martes, 25 de enero de 2011

El presidente de Banfield está dispuesto a escuchar a Ameal por el caso Erviti. Boca hará un intento fuerte.


Para que Erviti se vaya de Banfield tiene que llegar una oferta superlativa. ¿Está claro? Su-per-la-ti-va”.

Son las siete y media de la tarde de un lunes muy caluroso en Buenos Aires. En Mar del Plata la brisa acompaña un atardecer ideal. Del otro lado del teléfono, el que levanta temperatura es Carlos Portell. El presidente de Banfield es tajante en el diálogo con Olé . “Hay cosas que tienen precio y cosas que tienen valor. Y Erviti tiene valor”, explica. ¿Y cuál es el valor de Erviti? “No, yo de números no hablo”, se excusa. Y repite, casi a modo de monólogo: “Si la oferta es superlativa, se la trasladaré a la Comisión Directiva del club. Por supuesto que voy a escuchar lo que me proponga Boca. Si no, sería un maleducado”.

Se acerca fin de mes y la noticia sobre la novela del verano no ha modificado su curso: el mediocampista se entrena en Banfield y Boca hará una nueva oferta que deberá satisfacer el hambriento apetito del Taladro. Los 2,5 millones de dólares que escuchó Portell en un primer momento son insuficientes. Ahora, cuentan, Boca acercaría una propuesta más tentadora, que podría llegar a incluir a algún futbolista (¿Escudero?) en la operación. De movida, en Banfield habían aclarado que no querían jugadores a cambio, pero tratándose de uno de jerarquía como el Pichi, en Boca piensan en que los podrían aflojar.

Así, sólo resta saber cuándo se concretará el esperado encuentro entre Ameal y Portell, quien regresará hoy de la Costa. La semana pasada, Jorge Amor se comunicó con su par de Banfield para preguntarle los motivos de sus ofensivas declaraciones y quedaron en juntarse cara a cara para limar diferencias. Sin “día ni horario arreglado”, según Portell, aunque seguramente el meeting se llevará a cabo en estas horas. Ahí, Ameal aprovechará para refrescar la negociación y tratar de seducirlo con una buena cantidad de billetes verdes. Tal vez, los casi 800.000 dólares que recibirá como resarcimiento por el adiós prematuro de Medel al Sevilla ayuden a estirarse.

Mientras tanto, el zurdo sigue practicando con Banfield. Su deseo es jugar en Boca y su relación con el pope del Taladro está “terminada”, según su propio diccionario. De esta manera, la presión que ejerza el jugador puede servir para forzar la salida, aunque parece que Portell se mantiene firme. Habrá que ver si los billetes de Boca le mueven el piso...

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