sábado, 5 de marzo de 2011

El DT y el 10 hablaron a solas y bajaron la tensión a favor de una convivencia útil en la que habrá pautas de trabajo consensuadas.


No van a andar a los abrazos, pero...

En una historia repleta de celos, disputas, poder, egos, autoridad, traiciones y demás componentes nocivos, el capítulo de ayer pareció el más sano: la tregua propuesta entre Falcioni y Riquelme asoma como un acto de cordura y racionalidad considerando la coyuntura habitualmente en ebullición que rodea al club. “Por el bien de Boca”, se podría titular la conclusión que dejó la reunión privada que mantuvieron ayer el técnico y el jugador en el vestuario de Casa Amarilla.

La escena sacudió una mañana que hasta el momento venía tranquila. Mientras el resto del plantel trabajaba en la cancha tres bajo las ordenes del preparador físico Gustavo Otero, el DT se fue rumbo a los camarines. Allí se encontró con Román e iniciaron la charla que, anhelan dirigentes, compañeros y todos los que gustan del escudito azul y oro, pueda otorgar algo de calma y ayude a conseguir mejores resultados.

El que rompió el hielo fue Falcioni. De movida, le aclaró que su intención no es perjudicarlo, que la meta del cuerpo técnico siempre fue que encontrara su mejor forma y que no llegó al club a tener problemas sino a cumplir su gran sueño: salir campeón. El 10 escuchó atento y también retrucó: le dijo que había sentido que el sábado pasado, en el famoso entrenamiento de dos horas, lo habían sobreexigido. Rápido de reflejos como en su época de arquero, el entrenador le explicó que todos los trabajos que él realizaba, tal como lo expresó el PF Otero, habían sido consensuados con Jorge Bombichino, su kinesiólogo personal. Al final, acordaron calmar los ánimos y bajar los decíbeles para no perjudicar al grupo.

El primero en mostrar los resultados de esta nueva convivencia que se plantea fue el técnico. Y lo hizo a través de una fuerte declaración pública: “Nosotros desde el primer día qusimos tener al mejor Román y si eso no se produjo en los partidos con Godoy Cruz porque el equipo no funcionó, fue por incapacidad en mis decisiones, no por el mal funcionamiento. Después, tratamos siempre de ayudar, de provocar trabajos, momentos y situaciones, para que cada uno pueda rendir. Para eso estamos capacitados, es nuestra misión acá adentro. Hemos venido a potenciar a los jugadores que tenemos”. Clarito. Además, defendió a Otero y contó que en algún momento su Profe se sentará a hablar con Riquelme para aclarar los tantos.

Desde arriba también se bajó línea para lograr una brisa de paz. Juan Carlos Crespi, el vicepresidente segundo, charló con las partes y pidió no exponer las diferencias internas por el bien de Boca. Manifestó que todos debían comprender que el club está por encima de los nombres y de los hombres.

¿Cómo seguirá esta historia? El poco feeling que tienen Falcioni y Román será la barrera que los mantendrá separados, pero la idea es que la convivencia se torne más armónica. En el día a día habrá diferencias: la palabra de Román tendrá más valor para consensuar qué ejercicios realizar, considerando la patología de su rodilla. A ver: Román no definirá la rutina de trabajo, pero serán escuchadas sus sensaciones. ¿Cómo está el 10? La rodilla sigue hinchada, aunque él dice sentirse mejor y los médicos esperan que el lunes baje la inflamación.

La tregua ya está en marcha. Sólo queda que los protagonistas de esta historia la respeten...

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