jueves, 3 de marzo de 2011

Falcioni ensayó un táctico con un medio que lo seduce: Rivero, Battaglia, Erviti y Colazo. La pelota giró alrededor del ex Banfield.


Al final, la sinovitis le hizo un guiño al 4-4-2. La lesión que sufrió Riquelme y que lo dejó out para el domingo le cayó como anillo al dedo a Julio César Falcioni para volver a utilizar su esquema preferido. Ayer, en el trabajo táctico, el DT armó el mediocampo que más lo seduce. Con Rivero y Colazo como carrileros y con Battaglia y Erviti de doble cinco. Sin Román, esta vez JC se dará el gusto de poner a su jugador fetiche en el puesto en el que tanto le rindió en Banfield. Por adentro y como encargado de la conducción del equipo. Sin Román, Erviti será el que dirija la batuta, el que marque los tiempos. Sin Román, no habrá un enlace clásico y sí una línea de cuatro volantes que corran e intenten jugar.

La semana pasada, para el 0-0 contra All Boys, Falcioni no sólo había prescindido de los servicios del 10 sino también de Erviti, el jugador por el que tanto había insistido en el verano. El, al menos, fue al banco y entró en el segundo tiempo (Román, ni eso). En el rato que ingresó por Somoza (no jugará ante Vélez por un acuerdo de palabra entre los clubes), el ex Banfield trató de hacer lo que hacía en el club donde salió campeón con Falcioni. Se movió por adentro, hizo circular la pelota, aunque no pesó demasiado. La idea, para el choque contra Vélez, es que tenga más protagonismo, y desde el inicio. El esquema predilecto del entrenador no contempla hoy la chance de que Erviti y Riquelme (más allá de su lesión) jueguen juntos. Por la izquierda, Colazo ha rendido más y el técnico ya le hizo esta observación a Walter. De ahí, su idea: darle rodaje en la posición que mejor anduvo, en la del doble cinco.

Para contrarrestar la habitual presión de Vélez, Falcioni armó ayer un partido de 11 contra 11 pero sólo utilizando la mitad de la cancha. Desde un arco hasta el círculo central. Primero se buscaba posesión, y luego precisión. Tocar, jugar de primera. En esa tarea, a Erviti se lo vio bastante activo.

Luego, el DT invirtió los roles sin modificar la dimensión del terreno. Los suplentes pasaron a defender y los titulares debían convertir. El objetivo, en ese caso, era intentar generar espacios para lograr situaciones de gol. Ahí, Erviti volvió a tener una participación importante.

Cuando llegó a Boca, en una reunión con Ameal, Falcioni habló de un equipo que girara en torno a Román. La sinovitis y el estado físico general del 10 (no apto para jugar, según la observación del cuerpo técnico) no sólo le hacen un guiño al 4-4-2. También a Walter Erviti.

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