domingo, 30 de enero de 2011
Ramón lo mandó al exilio y Rivero lo mandó a... Partidazo del Burrito: gol, asistencia y mucho sudor. Boca borró al Ciclón, ganó la Copa e ilusiona...
Sí, tenía que ser así. Después de una salida como la que tuvo de San Lorenzo, no por bajo rendimiento sino por una cuestión de gustos de Ramón Díaz y por un conflicto originado en juegos nocturnos de póker, Diego Rivero tenía que hacer lo que hizo anoche. Es una de esas leyes del fútbol. Tenía que meter un gol y ser una de las grandes figuras ante su ex equipo. Tenía que desquitarse, tomarse revancha. Y, aunque públicamente nunca manifestó nada contra el Pelado, el grito contenido, atragantado sin poder escapar, apretando los dientes, dijo mucho más que cualquier festejo descontrolado. Y Julio César Falcioni tuvo en él a su par de ases y formó su escalera real de color, el mejor juego posible en el póker.
Sin posibilidad de jugar el partido por los puntos ante San Lorenzo por una cláusula en el préstamo (canje por Matías Giménez pero con opción de compra), Rivero sabía que sólo iba a contar con esta oportunidad de enfrentar a San Lorenzo y, por más que había anunciado que no festejaría un gol, parece que sí quiso aprovechar este cruce para demostrar su valor. Y a los 15 minutos, a la salida de un córner en el que se quedó para la contra con Chávez y Mouche, arrancó atrás del círculo central, pasó en velocidad por el medio de dos rivales, la pelota le jugó una mala pasada y se le fue larga, pero San Román despejó para donde avanzaba Mouche y después del desborde, el mismo Rivero entró por el medio y se metió con pelota y todo dentro del arco.
No terminó ahí la noche del Burrito. Enseguida, a los 19 minutos, Viatri lo vio venir por la media luna del área, Rivero probó de afuera y se le fue muy cerca. Y a los 28, encabezó una nueva contra como en el primer gol y cuando el pase obvio era para Mouche que le picaba a su lado por la derecha, se la cruzó a Colazo a la izquierda y llegó el segundo gol. En el arranque de esa jugada, a toda velocidad, más de un hincha de San Lorenzo se habrá preguntado por qué se decía que el Burro estaba mal físicamente...
Parado como doble cinco por izquierda, entre Somoza y Colazo, Rivero manejó la pelota, inició las contras y distribuyó bien. Y aunque no fue uno de los jugadores pedidos por Falcioni, ante las lesiones de Battaglia y Riquelme, más la demorada llegada de Erviti, debutó ante River, volvió a jugar anoche y abrió un interrogante: ¿cómo hará el DT cuando tenga a todos a disposición? Por ahora, el Burrito se ríe del affaire póker y también cuando Battaglia le pregunta si trajo las cartas, y a la vez demuestra que vale un par de ases. Mirá que Burro que era...
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