domingo, 28 de junio de 2009

Hoy se cumplen ocho años...


La noche de la Cruz Azul y Oro...Un 28 de junio pero de 2001, Boca se consagraba campeón de la Copa Libertadores por cuarta vez en su historia. Te invitamos a recordar esa noche gloriosa.
La Era Bianchi estaba en su mejor momento. Boca venía de un Bicampeonato local, de una Libertadores y de la Intercontinental con el Real Madrid. En la Copa de 2001 había que refrendar todos los éxitos logrados y para ello se había mantenido prácticamente toda la base del equipo. El comienzo en el certamen había sido alentador al igual que las Fases subsiguientes. Y el estilo de juego también. Se acababa de eliminar a Palmeiras en San Pablo y en la Final se topó con un muy buen conjunto mexicano: Cruz Azul.



El partido de Ida, en el imponente Estadio Azteca, había terminado con un triunfo Xeneize por 1 a 0 con gol del ‘Chelo’ Delgado que hacía presagiar que nada ni nadie le iba a poder quitar la Copa de las manos. Claro, el Diablo metió la cola y hubo que sufrir hasta el último suspiro. Quizás, así tenía más gustito.



Ese 28 de junio de 2001, Bianchi eligió para jugar la segunda Final en la Bombonera a Córdoba; Ibarra, Bermúdez, Matellán, Clemente Rodríguez; Villarreal, Serna, Traverso; Riquelme; Walter Gaitán y Delgado. Del otro lado, las figuras destacadas eran el ‘Conejo’ Pérez, Palencia y José Saturnino Cardozo.



En el primer tiempo, los mexicanos sorprendieron con un juego atildado, vistoso y rápido. Y a los 42’, ‘Paco’ Palencia silenció lo que hasta ahí era una fiesta en las colmadas tribunas cuando tras una buena jugada colectiva empujó la pelota a pocos pasos del arco de Córdoba para abrir el marcador e igualar la serie.



Boca, tocado en su amor propio, salió con todo en aquella segunda etapa. Fue y fue aunque le costó. Faltando pocos minutos, Traverso reventó el travesaño y la cosa parecía estar sellada. No hubo caso, la bocha no quiso entrar y una nueva definición por penales ponía a todos los Xeneizes con el corazón en la mano.



El primer en patear hacia la valla que daba a la Doce fue Riquelme quien con un exquisito disparo puso el uno a cero. Después, empató Palencia y Serna ajustició a Pérez. Córdoba empezó a repetir lo que había hecho un año antes en el Morumbí ante Palmeiras (y también en la Semifinal de hacía dos semanas) al contenerle el tiro al chileno Galdames y Delgado aprovechó para poner las cosas tres a uno. Llegó el turno del mexicano Hernández pero su remate se fue muy lejos. Así, Boca quedaba a un pasito de una nueva hazaña. El ‘Patrón’ Bermúdez acomodó la pelota para convertir y darle una nueva Copa a Boca, tal como había ocurrido en la Final anterior. Pero, lamentablemente, su disparo rebotó en el travesaño. Todavía quedaba algo más de suspenso.



El brasileño Pinheiro tenía la responsabilidad de marcar para no quedar afuera pero apenas lo vio a Córdoba deberá haber recordado todas las proeza del colombiano para con los penales. Es que su tibio remate salió desviado y, ahora sí, todo el pueblo Xeneize comenzó a festejar.



Era el Tetracampeonato de América pero también era la ratificación de un ciclo glorioso y espectacular. En apenas tres años se habían conseguido dos Torneos locales, una Intercontinental y esta era la segunda Libertadores. Exactamente igual que hacía más de veinte años con el ‘Toto’ Lorenzo. La historia volvía a repetirse. El orgullo de ser de Boca, también.

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