lunes, 24 de enero de 2011
Falcioni invita a la alegría. Dice que la gente está “contenta y protegida” por un “buen equipo”. Igual, pide mesura.
El hincha de Boca va a estar contento. Se sintió feliz y protegido por un buen equipo, que se la jugó en todo momento. Ese hincha, en donde esté, en la oficina, en el trabajo, con el vecino, en el balneario, en el pasillo... El hincha de Boca se puede reír. Eso a nosotros nos da mucha alegría y felicidad”.
Ja, ja, ja. La risa es bella. Disfrutala. Gozala. Vivila. Sentila. Estás autorizado. Lo dice el hombre de la cara de perro...
Hay motivos. Hay argumentos. Hay esperanza. Sobra fe. Reíte...
Cuando las esquirlas de la derrota todavía le duelen a River, en Boca disfrutan su propio pre-carnaval. Aunque lo “importante es el 13 de febrero”, según se lee en el mensaje unificado que comparten dirigentes, cuerpo técnico y jugadores, la primera victoria superclásica del año ayudó a endulzar la preparación y terminar la pretemporada en Tandil con una sonrisa. Y reíte un poquito más...
El padre de la criatura que ya se sacó los pañales y está aprendiendo a caminar pide mesura. Tiene razón. Apenas 180 minutos triunfales no alcanzan para bajar el martillo y sentenciar que Boca se transformará en un hueso duro de roer, pero a la prolijidad y solidez que había exhibido ante Independiente, le agregó espíritu para superar al rival de toda la vida. Y eso se valora. “La chapa la sacan los jugadores. Nosotros estamos de la línea para afuera. Lo que vale es el esfuerzo de los jugadores, la entrega en el entrenamiento, la concentración en cada situación de trabajo táctico y el esfuerzo en la cancha”, se quita méritos el DT y endulza los oídos de sus muchachos: “Es muy bueno el esfuerzo y las ganas del grupo tratando de agregarle cosas a su potencial técnico. Cada cosa que le agreguemos y se pueda usar dentro del campo de juego para sacar un beneficio para el equipo es buena. Yo rescato el esfuerzo que hicieron en estos 15 días que estuvimos de pretemporada, haciendo una puesta a punto importante. Estamos tratando de colocar a Boca en el lugar que se merece y el esfuerzo de los muchachos así lo demuestra”. Dale, seguí riéndote...
En cada declaración que entrega, Pelusa aprovecha para combinar la dosis exacta de pimienta y respeto. Así, desde que llegó repite que está en el club más grande de la Argentina y también aclara que la buena onda inicial no debe quedarse sólo en un amor de verano. Es el director de la orquesta y el encargado de ir marcando los ritmos. “Lo importante es que todos estén comprometidos, que estén enchufados, que todos sigan peleando para hacer un Boca mejor”, afirma con la intención de estimular al plantel completo y resaltando las virtudes de sus hombres, los que le permiten erigirse como uno de los pocos entrenadores de la era moderna de Boca que debutó pulgar arriba en un superclásico de enero y, de yapa, con la valla invicta en los dos amistosos. “Me pone contento que avanzamos despacito, pero estamos bien”, resume su felicidad en el día después. Y se va. Con una sonrisa...
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