lunes, 29 de junio de 2009

"Mi corazón siempre dijo Boca, pero..."


Vargas se fue y le dejó su mensaje de amor a la gente. Partió "obligado por asegurar el futuro de la familia".
Es duro irse de Boca". Fabián Vargas nació en Bogotá, pero siente en La Boca. La billetera en versión seguridad económica familiar, dice, lo obligó a aceptar los tentadores euros que llegaron del Almería, de España. Antes de partir, con Olé de intermediario, le dejó sus sensaciones a la gente de Boca.

-¿Cómo estás?

-Siempre me sentí como en mi casa. Es un club muy especial, al que le tenés que entregar todo pero también te da todo. Lo que me hicieron vivir los hinchas es lo mejor que me pudo haber dado el fútbol. Esa gente es algo único en el mundo. Nunca me voy a olvidar la sensación que se siente al pisar la Bombonera. Soy un agradecido a Dios que puso a Boca en mi camino.

-¿Qué fue lo que te decidió a cambiar?

-A ver... el año anterior viví la misma situación que ahora. Y tanto aquella vez como ésta no especulé con quedarme con el pase. Siempre he sido recto en todas mis cosas y durante los años que estuve en el club jamás tuve un problema. Mi deseo era continuar en Boca y hasta diría que con mi esposa estábamos convencidos de que este país era nuestro lugar en el mundo. A mediados del 2008 nos sentamos con los dirigentes, encontramos una solución y firmé contrato por un año.

-¿Y por qué ahora no se pudo hacer lo mismo?

-Lo primero que tengo que decir es que entiendo perfectamente la posición del club. La crisis económica que vive el mundo los condiciona a todos. Mi corazón siempre dijo Boca, pero uno es profesional y tiene la obligación de asegurar el futuro de la familia. Y con todo el dolor del alma tuve que tomar ese camino. También es una realidad que siempre soñé con tener una posibilidad en Europa. Tengo 29 años y sin pasaporte comunitario no iba a ser fácil que apareciese otra chance.

-Tuviste un muy buen semestre, pero para el equipo fue de los peores.

-Realmente no nos salieron las cosas. Jamás pudimos encontrar un nivel parejo de juego. Y cuando no podés manejar los partidos, cuando el equipo no está firme, disminuyen las chances de conseguir cosas importantes. Pero estoy convencido de que es una circunstancia pasajera.

-¿Cuánto incidió en el rendimiento del equipo las divisiones internas?

-En la vida misma es normal que haya distintas afinidades, gente con la que te llevás mejor o compartís determinados gustos. Creo que el tema cobró una exagerada dimensión en la prensa. Se plantearon situaciones más graves de lo que realmente sucedió. Pasaron cosas que son habituales en todos los grupos, pero que simplemente se solucionan hablando. Incluso, con el mismo marco, este plantel se cansó de ganar. Pero lo importante de este grupo es que en la cancha tiramos todos para el mismo lado.

-De todos los técnicos que tuviste en Boca, ¿a cuáles rescatás?

-Obviamente al profe Bianchi. Fue quien me trajo a Boca y el que me sostuvo hasta que logré afirmarme. Tampoco me puedo olvidar del profe Ischia. Me devolvió la titularidad y me hizo sentir pieza importante. Pero también soy agradecido al Chino, a Brindisi y a Coco, porque siempre me dieron chances.

-¿Pensás en un regreso?

-Creo que dejo un buen recuerdo. Cada vez que entré a la cancha puse todo por el club. Siento que tengo la puerta abierta.

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