jueves, 9 de junio de 2011
Julio Falcioni le pidió a Palermo que siga hasta fin de año.
El DT lo quiere para equilibrar la difícil convivencia con Riquelme. Por ahora no lo pudo convencer, pero...
Yo veo que estás para seguir jugando un tiempito más. Todos queremos que así sea”.
Ya venía con ganas. Había dicho que en algún momento lo iba a hacer. Sólo le faltaba decidirse, dar el paso adelante y decírselo a él en persona. Y ese día llegó: Julio César Falcioni puso su mejor cara, sin perder la seriedad, gesto fiero por naturaleza y voz algo carrasposa, se le plantó delante a Martín Palermo y le pidió que siguiera siendo fubolista por lo menos seis meses más. Y, aunque lo notó muy seguro de su decisión de retirarse el domingo 19 contra Gimnasia en el Bosque, el técnico no pierde la esperanza.
Falcioni sabe como nadie la importancia que tiene el Loco dentro y fuera de la cancha. A medida que pasaron los partidos y se fue metiendo a fondo en el Mundo Boca, pudo confirmar algo que antes sólo intuía. “Hablamos con él, pero es una decisión personal”, reconoció ayer el DT. Y enseguida agregó: “Sería muy bueno que siguiera. Su presencia podría ayudar mucho si se logra la clasificación a la Copa Sudamericana”. También varios dirigentes le pidieron lo mismo al goleador histórico y también se lo hicieron personalmente.
La posibilidad de que el Loco siga hasta diciembre todavía parece muy lejana. A diferencia de lo que pasaba a fin de año e incluso hasta hace unos meses, se muestra convencido más que nunca de dejar de caminar por la vida en botines. Ya habla con seguridad de lo que va a hacer una vez que se retire (admite la importancia que tuvieron sus charlas con Mara, la psicóloga del club), del tiempo que quiere tomarse antes de convertirse en técnico y también del partido despedida previsto para fin de año. Y su físico, a los 37 para 38, viene sintiendo las lesiones sufridas durante su carrera.
Por la vigencia que demuestra, con goles en cinco de los últimos seis partidos y el profesionalismo para entrenarse que suele destacar el propio Falcioni, es que lo quieren retener. Pero no es la única razón: lo consideran una pieza clave dentro del vestuario para mantener el equilibrio y también una banca importante para este cuerpo técnico. Con el apoyo durante la racha de diez partidos sin goles, JC se ganó la fidelidad de Palermo que más de una vez se hizo pública. “Más no le puedo pedir”, suele decir el goleador de su último entrenador.
En el otro extremo, también sabe Falcioni, se ubica Riquelme. La relación entre el 10 y el DT es una especie de matrimonio por conveniencia, que se mantiene unido por el bien de Boca a pesar de las diferencias ideológicas y de formas. Y, en consecuencia, el técnico no quiere ni imaginarse lo difícil que podría ser su vida sin Palermo en el vestuario. “En el semestre que viene se va a cargar al técnico, al presidente y al club”, opinan en las sombras las voces opuestas al 10. El DT no quiere correr el riesgo de esa posible tragedia. Y la salida que ve es una sola: que siga el Loco. Hacelo por mí...
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