miércoles, 28 de julio de 2010

"Mi camiseta es la de Boca",


Fue la respuesta con la que Clemente Rodríguez le dijo no a River. Anoche recibió la oferta para su segunda vuelta y en estas horas responde. En su último paso por el club tuvo a Riquelme y Palermo de compañeros.

Hubo dos gestos, dos momentos, dos acciones, que terminaron por acercar a Clemente a Boca. Uno fue público: lo que pasó el domingo, cuando tres horas antes de viajar a Turquía para interiorizarse sobre la oferta del Kayserispor, él decidió bajarse del avión. La otra, más privada: la charla que tuvo con Daniel Passarella, el presidente de River, quien lo tentó para cruzarse de vereda. El lateral lo atendió por una cuestión de respeto, escuchó la propuesta del Kaiser (que según su entorno era superior a todas), pero después de eso, terminó por lanzar una frase que muestra cuál es su intención. Y su futuro. “Gracias, pero mi camiseta es la de Boca”, dijo.

Toda una declaración, la frase con la que le dijo que no a River, derivó después en el retorno de las conversaciones con Boca. ¿Qué falta, entonces, para que Clemente se esté entrenando en Casa Amarilla? Algunos detalles contractuales. En realidad, que se acomoden los términos de un ofrecimiento (2.500.000 dólares por tres años). En ese sentido, aunque el lateral pretende un poco más, lo que quiere es que le mejoren la forma de pago que en mayo era una y que ahora tiene otra (con algunos documentos reemplazando el efectivo).

Por eso, anoche el defensor recibió el famoso mail (sí, el mismo que tanto molestó a Riquelme) y en estas horas, después de analizarlo, dará una respuesta. Pero está claro que la decisión del jugador está casi tomada. Es más, ayer se la volvió a repetir a sus íntimos. “Yo lo que quiero es volver a jugar en Boca y clasificar a la Libertadores del año que viene”. La Copa es, para Clemente, casi una obsesión. Y mal no le ha ido, en definitiva: en sus dos etapas en el club ganó tres ediciones, la última en el 2007. Y es a partir de esto que también el defensor quiere que Boca se acerque un poco a lo que él pretende, ya que es un jugador probado. Igual, sería muy extraño que no acepte.

Por eso, todo parece indicar que antes del fin de semana el lateral ya se estará entrenado otra vez en Boca. Su decisión de no ir a Turquía no sólo esconde un motivo familiar (trasladar otra vez a su mujer y a sus hijas a un destino no tan convencional, como pasó con Rusia) y también una cuestión sentimental (que no descuida lo económico, claro): su deseo de ponerse otra vez la azul y oro. Además, Borghi se mostró entusiasmado con su llegada. Sabe que Clemente puede ser el carrilero por izquierda (e incluso por derecha) que mejor respondería para su esquema. “Cuando yo estaba por llegar a Boca me dijeron que él iba a venir y yo comenté que hasta estaba dispuesto a ir a buscarlo. Vive en La Plata, ¿no? Después surgió una posibilidad de que vaya a Europa y ahora vamos a ver qué pasa. A jugadores como él siempre se les hace un lugar”, tiró el técnico, que ya lo espera con los brazos abiertos....

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