jueves, 3 de febrero de 2011
Otra vez Palermo apareció en el superclásico para aprovechar un error del arquero y empatar un partido que venía chivo en el arranque.
Con el 1-1 en Mendoza, el Boca de Falcioni terminó invicto en los amistosos y cerró con otra copita. Y River, sin triunfos.
Fue una jugada, un error de principiante, un pecado de juventud pero que terminó siendo determinante. El River mendocino que paró Juan José López para intentar quedarse con el segundo superclásico del año, el último del verani, le estaba dando un mini baile al Boca armado y metedor de Falcioni. Pero todo duró hasta el minuto 25 en el que Chichizola le regaló el empate a Palermo. El Loco, en su hábitat natural, se encontró con una pelota que rebotó el arquero de River y la mandó adentro. Hasta ahí, Boca era una sombra del equipo de Mar del Palta y River era la contracara del que se fue derrotado en el Minella, el sábado 22. Pero la historia y el final en la ciudad del sol fue la misma que en la Feliz. El Súper fue empate, pero la sonrisa y la tranquilidad se las lleva Boca, que se quedó con la copita. Apenas un gol en el verano, no perdió ninguno de los dos derby y encima le dejó un futuro de mayor incertidumbre al Millonario. Sin Carrizo y con un semestre en el que jugará mucho más que 19 finales, le espera más que un verano de locos, un torneo para el infarto.
Había hablado mucho Juan José López luego de la caída en Mar del Plata. El Negro pidió saldar la deuda con el hincha y así lo hicieron sus jugadores. Almeyda tomó la bandera y se hizo dueño del medio. El se encargó de contagiar a Lamela para llevarse por delante a Boca en el arranque. Pavone se metió entre los dos centrales del equipo de Falcioni y los complicó con cada pelota aérea. El equipo de Falcioni no hizo pie en ese primer cuarto de hora y tanto fue así que en la primera pelota cruzada Clemente lo perdió a Pavone y el goleador se metió con pelota y todo al arco. River se puso arriba rápido pero fue por más, lo desbordó por las bandas y le generó dos chances claras que el pibe García, figura, controló. Pero el centro de Colazo, el error de Chichizola y la definición de Palermo cambiaron la escena de Súper y desnudaron un River flojo de temperamento y agigantó las virtudes del Boca versión Falcioni. Los roles se cambiaron, el protagonista fue Boca y el Millo de a poco fue desapareciendo del partido y hasta pudo irse en desventaja. Pero Boca no encontró el camino para el gol, no pudo confirmar en la red las insinuaciones y por eso se fue al descanso con el empate.
La segunda parte casi no se jugó. River terminó siendo preso de sus temores, jugó cuatro partidos en el verano y no ganó. "No nos subestimen, vamos a llegar bien al 13", dijo Almeyda. Prefirió no arriesgar demasiado y aferrarse a un empate que al menos no lo dejaba zapatero en el derby. Juan José López sacó a Buonanotte y cerró el partido, Boca se cansó y revoleó la pelota. El tiempo se consumió, cada uno se fue con su realidad y pensando en lo que viene. La postal del final con Palermo sonriente levantando la copa y Almeyda (casi mete un golazo cuandoe staban 1-0, pateando de lejos, de emboquillada) masticando bronca es una buena pintura para lo que viene. Boca se armó para pelear el campeonato, River para resistir y permanecer . El tiempo confirmará si ambos cumplieron con su objetivo…
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