieron y los titulares pasaron a atacar. Ahí ingresó Lucchetti, pero atajó para los relevos. Así, la idea fue darle dinámica a la ofensiva y tratar de vulnerar a un equipo replegado, acaso un síntoma de lo que pueda ocurrir en la mayoría de los partidos del campeonato, sobre todo en la Bombonera.

A diferencia del lunes, esta vez el entrenamiento no duró tres horas, pero tuvo la intensidad buscada por el entrenador. Y le dejó la satisfacción de poder probar in situ a sus predilectos. Y más allá de que el DT todavía no definió si utilizará el 225 por Erviti, si llegara a hacerlo tendría en el campo a su formación ideal. Al nuevo Boca. Al que tanto promete y al que todavía no se pudo ver en acción...

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