sábado, 31 de julio de 2010

Dijo Bichi "Si soy rival y voy a enfrentar a Viatri y Palermo, me pondría nervioso"


Quien confía en el poder de gol del doble 9 con el que iniciará el torneo. ¿Funcionará?

Un riesgo. Una tentación. Una obligación. Una prueba. Dos hombres. Un consagrado. Un joven en busca de la consagración. ¿Funcionará? Lo que para Bielsa sería causal de cuchillo al estómago, para Borghi es un ensayo más. Bichi ya lo decidió. Fe le sobra. Aunque no vive en un mundo de ilusiones... “Si soy rival y voy a enfrentar a Viatri y a Palermo en el área, me pondría nervioso”, avisó. Aunque enseguida aclaró: “El tema es abastecerlos...”.

Aun si Mouche hubiera estado disponible (todavía debe una fecha de suspensión del campeonato pasado por la expulsión ante Banfield, en la última fecha), la idea del técnico se hubiese mantenido. Borghi quiere probar con Lucas y Martín como dupla de ataque, al menos en el inicio del torneo. Y así será, por más que el pasado no garantice un futuro exitoso.

La historia de Boca no abunda en antecedentes que muestren la positiva combinación de dos faros. Su tradición está marcada, vaya paradoja, por la frase impuesta por Passarella: uno por afuera, otro por adentro. Y aunque los libros señalan algunos casos de duetos integrados por hombres de características similares, siempre fueron de manera ocasional. Hay que viajar hasta 1969 para rememorar a Rojas-Novello, quienes igual ofrecían estilos muy diferentes a los de Palermo y Viatri. Y en los últimos años, basta recordar a Boselli-Palermo, Marioni-Palermo y Viatri-Figueroa, cuando el Loco se recuperaba de una rotura de ligamentos cruzados y Boca conquistó el Apertura 08 con Carlos Ischia. Esa última dupla es, tal vez, la que mejor funcionó.

Es una apuesta fuerte y Bichi lo sabe. Impresionado por la vigencia de Palermo y encantado con la capacidad y plasticidad de Viatri para sumarse al circuito de toque, el DT siente que no debe excluir del equipo a ninguno de los dos. Es cierto, los números asustan: uno, máximo goleador de la historia del club. El otro, facturación asegurada cada vez que entra. Sin embargo, a Borghi todavía le preocupa cómo se las ingeniará el resto del equipo para darles de comer.

El que bajará unos metros para intentar asociarse a la elaboración será Viatri. Si bien no se lo verá como un típico extremo enviando centros, Lucas puede habilitar con algún estiletazo o generar huecos por su movilidad. El Titán se estacionará como referencia ineludible. Y en este caso, cobrarán importancia los dos carrileros, encargados de abastecer vía aérea a los tanques. No es lo mismo jugar con doble 9 cuando hay un enganche y tres volantes que con un enganche y dos carrileros como lo hará este Boca, con el esquema 3-4-1-2.

Hay un detalle que no pasa inadvertido al revisar la estadística: cuando Viatri y Palermo jugaron juntos, el equipo no logró amoldar su juego para favorecerlos. ¿Cuándo fue la última vez? Increíble, pero real, justo frente a Godoy Cruz (21/2/2010), rival de la primera fecha, y el Loco convirtió de cabeza. Ahora, Borghi pretende que el conjunto los ayude y que no dependan de alguna jugada fortuita para capturar un rebote y mandarla adentro. Por eso, machacará durante los ocho días que quedan hasta el arranque oficial para aceitar los movimientos. Ya conoce del tema. En el Argentinos campeón Bichi demostró ser un entrenador versátil: no tuvo pruritos en probar con Pavlovich-Calderón, alternar a Sosa y terminar con Chuco y Caldera.

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