jueves, 29 de julio de 2010

Por qué lo que tendría que haber resultado sencillo se enredó tanto


El ídolo salió a quejarse más de una vez, los dirigentes respondían sin claridad, el ídolo igual pasó amistosamente a visitar a Borghi y al plantel por un entrenamiento en Pilar, después se enfrentó mediáticamente con Borghi, también dijo que la oferta le daba risa y cuando le mandaron otra le molestó que haya sido por e-mail, Ameal tuvo que llamar a conferencia para aclarar lo que era imposible de aclarar, Borghi bajó del avión bajo efectos de psicofármacos y metió más la pata, el ídolo salió al cruce de nuevo. Todo esto -está claro- rozó el caos.

Así y todo, en el momento de mayor tensión y cuando la crisis ya había involucrado hasta al nuevo técnico, Riquelme eligió cerrar el conflicto. No aclaró si algo había cambiado de su fuerte protesta del domingo a la medianoche hasta ayer por la mañana. La mejora ya se la habían enviado el viernes por mail y él, después de eso, igual se había mostrado molesto. Los cuatro años de contrato, el pase incluido en los 5.000.000 más 500.000 de un eventual partido despedida y el tope de cinco pesos en la cotización del dólar al final del 2014 se mantienen igual hoy como hace cinco días. Lo que pasó, entonces, fue que ahora el 10 cedió. “Lo hicieron entender”, dijeron en el club. “El tema del tiempo está arreglado y lo económico nunca fue un problema, sólo quedan algunas cuestiones de papeles. Seguramente todos esperábamos que las cosas se solucionaran más rápido. Lo que pasó durante estos dos meses fueron cosas de trabajo. Yo nunca tuve duda de que iba a hacer todo para quedarme en mi club. Esta es mi casa”, explicó él, ya conciliador, en TyC Sports.

“El lunes a las ocho de la noche mi representante tuvo una charla con los dirigentes y hablaron lo que tenían que hablar. Esperemos que estos días podamos estar todos felices”, agregó el propio jugador, quien luego del estallido del domingo y un arranque de semana con incertidumbres eligió dar su aprobación en público a la oferta del club en vez de seguir mostrándose lejos de Boca. “Ahora se van a reunir los contadores del club con los míos. Esperemos que se dé todo. Después sería jugador de Boca”, completó, en la única duda que mantuvo. Las diferencias que restan resolver son impositivas: hay que ver quién se hace cargo de esos gastos.

En el club, lógicamente, el ablandamiento de la posición de Riquelme fue un alivio, descomprimió la preocupación más grande que existía. “La aparición pública para avisar que ya estaba todo arreglado cayó en un buen momento, para terminar con un conflicto. Creo que le hicieron ver que no era relevante que el contrato estuviera o no incluido en el sueldo”, confió una persona cercana al presidente Ameal.

La duda que sí existe en el sector opuesto de la dirigencia es si esta no es una maniobra de Riquelme para sacarse la responsabilidad de encima, ya que en las encuestas los hinchas lo culpaban de la falta de un acuerdo. “Ahora, si no llega a un arreglo, será responsabilidad de los contadores”, especularon. “Ahora la decisión la tiene Boca”, completaron desde el entorno del jugador.

Se espera en el club, con optimismo, que esos detalles que faltan no se conviertan en un nuevo obstáculo y que entre hoy y mañana puedan cerrar el nuevo vínculo con Riquelme y así el jugador pueda comenzar a trabajar en el club, como ya lo está haciendo desde la semana pasada Palermo, el otro ídolo. “Con Borghi hablé cuando fui a Pilar, cuando fui a saludar a los jugadores y al cuerpo técnico. Después se dijo que me llamó muchas veces, pero eso no era cierto. No somos amigos, pero espero que las cosas le vayan muy bien. Ojalá sea el técnico del Boca campeón de todo”, dijo, también suavizando los cruces previos. Y enseguida volvió a transmitir sus sensaciones, su deseo: “Ya me siento jugador de Boca y espero que la pasemos muy bien en los próximos cuatro años”.

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