miércoles, 30 de marzo de 2011
Falcioni lo confirmó para Estudiantes y Palermo empezó a pinchar: ayer metió cinco goles. Titán.
Gol, gol, gol, en tu cabeza hay un gol...
En silencio desde el martes pasado, cuando llamó a la unidad del dividido Mundo Boca, Martín Palermo habla con su inconsciente. Repite, machuca, insiste. Y pide. Que el domingo, cueste lo que cueste, el domingo la tiene que meter. La semana ya la arrancó con el pie izquierdo. Sí, izquierdo. Y cargadísimo. Y haciendo equilibrio.
Acaso una devolución de gentilezas a Falcioni luego de que el técnico confirmara ayer la titularidad del Titán (“Con Palermo no tengo dudas”, avisó el DT), Martín se despachó con ¡cinco goles! en la práctica de ayer. Fue un picado muy informal, sí, de cinco jugadores por equipo, también, pero ¿quién le quita lo bailado a este animal en sequía? Ocupando buena parte del ancho de la cancha y en compañía de Chávez, Somoza, Colazo y Caruzzo (enfrente estuvieron Calvo, Cellay, Clemente, Erviti e Insaurralde) a Palermo se lo notó afiladísimo en el ensayo que organizó el cuerpo técnico. Siempre de zurda, convirtió cinco de los seis goles de su equipo. Nada lo pudo frenar, ni siquiera que el partido se jugó con arcos muy chiquitos, de ésos que no llegan a los 100 centímetros de ancho. ¿Un detalle, no? Consciente de las críticas y de los cuestionamientos, Palermo sabe que quedó en el eje de debate, luego de otra mala actuación, en este caso en Santa Fe, y de que su racha negativa se extendiera a 684 minutos sin ninguna flor (su última conquista fue en la 19° del Apertura, a Gimnasia). Las estadísticas, irreprochables para el máximo goleador de la historia de Boca (230), esta vez le juegan en contra: según los puntajes, es el tercer peor jugador del torneo (3,79, detrás de Defederico, de Independiente, y de Fuentes, de Newell’s) habiendo sido titular en los siete encuentros. Incluso, está a uno de igualar su registro más bajo sin goles (8 partidos). Por si fuera poco, la ratificación de que el domingo habrá repetición de equipo y sistema pareciera perjudicarlo, fundamentalmente, por lo que se observó frente a Colón. Sin embargo, Falcioni valora su profesionalismo y los aportes que muchas veces no se ven desde la tribuna: el juego aéreo defensivo, el pivoteo y la preocupación que genera en los rivales. El problema es que este esquema expone su escasa movilidad y así el 9 queda rehén del dibujo y víctima de la falta de abastecimiento. Pero... Siempre hay un pero en la eléctrica vida de Palermo: el que se viene es el poderoso Estudiantes. Curiosamente, su club de orígen es uno de los más vacunados (9 goles) por este gigante dormido que, tal vez, se despierte el domingo...
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