domingo, 17 de abril de 2011
Sauro y Ruiz, zagueros de la cantera y con altura, serán parte de una defensa inédita. El DT se la juega hoy vs. Tigre.
Tienen 21 años. Nacieron en la ciudad de las mujeres más lindas del país. Son amigos íntimos. Su timidez se percibe apenas se enciende el grabador. Ahora, Gastón Sauro y Enzo Ruiz pueden agregar un elemento más a su lista de similitudes: reaparecer, en la temible Primera de Boca, juntos y apretaditos, en un momento caliente.
Obligado por las bajas de Cellay (lesionado) e Insaurralde (suspendido), Falcioni apuesta a dos zagueros de la cantera para un partido clave y de sesudo análisis: luego de observar durante la semana varios videos de Tigre, el DT pondera el poderío aéreo del rival y por eso entiende que la altura de Sauro (1,90) y Ruiz (1,83) puede ayudar en las pelotas detenidas y en los envíos por aire.
Así, condicionado por los pobres resultados (cinco derrotas sobre nueve partidos disputados) JC se la juega por dos pibes que son conscientes de la responsabilidad. “El técnico todavía no confirmó el equipo, pero sería muy lindo jugar juntos”, dice uno, asiente el otro, sin necesidad de diferenciarse. Y coinciden, también, en el diagnóstico: “Boca es muy exigente y hay que tratar de estar a la altura de las circunstancias”.
El pasado también los unió. Sauro nació marcador central y los primeros pasos los dio en Newell’s, pero a los 11 años la gente de Boca le puso el ojo y el rubio no dudó: mostró su carácter y decidió viajar solo a Buenos Aires todos los fines de semana para jugar en las categorías Infantiles. “No fue una decisión simple, pero mi familia me apoyó y yo asumí el compromiso. Quería jugar en Boca”, cuenta ahora Sauro, ya afianzado en el plantel profesional, aunque sin continuidad. Sólo lleva disputados 12 partidos. En el receso, de hecho, estuvo a punto de irse a préstamo, pero finalmente se quedó y siguió luchando por un lugar. La de esta tarde, al cabo, será una posibilidad para demostrarle a Falcioni de que puede confiar en el recambio de la defensa.
Ruiz, por su parte, es un mediocampista devenido en defensor que acumula tres encuentros con los más grandes. Debutó el 6/11/2010 bajo la tutela de Claudio Borghi, frente a Argentinos. Su historia deportiva la relata él en primera persona: “Arranqué en Unión y Fuerza del barrio República de la Sexta, luego pasé a Central Córdoba. Era volante central y me daba placer estar en contacto con la pelota. Cuando Griffa abrió su Academia, me decidí y fui. En la primera práctica me encaró y me dijo: ‘Colorado, jugás bien, pero tenés que ir atrás’. Yo no quería saber nada, pero mi viejo me dijo: ‘Hacele caso que sabe un montón’. Y aquí estoy”.
Y acá están, los dos, sí, a horas de un compromiso trascendental en una Bombonera que se intuye una caldera si el equipo no arrasa de entrada. Pero ellos no se achican. Y tienen receta. Dice Sauro: “Es fundamental estar ordenados y concentrados los 90 minutos. A los delanteros hay que tratar de anticiparlos, de no dejarlos dar vuelta, porque al mínimo error sacás del medio”. Completa Ruiz: “En nuestra posición hay dos grandes secretos. Tomar la marca y no perder la concentración”.
La casa está en orden.
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